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Política

La autonomía se ha usado para empeorar el sistema público de salud

El Govern se ha financiado gratis a través de las farmacias, a las que debe un promedio de 70.000 euros por oficina

24 septiembre, 2015 21:26

Entonces como ahora, las partidas del dinero que reciben las autonomías para financiar el Sistema Nacional de Salud pueden gastarlo según sus propios criterios, como ha explicado muchas veces Francisco Martínez Olmos, portavoz parlamentario del PSOE y eterno número dos del ministerio apuntalando los mandatos de Elena Salgado, Bernat Soria, Trinidad Jiménez y Leire Pajín.

El partido que hoy lidera un alegre y festivo Miquel Iceta tampoco se escapa en responsabilidades del desastre sanitario. Durante los gobiernos del tripartito tuvo la consejería en sus manos.

Falta de transparencia

Lo que no mejoró las cosas ni cambió el rumbo hacia una mejor gestión. Incluso se profundizó en los aspectos más siniestros del modelo pujolista, apostando por la privatización y la falta de transparencia.

El vicepresidente del tripartito Carod Rovira llegó a hacer de la tarjeta sanitaria una especie de DNI catalán, como mostró en el programa estrella 69 segundos. Desterró de ella el famoso 12/ de la Seguridad Social, obligando a los desplazados al resto de España a ir a buscar el número para recibir asistencia periódica o incluso a la hora de firmar un contrato.

Impagos a las farmacias

La deuda del CatSalut a las farmacias es otro capítulo en que el Ejecutivo de Mas es líder desde hace cuatro años. El Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Cataluña la cifra en 236 millones, unos 70.000 euros de media por oficina. El retraso en el pago de hasta tres meses después de que se hayan dispensando los medicamentos obliga a muchos boticarios a pedir créditos para subsistir.

El Ministerio de Sanidad reconoce que la inversión pública se ha desplomado en sanidad en 10.000 euros anuales hasta representar solo el 13,4% del gasto público de España y el 6,25% del PIB. Marciano Sánchez Bayle, portavoz de la FSDP, cifra la “agresión continuada” entre 15.000 y 20.000 millones menos de presupuesto. Unos recortes que “se han producido en todas las comunidades sin excepción, pero cuya intensidad ha variado muchos de unas a otras”. Cataluña ha ido en el pelotón de cabeza.