Jordi Sànchez, 'número dos' de Junts per Catalunya y excandidato a la presidencia de la Generalitat, en una imagen de archivo / EFE

Jordi Sànchez, 'número dos' de Junts per Catalunya y excandidato a la presidencia de la Generalitat, en una imagen de archivo / EFE

Política

Jordi Sànchez: "No nos hemos vuelto locos, no nos vamos a inmolar"

El político asegura que su huelga de hambre "está muy protocolizada" y da por hecho que intentarán desacreditarle

3 diciembre, 2018 09:18

Jordi Sànchez ha explicado este lunes algunos de los detalles sobre la huelga de hambre que inició el sábado junto a Jordi Turull en la prisión de Lledoners. El exdiputado de Junts Per Catalunya ha asegurado que su acción no es ninguna "irresponsabilidad", sino "una protesta muy protocolizada".

"No es un acto de irresponsabilidad. No nos hemos vuelto locos, no nos vamos a inmolar. La huelga de hambre es una protesta muy protocolizada y seguiré este protocolo. Para hacer bien una huelga de hambre no se ha de improvisar", ha manifestado en una entrevista por escrito a RAC1.

"Mentirán diciendo que como"

Sànchez da por hecho que su iniciativa despertará recelos: "Intentarán hacer una campaña de descrédito. Mentirán diciendo que como, dirán que soy un suicida, me acusarán de hacer chantaje. Todo esto ya está previsto. Es la reacción que hay cuando un preso político hace una huelga de hambre", ha indicado.

El expresidente de la ANC, asimismo, ha aclarado que tomó esta decisión sin coacciones, y que "nadie debe coaccionar a nadie para hacer otra". "No quiero que se nos considere unos héroes por hacer la huelga de hambre, ni que se acuse de falta de valentía a quienes no la hacen", ha destacado.

"Haré la huelga hasta que considere"

Sobre cómo se lleva a cabo la huelga de hambre, ha aclarado que cuenta con asesoramiento médico, y se ha quejado de que, por protocolo, están obligados a bajar al comedor de la cárcel, porque no es posible quedarse en la celda: "Hay que estar al lado de los que comen. Es una situación inhumana. Este protocolo debería cambiarse".

Sànchez evita concretar cuánto tiempo durará su protesta: "Haré la huelga hasta que considere. No hay mínimo ni máximo. Habrá que ver cómo me encuentro", afirma. Y deja claro que "no quiero ser el Bobby Sands catalán", en alusión al miembro del IRA fallecido en 1981 llevando a cabo una en prisión.

Llarena y Rufián

Sànchez ha insistido en que con esta protesta pretenden denunciar que el Tribunal Constitucional "detiene deliberadamente nuestros recursos de amparo, y esto nos impide ir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos".

El dirigente independentista, asimismo, ha asegurado que "no me gusta en absoluto que se pinte de amarillo la casa" del juez Carlos Llarena. "Ni de él, ni de nadie. A Llarena se le ha de combatir con la palabra y, si es necesario, también en la calle. La casa de Llarena no es un símbolo. Lo entendería en el Supremo", ha añadido. 

Por lo que respeta a la actualidad, ha lamentado la falta de unidad de acción de las fuerzas independentistas, y ha criticado el incidente del mes pasado en el Congreso entre el ministro Josep Borrell y el diputado de ERC Gabriel Rufián: "Hay una degradación excesiva de la política. Echo de menos buenos profesionales de la política".

Qué opinan los médicos

Jordi Vilarasau, médico que asesora a Sànchez y Turull y director del hospital Moisès Broggi, ha recordado en Catalunya Ràdio que ambos políticos hacen huelga de sólidos, pero no de líquidos, lo cual marca "una gran diferencia", ya que el margen de seguridad para la salud si se toman líquidos es mayor.

En este sentido, ha afirmado que en una huelga de únicamente sólidos, "dos o tres semanas son un margen de seguridad bastante amplio", aunque depende de cada persona.

Vilarasau ha señalado que cuando le comentaron la posibilidad de la huelga dio dos consejos: que fuera una decisión individual y libre, y que no la emprendiera una persona sola sin entorno, por lo que "se desaconsejaba trasladar la posibilidad a alguna de las dos presas" en otros centros, en alusión a Carme Forcadell y Dolors Bassa.

Además, ha apuntado que el código deontológico médico obliga a respetar la voluntad del paciente, por lo que "de ninguna manera un médico puede forzar su alimentación", aunque sí podría una orden judicial.