La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, en un acto de su partido

La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, en un acto de su partido

Política

La extrema derecha conquista ciudades importantes en Francia

El voto de castigo a François Hollande es uno de los mensajes principales que deja la primera vuelta de las elecciones municipales francesas. La pérdida de Marsella (los socialistas son aquí tercera fuerza tras la UMP y el FN) y la derrota parcial en París, son los síntomas del varapalo socialista y del avance del ultraderechista y xenófobo Frente Nacional.

24 marzo, 2014 09:46

El ministro del Interior francés, Manuel Valls, ha confirmado este lunes que las formaciones de derecha, con la Unión por un Movimiento Popular (UMP) al frente, se han impuesto, con un 46,5%, en las elecciones municipales celebradas este domingo en Francia, donde se ha registrado la mayor abstención histórica para estos comicios en el país vecino.

Un 35,87% de los convocados se ha abstenido de participar en las municipales francesas, superando de este modo el 33,46% de 2008. "Esta abstención es muy elevada", ha lamentado Valls, "es un mensaje incontestable enviado por nuestros ciudadanos. Hay que entenderlo. Los responsables públicos y políticos deben entenderlo", ha advertido.

El voto de castigo a François Hollande es, pues, uno de los mensajes principales que deja la primera vuelta de las elecciones municipales francesas. La pérdida de Marsella (los socialistas son aquí tercera fuerza tras la UMP y el FN) y la derrota parcial en París, son los síntomas del varapalo socialista y del avance del ultraderechista y xenófobo Frente Nacional (FN).

Avance del populismo 

Liderado por Marine Le Pen, el FN ha protagonizado un incremento notable en estas elecciones. "Ha llegado como una fuerza independiente importante, una fuerza política tanto a nivel nacional como local", ha subrayado Le Pen, que se ve coronada en Perpiñán, Aviñón, Forbach, Béziers, Fréjus y en su propio feudo, Hénin-Beaumont, donde conquistó la alcaldía superando el 50% de los votos. 

El discurso populista de Le Pen atrae cada vez más a un creciente número de franceses, y ya ha alcanzado porcentajes inéditos en docenas de ciudades grandes y medianas. De este modo, obligará al Partido Socialista, que ha obtenido el 37,74% de los votos, y a la UMP a decidir si, en la segunda vuelta de los comicios, optan por frenar a la extrema derecha pidiendo el voto para su rival directo, cosa que en 2008 era inconcebible puesto que el FN no logró ni una sola alcaldía.

La portavoz del Gobierno socialista, Najat Vallaud-Belkacem, ya ha declarado en este sentido que su partido "hará cuanto sea necesario" para impedir que la ultraderecha conquiste ciudades dentro de siete días. Mientras que el líder de la UMP, Jean-François Copé, ha dejado dicho que "no pedirá jamás el voto para los socialistas y tampoco para la extrema derecha".

Entre tanto, Le Pen ya celebra "el fin del bipartidismo francés" y sostiene que el "espectacular crecimiento del Frente Nacional" lo "convierte en una gran fuerza autónoma, no solo nacional, sino también local".