Albert Rivera, líder de Ciudadanos, en la tribuna del Congreso / EFE

Albert Rivera, líder de Ciudadanos, en la tribuna del Congreso / EFE

Política

Los españoles perciben que Ciudadanos se derechiza, y le castigan

La encuesta del CIS deja al partido de Albert Rivera en posiciones ideológicas muy cercanas al PP, cuando hace tres años lo situaba en el centro

3 agosto, 2018 00:00

Ciudadanos busca el electorado del PP. Quiere entrar en un núcleo de votantes que se siente cómodo en el eje ideológico de derechas. Los mensajes de su líder, Albert Rivera, son duros, ásperos. En las últimas semanas el golpe de timón, coincidiendo con la moción de censura a Mariano Rajoy, ha sido claro. Y el propio Rivera no se ha cansado de afirmar que con Pedro Sánchez al frente España “está peor”. La encuesta del CIS, la primera tras la moción de censura y con la presidencia de Sánchez, recoge, sin embargo, que el PSOE ha avanzado ocho puntos, y que Cs pierde dos, y se quedaría con el 20% de los votos. Pero lo llamativo es que los españoles ubican a Ciudadanos en un 7, en una escala de 1 a 10, de izquierda a derecha. En la serie del CIS, Ciudadanos ha pasado de estar ubicado en el 5, en el centro político, al 7, cercano al 8 en el que se ubica al Partido Popular. ¿Puede ganar con ese cambio?

El politólogo José Fernández Albertos destaca esa cuestión, porque la realidad es muy tozuda, y los españoles, en todas las encuestas desde la transición –se lo crean o no, sean conscientes de su realidad o no, de sus avances o retrocesos en la escala social --se autoubican en posiciones de centro, ligeramente en el centro-izquierda, entre el 4 y el 5. Y Ciudadanos se ha ido alejando de ese lugar.

Pérdidas asumibles

Fernández Albertos sostiene que “nunca, desde que apareció en los barómetros, Cs había sido percibido tan de derecha. Y su caída en intención de voto se concentra en el centro y la izquierda. Muchos creen que han enterrado la ideología antes de tiempo”.

Para el partido esa no es una cuestión vital. Fuentes del partido señalan que el golpe de la moción de censura, al aparecer Pedro Sánchez en el centro del tablero, se ha amortizado en gran medida. Y, aunque se admite y se esperaba que los socialistas pudieran entrar en el electorado de Ciudadanos, perdiendo voto, éste se considera que es asumible, y que se puede remontar el vuelo. El problema para Ciudadanos ahora se centra en la batalla particular con el PP, que ha cambiado a Mariano Rajoy por Pablo Casado, con un perfil similar al de Albert Rivera.

La cocina

Pero el PSOE pasa en intención directa de voto del 13,5% al 23,9%, desde abril hasta julio. Es un salto enorme, tras la moción de censura y la elección de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. En las redes sociales se desató una polémica sobre la cocina del CIS, sobre los datos supuestamente a favor del PSOE, con el nuevo director del organismo público, José Félix Tezanos. Y es que esa cocina, tras el resultado de la intención directa de voto, otorga al PSOE el 29,9% en estimación de voto, casi diez puntos por delante del PP. Eso llevó al sociólogo Narciso Michavila, presidente de la firma demoscópica GAD3, a sugerir que Tezanos se había pasado. “Me temo que el efecto Tezanos llega al CIS: recuerdo de voto al PSOE sobre realidad, ¡ocho puntos!, si al Gobierno anterior se le iba la mano a favor del PP y Podemos, a éste se le ha ido el brazo entero a favor del PSOE”.

Eso es corregido por Fernández Albertos, al comentar la encuesta ofrecida este jueves por el CIS. “Es una encuesta hecha en un periodo coyunturalmente bueno para el PSOE. Sus afines tienen más ganas de contestar que en otros momentos, y salen sobrerrepresentados en la muestra. Por eso es necesaria la cocina, (sin ella, el PSOE estaría en el 38% de voto válido)”, asegura.

De derechas

Sin embargo, los dirigentes de Cs apoyaron las tesis de Michavila, como sugirió el exdiputado en el Parlament de Cataluña, Jordi Cañas: “El primer menú del nuevo cocinero del CIS sabe a comida precocinada del PSOE”.

La polémica se mantendrá, pero la tendencia sí es clara. El PSOE se ha colocado en primer lugar, tras la moción de censura. Y recupera votos, según la encuesta del CIS, en el centro, a pesar de que es percibido por los españoles más a la izquierda que nunca, en la posición 4,26. Todo se entiende mejor si se suman los porcentajes de los españoles en función de su autoubicación. Entre el 3 y el 5 de la escala ideológica, de izquierda a derecha, siendo el diez la extrema derecha, se concentra el 51,4% del electorado (16,5% en el 3; 14,6% en el 4 y 20,4% en el 5)

Votantes de Cs

Lo que ocurre en el interior del partido naranja también es significativo. Un 10,1% de los votantes de Ciudadanos en las anteriores elecciones percibe al partido como de derecha dura, (entre un ocho y un diez en la escala ideológica). Y sólo el 2,1% lo percibe como un parido de centro-izquierda, que es el cuatro en esa escala.

¿Qué le está pasando? ¿Qué quiere lograr Cs? Fernández Albertos tiene una posible respuesta, que ofreció al conocer la encuesta del CIS. “Una implicación de que la ideología importa es que es complicado para los partidos satisfacer a votantes con ideologías diferentes. Le pasó a Podemos, y ahora le pasa a Ciudadanos. Es un partido que atrajo muchos votantes de derecha con la crisis catalana, lo que le hace difícil sostener apoyos en la izquierda”.

¿Qué coaliciones?

Eso tiene una consecuencia. En los últimos meses, antes de la moción de censura, los dirigentes consultados rechazaban una máxima, según la cual Ciudadanos sólo podría formar gobierno con el apoyo del PP u ofreciendo apoyo al Partido Popular. Se consideraba que se podía y debía contar con el PSOE para afrontar un ciclo de reformas profundas en el conjunto de España, y que Sánchez podía ser el hombre, al no tener ninguna mochila sospechosa de corrupción. Es decir, se jugaba a un posible gobierno de coalición con los socialistas, y se recordaba que ya hubo un primer intento con un programa común tras las elecciones de 2015, que no se concretó en nada porque Podemos no quiso abstenerse en la investidura de Sánchez.

Ahora eso ha cambiado por completo. La propia imagen que ofrece el partido de Rivera, escorado a la derecha, sea o no fiel con las propuestas concretas que exhiba, hacen imposible ese acuerdo con el PSOE, que tiene ahora más fácil la aproximación con Podemos, porque lidera claramente el bloque de izquierdas.