Íñigo Errejón en el Congreso de los Diputados, donde debatió sobre salud mental / EFE

Íñigo Errejón en el Congreso de los Diputados, donde debatió sobre salud mental / EFE

Política

El insulto a Errejón que ejemplifica el estigma de la salud mental

“He visto equipos extenuados por falta de medios”, afirma Blanca Navarro, psiquiatra y exdiputada de Ciudadanos en el Parlament, quien ha regresado a una actividad asistencial desbordada por el Covid

17 marzo, 2021 21:00

“¡Vete al médico!”, gritó un diputado del PP a Íñigo Errejón en pleno debate sobre salud mental en el Congreso. El desprecio del popular ejemplifica el estigma de la salud mental, un sector sanitario que, en el caso de Cataluña, está lejos de tener los recursos necesarios.

Blanca Navarro es psiquiatra y en la anterior legislatura fue diputada de Ciudadanos en el Parlament. Navarro ha vuelto a ejercer su profesión en el sector de la salud mental. “Lo que ha ocurrido en el Congreso demuestra que sufrir ese tipo de enfermedad es todavía un estigma muy potente. Se utiliza el término loco como un insulto, cuando en realidad son personas con mucho sufrimiento, que necesitan ayuda, no que se menoscabe su dignidad”. Navarro explica que, por el contrario, en materia de discapacidad intelectual se ha avanzado mucho desde los años 80, se ha trabajado mucho en inserción social. Y también en cuidar el vocabulario. Pero un enfermo mental es asociado a peligrosidad, culpa, vergüenza, bajo rendimiento laboral… Algo que se esconde. A menudo se oculta que se va al psiquiatra”.

 

 

Diputado grita "vete al médico" a Errejón cuando pregunta por salud mental / EP

Una visita cada mes y medio

Mientras ejerció como parlamentaria, Navarro presentó numerosas iniciativas con la finalidad de instar al Govern a aumentar los recursos destinados a salud mental. En los presupuestos de la Generalitat para 2020 se contempla una partida de 458 millones para este sector, lo que supone un aumento de 28 millones respecto a 2017. “Es claramente insuficiente. Está lejos de llegar a los mínimos necesarios. A nadie se le ocurriría reducir las dosis de un antibiótico por falta de dinero, pero en el caso de la salud mental solo se programa una visita cada mes y medio”, explica la doctora, quien culpa a las administraciones de “contribuir a esa discriminación”.

Blanca Navarro, psiquiatra y exdiputada de Ciudadanos / CG

Blanca Navarro, psiquiatra y exdiputada de Ciudadanos / CG

Los expertos aseguran que una de cada cuatro personas en el mundo occidental sufren un problema de salud mental. “Eso significa que todas las familias van a tener que ocuparse de un caso. En mi regreso a la actividad asistencial no solo he visto a nuevos usuarios debido a la pandemia, sino equipos extenuados, sin apoyo de la administración, necesitados de plantillas y recursos mayores”.

Prevención del estigma

A instancias de Blanca Navarro, el Parlament aprobó una resolución en julio de 2020 --ya en plena pandemia del Covid-- para garantizar la continuidad del programa de prevención del estigma en la salud mental. Lo hizo a petición de la plataforma Obertament, creada en 2010 por los principales agentes sociales de la salud mental en Cataluña. Peligraba su financiación, destinada a “sensibilizar a los comunicadores sobre la importancia del lenguaje utilizado para hablar del colectivo de personas con problemas de salud mental” y “hacer caer estereotipos y prejuicios que existen socialmente desde el contacto social con el colectivo estigmatizado, para que no lo reproduzcan en su tarea profesional”.

Un mes antes, la Cámara aprobó una moción en la que se instaba a la Generalitat a “ampliar el programa de apoyo a la atención primaria en todas las regiones sanitarias de Cataluña para garantizar la atención a las personas que padecen duelos complicados y afectación emocional durante la pandemia”. También proponía “planificar un programa de atención telemática y de atención domiciliaria para dar apoyo a las personas atendidas en los dispositivos sanitarios y sociales de la red de salud mental y adicciones, tanto infantil y juvenil como de adultos”; así como garantizar el “cuidado emocional y la atención psicoterapéutica de los profesionales sanitarios y sociales”. Asimismo, se proponía revisar los presupuestos de 2020, "que nacieron obsoletos y desfasados", para dotarlos de suficientes medios.

Además, se exigía al Govern dar cumplimiento a lo acordado por el Parlament en la moción sobre salud mental aprobada en octubre de 2019, “y de la que no consta que el Govern haya redactado el correspondiente informe de cumplimiento, para garantizar la atención a las personas que padecen algún problema de salud mental o adicciones en Cataluña y sus familias, y prevenir el suicidio”.