El Govern, enredado en el discurso del victimismo, ha vuelto a culpar al Estado de que Cataluña no pueda responder con más eficiencia a la pandemia. Lo ha hecho con un hilo argumental contradictorio
La consellera de Salud, Alba Vergés, y el consejero de Interior, Miquel Sàmper, han asegurado que, si el Estado hubiera transferido el dinero que corresponde a Cataluña, bares y restaurantes se habrían mantenido cerrados. Sin embargo, junto a estas medidas restrictivas que la Generalitat habría preferido imponer, en paralelo se muestra más flexible que el Gobierno respecto a la Navidad. Así, mientras el Ejecutivo español limita a seis personaslas celebraciones de estas fiestas, el Govern quiere elevar esta cifra a 10.
Las declaraciones de los políticos nacianalistas se han producido pocas horas después de que los Gobiernos de Alemania y Francia hayan anunciado más restricciones a la movilidad social --incluido el cierre de bares y restaurantes-- que España.
Sin cabalgata
Asimismo, el Ministerio de Sanidad contempla retrasar el toque de queda en Nochebuena y Nochevieja hasta 1 de la madrugada, pero la Generalitat prefiere mantenerlo a las 22 horas. En Cataluña no habrá cabalgata.
Vergés ha asegurado que España es el único país del entorno europeo donde no se han concedido ayudas a los sectores más afectados. "Reclamamos la responsabilidad de las otras administraciones", en referencia al Estado y los ayuntamientos, para que lleguen más ayudas a Cataluña, para de esta forma consolidar así el plan de desescalada, que se ha diseñado buscando "el equilibrio" entre las actividades económicas y la gestión sanitaria de la pandemia.
Por su parte, el consejero de Interior ha dicho que si la Generalitat tuviese el dinero suficiente procedente del Estado para ayudar a los sectores afectados por la restricciones, como por ejemplo el de la hostelería, "probablemente" no se estarían produciendo la situaciones de reapertura en Cataluña.