Jaume Roures salta a la palestra. El fundador de Mediapro es uno de los firmantes de un manifiesto [leer aquí] que aboga por un gobierno en minoría entre ERC y Barcelona en Comú (BComú) en la ciudad condal. El empresario audiovisual se ha sumado a otros nombres de la izquierda nacionalista como la abogada y aspirante frustrada a Síndica de Greuges, Gemma Calvet; el exdiputado de la CUP David Fernández o el también directivo audiovisual Toni Soler para defender un pacto entre Ernest Maragall y Ada Colau, cabezas de lista de los republicanos y los comunes.

El manifiesto Barcelona, Capital de los Derechos Sociales y las Libertades indica que solo ERC y BComú "garantizan acuerdos amplios y sólidos para poder realizar políticas públicas que transformen la realidad" ya que "solo estas dos formaciones no se vetan mutuamente". Suscriben esta tesis históricos de la izquierda catalana como Arcadi Oliveras; el director Manuel Huerga; el exdiputado en el Congreso Joan Tardà o el exprofesor y expresidente de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), Enric Marín. Este intento de influir en las negociaciones para formar gobierno se ha topado de frente con otras dos opiniones contrarias.

Pacto ERC, BComú y PSC

La primera es Por un gobierno de izquierdas en la ciudad de Barcelona [leer aquí], un manifiesto paralelo que se inclina por una entente entre ERC, BComú y PSC. Abogan los firmantes por "dejar atrás la dinámica esteril de los frentes contrapuestos y polarizados" en Cataluña, buscando una "salida dialogada y acordada" a la "cuestión nacional catalana". Suscriben esta postura, entre otros, el dramaturgo Álex Rigola; el arquitecto Juli Capella; el catedrático de Derecho Constitucional Javier Pérez Royo; el también catedrático de Ciencias Políticas Vicenç Navarro o la socióloga Marina Subirats.

Un tercer manifiesto titulado En apoyo a la formación de un consistorio progresista y no independentista en Barcelona, defiende un pacto entre Barcelona en Comú y PSC, con el apoyo la plataforma de Manuel Valls.

“Aun es posible una alternativa no secesionista, democrática y progresista, a partir de un acuerdo entre BComú y PSC, que contaría con el apoyo, total o parcial, de la candidatura BCN Canvi el día de la elección del primer edil de la ciudad”, aseguran las organizaciones hasta ahora firmante (el documento está abierto a otras incorporaciones): Asamblea Social de la Izquierda de Cataluña, Partidos Socialista del Trabajo, Colectivo Juan de Mairena, Convivencia Cívica Catalana, Alternativa Ciudadana Progresista, Roj@s-Ala izquierda del PSC, Profesores por el Bilingüismo y La Silenciosa Cat.

18 frente a 15

“Los datos nos muestran que, pese a ser la lista de ERC la más votada, el independentismo (ERC + JxCat) suma 15 escaños, mientras que la izquierda no independentista (BComú + PSC) ha conseguido 18, con lo que puede considerarse la verdadera ganadora de las elecciones. Además, otras dos candidaturas constitucionalistas suman otros ocho escaños”.

“La ciudadanía de Barcelona –añaden-- no es pues secesionista y sí, en cambio, progresista y partidaria de regirse según las reglas del Estado de derecho. En consecuencia, y si se tienen en cuenta los mencionados resultados electorales, no es de recibo que una opción política, abiertamente secesionista como es ERC, que pretende transformar Barcelona en la capital de la Cataluña nacionalista excluyente y de una fantasmagórica república, tome la alcaldía de la ciudad”.

Por su parte, la profesora universitaria y periodista Milagros Pérez Oliva ha estampado su firma en una carta en El País en la que defiende que que Ada Colau debe aceptar los votos de PSC y Barcelona pel Canvi-Ciutadans, la plataforma amplia impulsada por Manuel Valls, para lograr la investidura. "Colau tiene así a su alcance la oportunidad de seguir gobernando y terminar la tarea que comenzó hace cuatro años, cuando, procedente del activismo social, se convirtió en la primera alcaldesa de Barcelona", argumenta la también ex Premio Nacional de Periodismo.

Valls sacude el tablero

Las cuatro tomas de posición dadas a conocer en las últimas horas llegan a semana y media de los 41 concejales del pleno municipal del Ayuntamiento de Barcelona voten para elegir al nuevo alcalde o alcaldesa. Hasta el momento, el ganador de las elecciones el pasado 26 de mayo, ERC, ha defendido un triple acuerdo entre republicanos, BComú y Junts per Catalunya. A su vez, los comunes, segundos en los comicios locales por cerca de 5.000 votos --y empatados a 10 electos con ERC--, se han inclinado por un triple pacto entre los independentistas, BComú y el PSC.

En este tablero ha emergido de forma poderosa la figura de Manuel Valls. El cabeza de cartel de Barcelona pel Canvi-Ciutadans ha anunciado que cederá sus votos a Colau para evitar un alcalde independentista en Barcelona, figura que encarnaría Ernest Maragall. El astuto movimiento del también exalcalde de Évry (Francia) ha sacudido el escenario político y está tensionando a los comunes. El de Valls a Colau (que lograría repetir como munícipe con los votos de BComú, los ocho de Jaume Collboni y los seis de la plataforma del ex jefe de Gobierno francés) ha abierto una alternativa a las combinaciones de gobierno entre independentistas y populistas.