Quim Torra en el Parlament debatiendo los presupuestos en plena pandemia / CG

Quim Torra en el Parlament debatiendo los presupuestos en plena pandemia / CG

Política

De la independencia a la reconstrucción: el coronavirus impone unidad a Torra

Tras el fiasco presupuestario, partidos políticos, así como los agentes económicos y sociales, dan carpetazo a los proyectos identitarios para pasar a planes de choque

27 abril, 2020 00:00

La estrategia de confrontación de Quim Torra, esta es, la de utilizar la crisis del coronavirus como instrumento de ataque identitario, dio el viernes sus últimos coletazos. Tras la aprobación de unos presupuestos desfasados, diseñados antes de una pandemia con graves consecuencias sociales y económicas, el Govern es consciente que se abre un período donde los acuerdos entre partidos políticos y agentes económicos y sociales son decisivos. "Debemos dar una respuesta inclusiva", dijo el presidente catalán. No le queda otra. 

Sus socios de Gobierno y responsables del área económica, ERC, ya avanzan en ese terreno --"hay que huir de los planteamientos nacionalistas de un lado u otro" dijo el presidente del Parlament, Roger Torrent--, mientras que PSC, Ciudadanos y PP han presentado documentos para comenzar a afrontar un futuro que se augura muy duro. Foment del Treball también ha apuntado en esa dirección durante esta crisis y este fin de semana, en su documento Recuperar el empleo, sentaba las bases de la reactivación económica que cuenta con el compromiso de las administraciones y los trabajadores. Éstos, a través de los sindicatos CCOO y UGT, han pedido una "mesa de reconstrucción" para "fijar las líneas de trabajo de la postcrisis sanitaria". 

Luz verde a la ley de acompañamiento de los Presupuestos catalanes / EP

Elecciones en el horizonte

Esa palabra, reconstrucción, es la más utilizada ahora, tanto en los discursos políticos como económicos. Atrás quedan los pactos nacionales, la mayoría inacabados, del mandato de Torra, en cuyo consell executiu ya han surgido las voces a favor de hacer compatible la protección de la salud y de la economía, siendo la consejera de Empresa, Àngels Chacón, quien pilota esa idea. Hay elecciones catalanas en el horizonte y, aunque la inhabilitación de definitiva de Torra está al caer, su propio partido no puede afrontarlas con un expediente de negación identitaria de la realidad post-Covid-19 y sin aliados políticos consolidados. "Las pataletas seguirán, pero los neoconvergentes no pueden adoptar una postura marginal junto a la CUP. Eso dejaría el liderazgo de la construcción en manos de Esquerra", explican fuentes parlamentarias.

En efecto, los cupaires también tienen planes para Cataluña y los recogen en 12 medidas de rescate [se pueden leer en este enlace] que incluyen "mantener la acción política para la autodeterminación y la soberanía nacional como única forma para construir una república que ponga la vida en el centro desde la plena soberanía".

En contra del parecer de la oposición política y de numerosas entidades sociales, la Generalitat aprobó con la ayuda de los comunes los primeros presupuestos en tres años --estaban prorrogados desde 2017--, lo que ha supuesto para el vicepresidente Pere Aragonès una victoria pírrica. Las cuentas de 2020 están condenada a ser modificadas mediante decretos ley y medidas que requieren de un amplio consenso si se desea evitar la conflictividad social y la desafección de un sector empresarial muy crítico con la presión fiscal que En Comú Podem coló en el proyecto.

No será fácil, pero incluso Ciudadanos ha abandonado su discurso abrupto y ha tendido la mano en ese sentido, como lo ha hecho PSC y PP. El sábado, el primer secretario de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, enviaba a Foment, Pimec, CCOO, UGT y las asociaciones de municipios FMC y ACM, su Pacto Catalán para la Reconstrucción Económica y Social, basado en diez ejes: refuerzo del sistema sanitario, garantizar la atención de calidad en las residencias, garantía de rentas, compensación de las desigualdades en todas las etapas educativas, refuerzo de los servicios de ocupación e inspección laboral, Fondo Catalán para la Reconstrucción social y económica, planes de choque en turismo, hostelería, comercio y transporte, replanteamiento de las condiciones en cultura y deporte, unidad de acción y leal con el mundo local y el Gobierno español, y un pacto interinstitucional y social para rehacer el bienestar social y económico.

Por su parte, Ciudadanos también ha dado un giro a su bronco discurso para adoptar un talante conciliador que el propio Torra supo reconocer en el pleno del Parlament del pasado viernes. Cs propone un Foro Autonómico de Reconstrucción en Cataluña cuya prioridad "es trabajar para las familias y los autónomos. Salvar vidas y, después, salvar empleos". Un foro, en el seno del Parlament, "para que Govern y oposición dejemos las diferencias a un lado y trabajemos coordinados" en la lucha contra el Covid-19.

En este foro, explica la formación naranja, se abordarían "los grandes desafíos que tiene ahora mismo Cataluña, que son la crisis sanitaria y económica causada por la pandemia, la protección social de los ciudadanos más vulnerables para que nadie se quede atrás, y la unidad de acción y coordinación con el Gobierno de España* y el resto de comunidades autónomas.

"Es urgente que el foro se ponga en marcha, iniciando una ronda de contactos con los consejeros del Govern y que nos pongamos de lleno a trabajar en los presupuestos de 2021", explica Lorena Roldán, líder catalana de Cs.

También el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, ha puesto negro sobre blanco los ejes de es futuro en común. "Las diversas administraciones públicas han adoptado medidas de contingencia que afectan a importantes sectores económicos y productivos de nuestro entorno. A estos sectores se les debe proporcionar todo el apoyo posible para que la crisis generada por la pandemia les genere la mínima afectación posible. Desde medidas para el mantenimiento de la actividad productiva, hasta acciones para garantizar la viabilidad de los proyectos de autónomos y pymes tras la parada en la que se han visto obligados, pasando por el mantenimiento del empleo debe ser también una prioridad del gobierno catalán ante esta crisis generada por el Covid-19", indican en el preámbulo de su documento.

"Somos conscientes de la complejidad del momento actual, pero nuestra vocación de servicio público nos lleva a participar en la generación de ideas y medidas con las que poder hacer frente a los efectos sanitarios, económicos y sociales que esta epidemia está generando en la sociedad catalana", añaden. Sus propuestas incluyen medidas en el ámbito de la salud, tanto para el presente como para el futuro, como por ejemplo la creación de una central de compras una vez superada la pandemia, para evitar el desabastecimiento. También proponen un plan urgente para reestructurar la industria catalana enfocada al sector sanitario y ayudas en el ámbito social –educación, familias, vivienda…-- así como en el ámbito de la función pública y de contratación de urgencia.

Presión fiscal

En el ámbito económico, el PP promueve el apoyo a los autónomos, pymes y sectores productivos prioritarios, línea de préstamos y avales del Institut Català de Finances y un plan de internacionalización de Cataluña. En cuanto a las medidas fiscales, los populares niegan la mayor, es decir, la reforma fiscal contemplada en los presupuestos de la Generalitat para 2020, pactado entre el Govern y los comunes y que contempla más presión fiscal y la creación de nuevos impuestos.

Es precisamente ese, el modelo fiscal, el punto más conflictivo de ese futuro y necesario pacto de reconstrucción.