El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en los pasillos del Parlamento catalán / EFE

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en los pasillos del Parlamento catalán / EFE

Política

La hoja de ruta de Puigdemont: ley de ruptura y elecciones constituyentes

El apoyo de la CUP convierte en puro trámite la cuestión de confianza a la que se enfrenta hoy el presidente catalán, de quien se espera poca concreción secesionista

28 septiembre, 2016 00:00

Es la primera vez que un presidente de la Generalitat se somete a una cuestión de confianza. Pero la sesión que hoy comienza en el Parlamento catalán tendrá poca épica. Y tampoco tiene visos de convertirse en otra jornada histórica del independentismo catalán. Carles Puigdemont tiene el apoyo asegurado de la CUP, la misma formación que hace cuatro meses tumbaba los presupuestos de la Generalitat propiciando esta cuestión de confianza en diferido. Puro teatro, afirman los partidos de la oposición, pues ni Puigdemont está en disposición de ponerle fecha a un referéndum unilateral de independencia ni los antisistema pueden tensar más la cuerda. Ya lo hicieron con su veto a las cuentas catalanas y eso provocó un cisma en el partido radical. “No quieren aparecer como los malos de la película que han hecho descarrilar el proceso. Además, tienen pactos a nivel municipal que podrían romperse”, señalan altos cargos del Ejecutivo catalán.

Agotar la legislatura de 18 meses

Puigdemont, por su parte, es consciente de que un sector todavía influyente en el partido, el que representa Artur Mas, rechaza opciones unilaterales. Y aunque al exalcalde de Girona, el cuerpo le pida ruptura, la única solución que le queda es tirar de nuevo a piruetas lingüísticas y donde dije “elecciones plebiscitarias”, digo “elecciones constituyentes”. Es decir, agotar los 18 meses de legislatura, aprobar in extremis la ley de transitoriedad jurídica --que permitirá pasar de la legislación española a la catalana-- y convocar inmediatamente elecciones en septiembre de 2017. Convertir las elecciones autonómicas en un “referéndum” sobre la independencia puede resultar tramposo, pero el independentismo también tiene sus terceras vías, y esta es la que genera consensos entre CDC y ERC --la secretaria general de los republicanos, Marta Rovira, asegura que la ley de transitoriedad es una verdadera DUI (declaración unilateral de independencia)-- y que es vista con buenos ojos por la CUP.

Precisamente ayer, la consejera de Presidencia, Neus Munté, intentó dar una imagen de unidad al asegurar que los miembros del Gobierno catalán están de acuerdo en cumplir con la hoja de ruta pactada --ella misma se encargó de precisar hace varios días que ese plan no contempla un referendo unilateral--. Y aunque el Ejecutivo está abierto a introducir cambios, rechaza señalar fechas concretas pues su objetivo es lograr el "máximo consenso mediante instrumentos democráticos que den voz a los ciudadanos y sean interpretables desde el punto de vista internacional".

Tras el discurso de Puigdemont, que reiterará su predisposición al diálogo con el Gobierno español, la sesión se suspenderá y se reanudará el jueves con la intervención de los grupos parlamentarios. Por la tarde se procederá a la votación. El presidente catalán solo necesita tener más votos a favor que en contra para superar la cuestión de confianza.