Manuel Marchena, magistrado del Tribunal Supremo que encabeza el jurado del juicio del 'procés' / EFE

Manuel Marchena, magistrado del Tribunal Supremo que encabeza el jurado del juicio del 'procés' / EFE

Política

"A estos animales no los quiero en mi país": el acoso a tres guardias civiles en Lleida

Un nuevo miembro del Instituto Armado atestigua el asedio "estructurado y orquestado" al que se enfrentó mientras residía en un hotel en La Seu d'Urgell

28 marzo, 2019 11:57

Continúan los relatos en torno a los episodios de violencia a los que habrían sido sometidos los agentes de la Guardia Civil que intervinieron durante los días anteriores y posteriores a la celebración del referéndum del 1-O. La vigesimocuarta jornada del juicio del procés ha acogido el interrogatorio de nuevos efectivos del Instituto Armado que han narrado los pormenores del escrache en el que se vieron envueltos mientras se alojaban en un hotel de La Seu d'Urgell, un asedio llevado a cabo por unas 1.000 personas que uno de los testigos ha considerado "estructurado y orquestado". "Nunca había sufrido un escrache como ese. Me consta que los compañeros lo pasaron bastante mal", ha enfatizado.

Los integrantes de la Benemérita han explicado las circunstancias en las que los acontecimientos tuvieron lugar y cómo el 3 de octubre de 2017 el grupo de manifestantes se concentró a las afueras del hotel Nice, en el que se hospedaban unos 50 agentes, con pancartas, profiriendo gritos de "fuera las fuerzas de ocupación" así como cánticos e insultos acompañados de una cacerolada. "Es algo que te coarta mucho, en ese momento no podíamos salir del hotel". También frente al establecimiento Avenida se congregaron unas 150 personas para impedir “tanto la entrada como la salida de los agentes”. No sólo eso. Han manifestado que los ciudadanos iban escoltados "por un camión de bomberos" y que estos "se dieron un baño de masas".

Seguidos por la calle

Otro de los guardias civiles ha narrado el incidente que sufrió junto a otros dos agentes de paisano cuando, el 2 de octubre --la jornada posterior a la consulta ilegal--, disfrutaban de un día libre y paseaban por Lleida. Uno de los efectivos, ha recordado, "se percató de que una persona nos podía estar siguiendo, por lo que decidimos hacer contravigilancia y cambiamos de acera. [La persona] iba con el teléfono en el oído pero luego supimos que nos estaba grabando. Nos empezó a insultar y nos amenazó: nos dijo que nos íbamos a cagar, que nos iban a matar".

Precisamente, el pasado mes de febrero el autor de los hechos fue condenado por el Juzgado de lo Penal número 2 de Lleida a ocho meses de cárcel por amenazar a los tres guardias civiles. Según la resolución, y tal como ha recordado el testigo, el posterior encausado difundió las imágenes a través de su perfil de Facebook y animó a sus seguidores a ir hasta el hotel en el que creía que se alojaban. “A estos animales no los quiero en mi país, están alojados en el Parador Nacional. Si tenéis algo que decir, id allí a desearles una estancia inolvidable”, profería su texto en catalán. Las imágenes fueron posteriormente borradas por el acusado.

El quinto agente de la jornada, destinado en Alicante y quien estuvo comisionado en la comandancia de Girona durante aquellos días reforzando la seguridad de los edificios, la comandancia y la Subdelegación del Gobierno, ha señalado por su parte que, mientras el 2 de octubre llevaba a cabo junto a otros compañeros servicios de paisano, pasó a su lado un vehículo de bomberos "desde el que se nos increpó e insultó". "Era relativamente habitual que pasara algo parecido con vehículos particulares, que pitaran, sacaran el dedo o te insultaran, sobre todo después del 1-O", ha subrayado.

Una mossa exaspera al fiscal

En una sesión que avanza rápido y en la que hay citados un total de 16 testigos, la tensión ha aflorado en la sala de plenos del Tribunal Supremo cuando una mossa d’esquadra ha comenzado a ser interrogada en relación al presunto envío que realizó, a través de Whatsapp, de las direcciones de hotel en los que se alojaban varios de los efectivos de la Guardia Civil. Por motivos de seguridad, la agente ha eludido revelar dónde está destinada, pero sí ha sido, al contrario que el resto de testigos, identificada con su nombre y apellido. "¿Sabía dónde  se hospedaban los miembros de la Guardia Civil?", le ha interpelado el fiscal Jaime Moreno, a lo que ha respondido de forma negativa. "No lo recuerdo".

Sus evasivas a las preguntas del representante del ministerio público en relación a determinados mensajes, como uno que rezaba "hagamos que Lleida sea la Calella del Ponent, a cantar habaneras" --"no me suena el whatsapp, no lo recuerdo", "esos días recibí muchos whatsapps"-- ha exasperado al fiscal, quien ha endurecido el interrogatorio, lo que ha llevado al presidente del tribunal, Manuel Marchena, a arremeter contra Moreno: "señor fiscal, no haga que las preguntas tengan un contenido de imputación; da la impresión de que se le está obligando a decir la verdad por unos hechos que le podrían incriminar".