Ataques registrados las últimas semanas contra sedes de CDC, PP, C's y la CUP

Ataques registrados las últimas semanas contra sedes de CDC, PP, C's y la CUP

Política

¿Está en peligro la convivencia en Cataluña?

En los últimos días se han producido ataques contra sedes de CDC, PP, C's y la CUP. Cada vez más voces alertan de que el proyecto rupturista promovido por Mas -amenazando con llevarlo a cabo, incluso, en contra de la ley- puede provocar una fractura social. Pese a los síntomas que apuntan en ese sentido, el presidente de la Generalidad lo niega y asegura que todo responde a una "guerra sucia" contra Cataluña.

11 enero, 2014 06:44

En las últimas semanas son muchas las voces que desde el independentismo catalán rechazan rotundamente que el proyecto rupturista promovido por el presidente de la Generalidad, Artur Mas, pueda provocar una fractura social en Cataluña. Sin embargo, cada vez son más frecuentes los indicios que apuntan en sentido contrario.

Tan solo en los últimos días, se han registrado ataques a diversas sedes tanto de partidos nacionalistas como no nacionalistas. El pasado 31 de dicembre, la fachada de la delegación de la CUP de Lérida amaneció con restos de pintura lanzada por unos desconocidos.

Este miércoles, la sede del PP en Viladecans (Barcelona) también fue atacada de la misma forma, aunque en este caso los vándalos acompañaron su acción con pintadas que incluían una estelada y la firma de Arran, la organización radical independentista.

Ese mismo día, la sede de CDC en el distrito barcelonés de Horta-Guinardó sufrió las amenazas de unos desconocidos, que dejaron el mensaje de "muerte al separatismo" y la firma de DNJ, la rama juvenil de la organización ultraderechista Democracia Nacional.

Y, este viernes, la sede central de Ciudadanos en Barcelona ha recibido el tercer ataque en los últimos cinco meses: unos desconocidos han lanzado pintura roja contra varios de los cristales de las oficinas.

Mas lo atribuye a una "guerra sucia" contra Cataluña

Este tipo de ataques y amenazas se han intensificado en los últimos tiempos, principalmente contra los partidos no nacionalistas (PSC, PP, Ciudadanos y UPyD), pero ahora parecen ampliarse también contra las formaciones nacionalistas.

Los síntomas de división en la sociedad catalana empiezan a ser más que evidentes. El caso más significativo se registró el pasado 26 de noviembre, cuando el público asistente a un debate en un auditorio de Tarrasa (Barcelona) entre representantes de siete partidos políticos terminó enfrentándose entre sí, poco después de que el representante de Ciudadanos, Jordi Cañas, decidiera abandonarlo tras ser tildado de "terrorista" por un espectador.

A pesar de todo, las alertas lanzadas por algunos miembros del Gobierno en relación al riesgo de ruptura de la convivencia han sido tildadas por Mas como "una estrategia" del PP y del Gobierno, y como "un recurso más dentro de la guerra sucia" contra Cataluña.

Sin embargo, hace solo tres días, el ex presidente de la Generalidad Jordi Pujol sugirió al independentismo hacer "mucho ruido en la calle" y convertirse "en un problema importante para Europa" como fórmula para que su proyecto alcance el éxito.

Y este mismo viernes, la Assemblea Nacional Catalana le ha tomado la palabra y ha amenazado con tomar las calles si finalmente no se puede celebrar el referéndum independentista, como pretenden, el próximo 9 de noviembre.