El Gobierno de Recep Tayyip Erdogan prosigue con la limpieza de las instituciones tras el fallido golpe de Estado en Turquía. La purga ha llegado incluso a la aerolínea estatal Turkish Airlines. La compañía ha despedido a más de cien funcionarios este domingo como consecuencia de la sublevación militar.
Los despidos incluyen a personal de oficina y tripulantes de cabina supuestamente relacionados con el movimiento del clérigo Fetulá Gulen, exiliado en Estados Unidos, según Sabah. El portal Thelira.com justifica estas acciones por “ineficacia” y cifra en 250 tripulantes y 100 administrativos los ceses. Entre los afectados se encuentra el responsable de asuntos económicos, añade Airporthaber.com.
El operador Turk Telekom, propiedad del Estado en un 30%, despidió a 198 personas el viernes “en colaboración con las fuerzas de seguridad”. Algunos de ellos declararán ante los tribunales. Y es que las autoridades han cesado, suspendido o detenido a más de 60.000 personas –casi todos funcionarios— acusadas de pertenecer a una “estructura paralela” dirigida por Gulen.