Artur Mas, en un acto con Mossos d'Esquadra.

Artur Mas, en un acto con Mossos d'Esquadra.

Política

La obsesión independentista con el espionaje catalán

Los reiterados intentos del Govern de Artur Mas por crear un CNI propio se han saldado con sonoros fracasos

29 diciembre, 2015 19:15

De nuevo, el sueño de un CNI catalán. Junts pel Sí ha intentado convencer a la CUP de que Artur Mas debe ser el presidente de un gobierno de transición hacia la república catalana con un documento en el que, por enésima vez, se contempla la creación de un servicio de inteligencia catalán. Hasta ahora, todos los intentos del Ejecutivo de Mas por constituir un cuerpo de espionaje catalán han sido fallidos. Y la historia reciente demuestra que ha habido bastante insistencia en ello.

En 2012, año en que el líder de Convergència abrazó la causa separatista, se sentaron las bases de una agencia de inteligencia catalana gracias al documento elaborado por la Asamblea Nacional Catalana (ANC), entidad social al servicio de las movilizaciones ciudadanas jaleadas por Mas.

“Estatuir Cataluña”, así se llamaba ese informe, establecía la necesidad de crear una agencia de inteligencia que, además de manejar material sensible y secreto, debía contemplar labores de contraespionaje e incluir “una unidad especializada en españolismo violento como objetivo tanto de la obtención de información y de inteligencia como de administrar el ejercicio de la presión policial”

Inteligencia por la Independencia

Curiosamente, en la ANC existe un subsector denominado Inteligencia por la Independencia, que agrupa a personas que ponen sus altas dotes intelectuales al servicio de la creación de una Cataluña independiente.

Pero es 2013 el año en que los trabajos dirigidos a crear un CNI catalán se intensifican. Desde el Centro de Estudios Estratégicos de Cataluña, Miquel Sellarès --polémico exdirector de la Seguridad Ciudadana de la Generalitat-- calificaba de “vergüenza” que Cataluña no tuviera todavía un servicio de inteligencia. De hecho, estas competencias son exclusivas del Estado y ni el Estatuto ni la Constitución otorgan a Cataluña esas atribuciones.

Sin embargo, algo se estaba moviendo ya a nivel de gobierno autonómico. Daba fe de ello un informe apócrifo --porque nadie quiso asumir su autoria-- que cuantificaba incluso el coste de una “Agencia Nacional de Seguridad”, 28 millones de euros, y su personal, 300 agentes de los Mossos d’Esquadra. Este documento de 34 páginas contemplaba contactos con el servicio secreto israelí, el Mossad, a través de los contactos de la Ertzaintza.

Cesicat

Todo apuntaba a que el informe había sido elaborado por el Centro de Seguridad de la Información de Cataluña (Cesicat), un organismo público que vela por la seguridad de la Administración ante las ciberamenazas. Fue creado en 2009 por el Govern tripartito, pero ya bajo el mandato de Convergència, se planteó como el embrión de ese espionaje catalán. Su debut en estas lides comenzó con muy mal pie. Anonymous accedió a una vulnerable base de datos de Cesicat y demostró que se estaban realizando seguimientos secretos a periodistas y activistas del movimiento antisistema 15M.

Otro de los fiascos relacionados con la incipiente inteligencia catalana fue la dimisión de Xavier Martorell, que había sido director de Prisiones de la Generalitat y que estaba llamado a ser el director del futuro CNI catalán. Pero su implicación en el escándalo protagonizado por la agencia de detectives Método-3 --a la que se atribuye grabaciones de numerosos políticos-- dio al traste con su futuro como jefe del espionaje catalán.

Consejo asesor

Pero la Generalitat perseveró y, en 2014, hizo suyas las recomendaciones del informe La seguridad interna e internacional de Cataluña elaborado por el Consejo Asesor para la Transición Nacional. Aquí las referencias a la necesidad de un servicio de inteligencia catalán son continuas y, entre otras valoraciones, indica que la "inteligencia es el núcleo duro de la seguridad interna e internacional. A pesar de un escenario de colaboración, la naturaleza sensible del servicio aconseja empezar desde el principio buscando la autonomía, siempre en un contexto de colaboración y de coordinación, primordial en el ámbito de inteligencia. El servicio o servicios tendrán que compatibilizar las dos características básicas que tienen con un Estado democrático y europeo: combinar el trabajo discreto y secreto con el control democrático y el amparo de un marco legal claro y explícito”.

Finalmente, la creación de un CNI catalán ha sido incluida en la hoja de ruta que Artur Mas plantea aplicar si revalida la presidencia de la Generalitat.