El portavoz de Comuns Federalistes, Román Ceano / CG

El portavoz de Comuns Federalistes, Román Ceano / CG

Política

"El frente común de Torrent puede ser una mutación del ‘procés’"

El portavoz de Comuns Federalistes, Román Ceano, asegura que desde el referéndum del 1-O, "Colau y Domènech han evolucionado hacia nuestras posiciones"

1 abril, 2018 00:00

Nacieron como referente de un amplio sector de Catalunya en Comú que no se sentía identificado con los coqueteos independentistas de la organización. Sin embargo, el tiempo parece que les ha dado la razón. “Desde el referéndum del 1-O, hemos visto una evolución tanto en Ada Colau como en Xavier Domènech”, asegura Román Ceano, portavoz de Comuns Federalistes.

-¿Cómo nació Comuns Federalistes? 

-Espontáneamente. Había personas que en los debates previos a la asamblea del 8 de abril de Catalunya en Comú tenían una percepción emocional parecida. Sus sensibilidades estaban infrarepresentadas, se sentían huérfanos. Inicialmente ese grupo no tenía un contenido político, sino de solidaridad emocional. Entre tres personas creamos una red en Telegram y al cabo de poco éramos 150.

- ¿De qué postura se sentían huérfanos?

- Cuando se comenzó a hablar del referéndum del 1 de octubre se dijo que quien no estuviera a favor no era demócrata. Se hablaba de “solo un pueblo”, pero teníamos la percepción de que se referían a la mitad de los catalanes. Ahí comenzó a materializarse políticamente esa percepción emocional. Se proponía algo que muchas personas vivían con mucho dolor y otras muchas, con alegría. A nivel de organización, no se estaba afrontando esta dicotomía, sino que se estaban dejando llevar por la corriente. No tenemos nada que criticar a la dirección de Catalunya en Comú porque esa corriente era muy fuerte. Eso no quita que hubiera comunes que se sintieran arrastrados y huérfanos.

- Tras los procesamientos de dirigentes independentistas y la detención de Puigdemont, ¿los comunes pueden dejarse arrastrar otra vez?

- Está en una posición difícil. CATComú es la única organización que tiene dentro muchas sensibilidades. En cuanto hay un problema, todos los focos apuntan a los comunes. Cuando el presidente del Parlament Roger Torrent dice que hay que crear un frente amplio y democrático, hay que ver qué significa. Si es lo que dice el diccionario o lo que tradicionalmente ha significado en política, hay que tomarlo muy seriamente. Si se refiere a todos los catalanes, es normal que los comunes se sumen. Pero si esas palabras equivalen a la interpretación dada durante el procés, cuando hemos visto que la expresión “un solo pueblo” de Candel se la ha apropiado solo la mitad de los catalanes, entonces hay que tener prevención.

Los dirigentes de ERC han sido los ideólogos del procés y quienes han inventado la palabra democrático como sinónimo de independentista

-¿Y qué opción cree que se impondrá?

-Los antecedentes son malos. Los dirigentes de ERC han sido los ideólogos del procés y quienes han marcado por donde iría. Ellos han inventado la palabra democrático como sinónimo de independentista. Pero hay un riesgo de que ese frente democrático sea una nueva mutación del procés. Hasta que no sepamos qué quiere decir Torrent, no nos podemos pronunciar.

-Lo cierto es que hay una gran presión sobre Domènech para desbloquear la situación.

-El problema grave es la división política. A largo plazo, no es sostenible. A menudo se hace un zoom sobre cuestiones concretas, por ejemplo la legislación alemana sobre la extradición o sobre el reglamento del Parlament. Y salen especialistas al respecto. Creemos que todo eso es un error. Durante años se trabajó conjuntamente a favor del autogobierno, y ahora tenemos un país dividido y paralizado. Es ahí donde se tiene que poner el foco. En que todos los catalanes vuelvan a tener un proyecto común.

- Pero es proyecto común tendrá que ser dirigido por alguien…

- Primero es necesario un consenso sobre si el procés ha terminado y, por tanto, si estamos ya en el momento de reconstrucción. Mientras exista en los medios haya políticos, intelectuales o articulistas que sigan con la retórica del procés, todo será muy difícil. El procés tiene un componente muy importante de resignificación de las palabras. Como llamar “pueblo de Cataluña” a tus propios votantes.

- Habrá muchos independentistas, aquellos que salen a la calle a manifestarse, que se sentirían engañados.

- Es que realmente les han engañado. Ha llegado un momento en que la distancia entre la realidad y la fantasía es tan enorme que las palabras ya no lo aguantan. Una postura es negar la realidad, otra es la de Joan Tardà (ERC), quien de pronto se cae del caballo como San Pablo y al levantarse se da cuenta de la realidad. Hay que reconstruir el consenso entre los catalanes y utilizar un lenguaje común basado en el uso normal de las palabras. Cuando alguien diga “un solo pueblo” debe significar todos los catalanes.

- Tardà proponía precisamente explorar un tripartito entre ERC, comunes y PSC. ¿Qué opina?

- Es una idea tractiva porque reuniría la centralidad. Pero volvemos a lo mismo, es necesario saber si la idea es aglutinar a los 80% de los catalanes al 50%. La mera declaración de Tardà no es suficiente porque no estamos seguros del significado de sus palabras.

Respecto a ICV y los comunes, yo veo más un problema entre la vieja y la nueva política. La vieja cree que antes había mucho más rigor y la nueva entiende que con todo ese rigor no se ganaban elecciones

- Antes hablaba de la pluralidad ideológica dentro de los comunes, pero parece que ICV ha sido eclipsada.

- Yo veo más un problema entre la vieja y la nueva política. La vieja cree que antes había mucho más rigor y la nueva entiende que con todo ese rigor no se ganaban elecciones.

- Los comunes federalistas defienden una plurinacionalidad, pero eso pasa por avances en la política española. Sin ellos ¿es posible salir del bloqueo catalán?

- Cuando pensamos en España no solo pensamos en Rajoy. Más que pedirle que se haga federalista, lo que pedimos es que los españoles se mueva en esa dirección. En la transición sí hubo un riesgo real de golpe de estado, por lo que se redactó una Constitución con la idea de que determinadas voluntades catalanas se desarrollarían mediante una ley. Por eso fue ampliamente apoyada en Cataluña. Pero con el tiempo, se interpretó la Constitución tal como se había escrito, tuvo lugar una recentralización del Estado y se recoró el Estatut. El independentismo ha sobreactuado, pero cronológicamente, quienes empezaron no fueron los independentistas. En la segunda legislatura de Aznar se comenzó a aplicar literalmente la Constitución. ¿Qué hay que hacer? Pues aquellas cosas que quedaron pendientes porque no se podían llamar por su nombre, hay que ponerlas ahí.

-Pero la Comisión del Congreso encargada de la reforma no avanza.

-Porque la política actúa a corto plazo. Por eso es muy difícil. El político debe arriesgarse a tomar medidas mal vistas que, con el tiempo, se entenderán. Hay que dejar de andar con pies de plomo.

-¿Qué pasa en el Ayuntamiento de Barcelona con las políticas de vivienda?

-Hay un malentendido. Barcelona en Comú actúa con el corazón en la mano. No es el equipo electoral de Clinton. Hay una preocupación constante por la vivienda. Pero el Ayuntamiento tiene sus ritmos. Nunca se había hecho tanto esfuerzo. Yo lo veo desde dentro. En l'Eixample, nadie se habría preocupado por la vivienda social. Y ahora sí. Es como la crítica al tranvía, que se ha defendido tanto. En la oposición hay políticos muy profesionales que dan vueltas a la cosas. La experiencia de Barcelona creo que es un éxito, veníamos del business friendly, de vender la ciudad a quien tenía dinero, a pensar en la gente de la ciudad con una visión progresista y ecológica.

- Se ha acusado mucho a Colau de dejarse arrastrar por el independentismo

- Ada Colau no se ha dejado llevar, lo que pasa es que ha hecho cosas que nadie ha leído la explicación. Tanto en Colau como en Domènech hemos visto una evolución. Desde el 1 de octubre hasta hoy todo ha evolucionado hacia nuestras posiciones y ya no nos sentimos tan huérfanos. Por ejemplo. El discurso de Domènech en el Parlament sobre el final del procés y de la unidad del 80% de los catalanes es muy positivo. Pero ha habido momentos donde el viento ha soplado muy fuerte.

- ¿La ruptura entre Colau y PSC?

- No sé qué pasó, la verdad. Nuestro referente es Domènech porque somos federalistas dentro de Catalunya en Comú. Y vemos que ha hecho una evolución en contra de ese viento tan fuerte.