El secretario general de Units per Avançar, Ramón Espadaler / LENA PRIETO

El secretario general de Units per Avançar, Ramón Espadaler / LENA PRIETO

Política

Espadaler: “Nuestro nuevo catalanismo no cuenta con Artur Mas”

“No hemos cambiado de posición, ha cambiado el entorno”, afirma el líder de Units, quien precisa que su desmarque del PSC y los acuerdos con el grupo de Poblet no buscan una reedición de CiU

6 marzo, 2020 00:00

Ramon Espadaler (Vic, 1963) admite que desmarcarse del PSC y explorar otras alianzas para crear un nuevo espacio catalanista es “una operación arriesgada”. El secretario general de Units per Avançar, exdirigente de UDC y exconsejero de Interior, precisa que su partido “no ha cambiado de posición, lo que ha cambiado es el entorno político”. Afirma que el eje izquierda-derecha ha vuelto y niega que el acuerdo con El País de Demà (el grupo de Poblet integrado por exdirigentes de CDC) busque una reedición de CiU.

Ramón Espadaler durante la entrevista con Crónica Global / CG

-Units ha decidido explorar acuerdo con El País de Demà y soltar lastre del PSC. ¿Por qué?

-Units no ha cambiado de posición, está donde estaba, lo que ha cambiado el entorno en dos aspectos. El Gobierno ha cambiado de signo, hemos pasado del presidente Rajoy, muy intransigente, incapaz de dialogar, que propició en parte el acuerdo con el PSC ante un independentismo muy irredento y muy duro que provenía del 1 de octubre. Y por otro lado, el procés ha terminado. Hay un gobierno profundamente dividido, con expresiones muy distintas, con enfrentamientos muy abiertos en sede parlamentaria. Esto nos obliga a sondear otro tipo de alianzas, la posibilidad de ofrecer una alternativa catalanista con otras formaciones que proceden en algunos casos de un soberanismo, pero que se han dado cuenta de que el procés, tal como se ha planteado, no tiene recorrido posible. A partir de ahí, hablamos con gente de El País de Demà. Hay acuerdos en puntos muy sustantivos en lo que respecta al modelo socioeconómico. Tenemos un Gobierno que no habla para todo el país, que solo gobierna para un país, y lo hacen con una deriva muy tensionada hacia la izquierda, por ejemplo con un decreto de educación, vivienda, fiscalidad… Hay un espacio de encuentro fácil y cómodo con la gente de Poblet. Y donde estamos trabajando más, porque no hay coincidencias totales, es en el tema de la relación Cataluña-España.

-Si no es una Convergència 2.0, ¿qué puede ofrecer ese nuevo espacio?

-Niego la mayor. En Cataluña hay una reconstrucción de algunos espacios. A nuestra derecha hay una reconstrucción del llamado espacio constitucionalista del PP, Ciudadanos, quizá Vox quede al margen. La hay también en el espacio independentista, con una lucha cainita entre Puigdemont y ERC más que evidente, con la CUP y otras expresiones. Queremos representar un catalanismo integrador, propositivo y moderno, no estamos reconstruyendo un espacio, lo estamos creando. Esto es sustantivo porque lo construimos personas con procedencias diferentes, unidas por el catalanismo y separados por el procés en cuanto al destino. Pero nos hemos dado cuenta de que es imposible gobernar el país sin tener en cuenta el sentimiento independentista, ni tampoco lanzarlo contra la pared como ha hecho el procés, que ha causado dolor y división profunda.  Estamos creando ese espacio, lo cual es más atractivo, pero también más difícil.

-¿PDeCAT podría estar en ese nuevo espacio?

-No me atrevo a hablar en nombre de PDeCAT, no soy quién para hacerlo. Pero mucho me temo que Carles Puigdemont va a imponer sus tesis. Tiene un reclamo muy potente en el mundo independentista. De todas formas, no es nuestro negociado. Lo respetamos desde una distancia abismal.

-¿Por qué el grupo de Poblet sí y la Lliga no?

-Nosotros no decimos no a nadie. No se puede hacer todo a la vez. Creemos que un diálogo exclusivamente con la Lliga (donde participa Lliures, liderada por el exconsejero de CDC Antoni Fernández Teixidó) sería una reconstrucción del espacio que ya existe. Y lo que nos interesa es la generación de un espacio nuevo que una dos visiones distintas y distantes. Pero este país se va a recuperar si unos y otros comenzamos a generar propuestas conjuntas. Y las vamos a encontrar en las propuestas socioeconómicas, de vivienda, de fiscalidad, de educación, de infraestructuras, y que también queremos encontrar en el ámbito de las relaciones Cataluña-España. Hemos empezado a hablar con el grupo de Poblet, ahí hay recorrido y no nos negamos en absoluto a hablar con Lliga. Nuestra tesis de fondo es que la alternativa al independentismo que nos gobierna no puede ser un antiindependentismo que se olvide de la otra mitad del país, como ese independentismo también se olvidó de la otra mitad del país. Hay que encontrar puntos comunes propositivos desde una visión moderna. Este espacio debe incorporar retos muy importantes como el cambio climático o la igualdad entre géneros, que no se tuvieron en cuenta en momentos anteriores.

El secretario general de Units per Avançar, Ramón Espadaler, en el Parlament / LENA PRIETO

El secretario general de Units per Avançar, Ramón Espadaler, en el Parlament / LENA PRIETO

-Desmarcarse del PSC, formación que es vista por algunos sectores como un aglutinador de ese catalanismo, puede ser una operación arriesgada para Units.

-Es una apuesta arriesgada, sin duda. Lo más cómodo para nosotros sería el inmovilismo, mantener un acuerdo con el PSC del que hacemos una valoración muy positiva, por el respeto mutuo a nuestras diferencias, que siempre nos hemos reconocido, en temas como educación o sanidad. Pero pensamos que el cambio de contexto nos obliga a hacer algo distinto. Y algo distinto es situarnos en el eje izquierda-derecha, más a la derecha del PSC, que está virando también a su izquierda por el acuerdo con Podemos en lugar de mirar hacia el centro. Creemos que el eje izquierda-derecha está volviendo, sobre todo desde el pacto entre PSOE y Unidas Podemos. Nosotros en las elecciones generales no apoyamos ni participamos de la candidatura socialista. Los puntos sustanciales del acuerdo entre estas dos formaciones son de discrepancia con lo que nosotros defendemos.

-¿En qué puntos discrepan principalmente?

-Por ejemplo, no compartimos la ley educativa, porque defendemos la concertada, también una escuela pública de calidad. Nos asusta que la reforma fiscal se castigue de forma dura a la clase media. Hay aspectos de contrarreforma laboral que no compartimos. Estamos haciendo un ejercicio de responsabilidad. Seguimos defendiendo un pacto de Estado entre Cataluña y España, lo que pasa por reconocer que España es una nación, reconocer unas competencias de forma estable, que no sean discutidas en función de la aritmética parlamentaria. Una financiación justa acorde con esas competencias y con otros elementos objetivables, como tener en cuenta la aportación de Cataluña al PIB español o la asunción de algunas competencias que tenemos diferentes a otras comunidades. Defendemos dar solución a la situación de las personas que están en prisión. Nosotros fuimos los primeros en defender la reforma del Código Penal en lo que se refiere al delito de sedición. Porque creemos que no se ajusta a lo sucedió. Defendemos que se esté tramitando en el Congreso de los Diputados porque es una forma de separación de poderes, se trata de no obligar a los jueces a aplicar una legislación que no estaba prevista para estos supuestos.

-¿Contemplan un referéndum para aprobar esas medidas?

-Units propone someter a consulta o referéndum el fruto de un acuerdo, que debe generarse primero en el seno de Cataluña y cuando lo haya, acordarlo con el Gobierno de España. Somos partidarios de someterlo a una consulta.

Detalles de las manos de Ramón Espadaler / LENA PRIETO

Detalles de las manos de Ramón Espadaler / LENA PRIETO

-¿Qué opina del retorno de Artur Mas? ¿Podría liderar un espacio catalanista?

-No tengo ni idea de qué puede hacer, está en su perfecto derecho. No sé si Artur Mas va a volver o no a la política, pero no está en nuestras coordenadas sumarnos a un proyecto con Artur Mas. El diálogo con la gente de Poblet no pasa por ahí.

-¿Quién lideraría, pues, ese nuevo catalanismo?

-No hemos hablado todavía de liderazgos, debe ser una combinación de experiencia y nuevas caras. No se puede hacer tabla rasa, se requiere de la experiencia de políticos que tengan bagaje, pero que incorpore a la vez oxígenos y aire nuevo. Tanto el proyecto de Units como el de Poblet incluye a personas que no tienen pasado político, que tienen una honda preocupación por lo que pasa en la sociedad, no quieren una Cataluña fracturada. Quieren un gobierno que no solo gobierne para una mitad del país. Y eso requiere que haya algunas renuncias para sumar y construir.

-Romper con el PSC puede afectar al pacto en el Ayuntamiento de Barcelona, donde tienen a un dirigente de Units, Albert Batlle, al frente de la seguridad municipal.

-En absoluto. Sí hemos trasladado al PSC dos reflexiones. La primera que, dado el nuevo contexto, debemos buscar nuevos aliados. Cuando suscribimos el acuerdo con el Partido Socialista quedó claro que no había una voluntad de continuidad, no lo hubo en las elecciones europeas y generales. Sí lo hubo en algunos ayuntamientos y evidentemente en el Parlament. Y también les trasladamos el agradecimiento de todo lo que hemos hecho, que ha tenido y tiene mucho sentido en la gobernabilidad en el Ayuntamiento de Barcelona y en las propuestas en el Parlament. En ningún caso vamos a poner el riesgo las mayorías ni en los ayuntamientos ni la cohesión del grupo parlamentario.

-El pasado sábado, en el mitin de Carles Puigdemont en Perpiñán, se criticó duramente la mesa de diálogo. ¿Qué opina?

-Nos deja bastante perplejos que las mismas personas que hace dos o tres meses se manifestaban bajo el lema sit and talk, critiquen luego a ERC por haber conseguido la mesa de diálogo con el PSOE. No va a ser fácil, pero si me dan a elegir entre un escenario con un Gobierno de Rajoy absolutamente de espaldas a una mitad del país que va a seguir siendo independentista, o una realidad en la que, sin compartir las razones y sin tener los mismos objetivos, hay quien se sienta en una mesa a hacer política, pues yo elijo esa segunda situación, sabiendo que será un camino arduo que requiere algo muy importante en Cataluña: elecciones ya, cuanto antes mejor. No tiene sentido que un Gobierno de España que ya ha comenzado su singladura dialogue con un Govern cuyo presidente admite que está agotado, que tiene proyecto y donde no hay confianza entre los socios que lo integran.