Ramon Tremosa (i) toma posesión como consejero de Empresa del Govern ante el expresidente Quim Torra (d) ante la mirada de Pere Aragonès / EFE

Ramon Tremosa (i) toma posesión como consejero de Empresa del Govern ante el expresidente Quim Torra (d) ante la mirada de Pere Aragonès / EFE

Política

El ‘cerrojazo’ del Govern confirma su desconexión del empresariado catalán

La Generalitat, que ocultó su intención de cerrar bares y restaurantes a patronales y sindicatos, oficializa su apuesta por una gestión “a la italiana”, agravada por la pugna entre Aragonès y Tremosa

15 octubre, 2020 00:00

Una decisión unilateral que evidencia la desconexión total entre la Generalitat y la economía catalana. Empresarios, partidos de la oposición y politólogos critican que el cierre de bares y restaurantes se haya anunciado sin un consenso previo con el sector.  Una gestión “a la italiana” donde la falta de un gobierno sólido y estable obliga a los sectores económicos a actuar por su cuenta. La pugna electoral entre el vicepresidente Pere Aragonès y el consejero de Empresa, Ramon Tremosa, ha roto definitivamente los puentes con los empresarios.

Representantes de las patronales y sindicatos, reunidos en videoconferencia con el Govern para abordar la ampliación del teletrabajo / CG

Representantes de las patronales y sindicatos, reunidos en videoconferencia con el Govern para abordar la ampliación del teletrabajo / CG

Según ha podido saber Crónica Global, el Govern evitó referirse a esa medida en la reunión telemática mantenida el lunes con Foment, Pimec y los sindicatos CCOO y UGT, centrada en el fomento del teletrabajo. Las patronales se mostraron ayer muy críticas con ese “cerrojazo” sin previo aviso, ya que el sector de la hostelería fue convocado por la Generalitat horas antes de que tuviera lugar el anuncio oficial. 

"Pulso entre Aragonès y Tremosa"

Para el presidente de Empresaris de Catalunya, Carles Rivadulla, “la desconexión entre el Govern y los empresarios es total. No hay diálogo. El cierre es muy duro para el sector. Es necesario buscar medidas, pero se podían haber buscado otras alternativas. Las terrazas no se han revelado como un foco de contagios masivos”.

Rivadulla afirma que “el gobierno catalán actúa desde hace tiempo de espaldas a los empresarios. Ahora están aguantando hasta las elecciones. Y el pulso entre Aragonès y Tremosa ha deteriorado todavía más esas relaciones”.

Carlos Rivadulla, presidente de Empresaris de Catalunya / CG

Carlos Rivadulla, presidente de Empresaris de Catalunya / CG

“La Generalitat, así como muchas administraciones del mundo, va a ciegas con el coronavirus, ya que no se conoce y cuesta hacer previsiones del comportamiento que tiene. Ahora bien, llevar a cabo acciones de restricción de la movilidad, medidas de cierre de barrios o ciudades, o el cierre de negocios, no deberían hacerse sin antes hablar, negociar o discutir con los actores y sectores implicados”, explica Paris Grau, profesor de Ciencia Política de la Universitat de Barcelona (UB). 

"La unilateralidad, en el ADN de la Generalitat"

El caso del cierre de los bares y restaurantes en Cataluña “se ha llevado a cabo sin encomendarse a nadie: decisión unilateral. El sector de la restauración, como muchos otros sectores, está sufriendo esta crisis y está pidiendo ayuda y comprensión porque deben hacer frente a sueldos, alquileres, proveedores, suministros e impuestos varios”, explica Grau. En esta ocasión “la Generalitat ha optado por actuar sin tener en cuenta la difícil situación por la que están pasando los bares y restaurantes. Pero lo mismo se podría decir de la actuación en relación a las discotecas, en la que un día dicen A y a las pocas horas dicen B. Y tan tranquilos”. O por ejemplo con las universidades: “Anuncian que mandan a los estudiantes a casa sin antes hablar con los centros”. A su juicio, “la unilateralidad es algo que lleva en el ADN el gobierno de la Generalitat, pero en ocasiones se requiere un mayor sentido de la responsabilidad”.

Las ayudas anunciadas ayer para compensar ese cerrojazo distan mucho de cubrir las pérdidas que ocasiona el Covid en el comercio catalán. Según los datos que la exconsejera de Empresa, Àngels Chacón, dio en abril en plena primera ola de la pandemia, cada semana los establecimientos no esenciales perdieron 525 millones de euros debido al cierre impuesto por el coronavirus. Esa cifra incluía a bares, restaurantes y comercios. Ayer, el presidente en funciones, Pere Aragonès, anunció ayudas por valor de 40 millones para el sector de la restauración y el ocio nocturno, afectado también.

Riesgos de bajar la persiana

“Si un comercio baja la persiana, es muy difícil que vuelva a levantarla. Los economistas dicen que el 20% de los establecimientos que cierran no vuelven a abrir”, explica a este medio el diputado de Ciudadanos José María Cano, quien expresa su sorpresa ante “la manera como se ha gestionado el cierre” de bares y restaurantes. Denuncia que, por parte del Govern, “no hay diálogo, ni con la oposición ni con los pequeños empresarios afectados, que se enteraron de las medidas el martes por la noche por la prensa. Muchos de ellos no durmieron”.

El Govern se reunió con los representantes de la hostelería ayer por la mañana para informarles del cerrojazo, cuando la noticia ya estaba en todos los medios de comunicación. “¿Y después de 15 días, qué pasará? La desesperación crece. Quienes venimos del mundo de la empresa y de los autónomos sabemos los perjuicios de cerrar un local”, añade Cano, quien considera que a Aragonès “solo le preocupa llegar a las elecciones con la cifra más baja posible de contagiados y fallecidos. Por eso siempre lanza balones fuera, habla de fondos europeos, pero nunca habla de reestructurar presupuestos”.

"Desproporcionado"

Durante la tramitación de las cuentas de la Generalitat para 2020, Ciudadanos, PSC y PP pidieron reasignar partidas para hacer frente al impacto económico Covid, dado que esos presupuestos habían quedado desfasados. El Govern rechazó esa propuesta y optó por la aprobación de decretos ley para adoptar medidas extraordinarias. Por parte de los socialistas, el primer teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, calificó  de "desproporcionado" el cierre total de bares y restaurantes. Una postura que evidenció, de nuevo, las diferencias de criterio en el seno del gobierno municipal, ya que la alcaldesa Ada Colau avaló la medida.

El portavoz del PP en el Parlament, Santi Rodríguez, también calificó de “desproporcionado” el cierre y avisó de que “será la puntilla para muchas pequeñas y medianas empresas y para muchos trabajadores”. Denunció, asimismo, que esa medida no se haya consensuado con todos los sectores afectados. “Lo demuestra que se incluya a las áreas de servicio de carretera dentro del cierre total de la hostelería, cuando son puntos de descanso esenciales para transportistas”, ha precisado.