El presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès (i) y el secretario general de JxCat, Jordi Sànchez (d) a su llegada a los jardines del Palau Robert / EP

El presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès (i) y el secretario general de JxCat, Jordi Sànchez (d) a su llegada a los jardines del Palau Robert / EP

Política

ERC pierde hasta el relato de la gestión con su pacto con JxCat

A pesar del gran carácter presidencialista del Govern, sectores republicanos admiten que se ha cedido demasiado a Junts, que asume las consejerías sociales y económicas más importantes

18 mayo, 2021 00:00

El gobierno de la Generalitat siempre ha sido muy presidencialista. De ahí la importancia del nuevo cargo que, en los próximos días, asumirá Pere Aragonès. Sin embargo, el reparto de consejerías pone todo el peso de económico y social en manos de Junts per Catalunya (JxCat), el tercer partido más votado en las elecciones del 14F por detrás de ERC y PSC.

El candidato republicano pierde así el relato con el que se presentó a los comicios catalanes, el de la gestión, pero también el de la propaganda identitaria. Porque, a la espera de concretar qué partido dirige TV3 y la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) --una decisión que depende de las mayorías del Parlament, en la que el PSC tendrá mucho que decir--, Esquerra se queda sin la diplomacia catalana y sin publicidad institucional --Acción Exterior y Difusión pasan a manos de JxCat--.

También pierde la vicepresidencia económica, que elabora el presupuesto de la Generalitat y decide sobre los proyectos presentados para acceder a los fondos Covid. La lucha por retener ese negociado se mantuvo hasta el final de las negociaciones. Se discutió, asimismo, sobre Salud y Territorio --aglutinado ahora en Políticas Digitales e Infraestructuras--, dos consejerías consideradas el epicentro del caso 3% relativo a la financiación irregular de CDC y que dirigirán los neoconvergentes.

 

ERC y JxCat cerraron un principio de acuerdo para la investidura de Pere Aragonès / EP

Acuerdo 'in extremis'

El acuerdo in extremis entre los socios del anterior mandato, que a pesar de sus constantes peleas han decidido darse otra oportunidad con los departamentos del Govern intercambiados, se cerró este fin de semana en dos reuniones mantenidas por Aragonès y Jordi Sànchez, secretario general de Junts. Tres meses después de que se celebraran las elecciones catalanas y a una semana de que concluyera el plazo límite para investir al candidato, ambas formaciones pactaron un gobierno de coalición donde, admiten sectores de Esquerra, se han hecho “demasiadas concesiones a JxCat”.

Logran, eso sí, no poner fecha a la independencia ni concreciones sobre la estrategia a seguir en Madrid. Diálogo y confrontación democrática son los lugares comunes de un acuerdo sin hoja de ruta independentista. Entre otras cosas, porque según las encuestas del fin de semana, la secesión pierde apoyos. Y gana la opción de un tripartito de izquierdas entre ERC, PSC y comunes. "Las bases socialistas y republicanas no están preparadas todavía para eso", explican fuentes soberanistas.

Las ganancias del socio menor

¿Que lo importante era garantizar la presidencia de la Generalitat? Sí. ¿Qué Aragonès tiene equipo suficiente para visualizar su papel como presidente del gobierno catalán? También. Incluso, recuerdan las mismas fuentes, cuando en 2017 se pactó la coalición presidida entonces por JxCat, hubo malestar en este partido al entender que el socio menor, ERC, se quedaba con un trozo demasiado grande del pastel presupuestario --Salud, Educación, Acción Social…--.

En esta ocasión, las críticas de la oposición han sido unánimes respecto a lo mucho que gana Junts con el acuerdo. A saber: Vicepresidencia de Economía y Hacienda; más Acción Exterior y Transparencia; Salud; Políticas Digitales e Infraestructuras (con Movilidad y Agenda Urbana); Investigación y Universidades; Justicia y Derechos Sociales (Asuntos Sociales y de Infancia, Adolescencia y Juventud).

"Pacto de los 500 cargos"

“Es difícil que un acuerdo de gobierno haya generado tan poco entusiasmo”, explica Raúl Moreno, portavoz adjunto de PSC-Units, quien sentencia que “ERC presidirá un gobierno en manos de la derecha con el beneplácito de la CUP”. Moreno habla del “pacto de los 500 cargos”, en referencia a la resistencia a dejar escapar sueldos y puestos de alta dirección en la Generalitat. “Es la crónica de un gobierno basado en el fracaso y la desconfianza”, afirma.

La presidenta del grupo parlamentario de En Comú Podem, Jéssica Albiach, ha advertido a Aragonès de que "acabará siendo un presidente tutelado por la puerta de delante, porque Junts ha ganado en los despachos lo que no ha ganado en las urnas", en referencia al acuerdo alcanzado entre ambos.

La dirigente de los comunes --que se han visto desplazados del acuerdo tras ser utilizados por ERC para poner presión a JxCat con un supuesto gobierno en solitario--considera “muy preocupante” que Junts se haya quedado las consejerías más relevantes en términos sociales --excepto Educación-- y también con las de más presupuesto. "Junts ha acabado controlando los números del presente con la Consejería de Economía, y también los del futuro con los fondos de la UE", ha asegurado. 

Más decadencia

El secretario general del PPC, Santi Rodríguez, considera que el pacto de gobierno “continuará acelerando la decadencia de Cataluña”, ya que “llevamos más de un año en el que se anuncian elecciones con un gobierno agotado y ahora lo que hacen es reeditar ese mismo gobierno”. En su opinión, “la experiencia nos demuestra que gobiernan ignorando a la mayoría de la sociedad catalana”.

“No esperábamos nada bueno, es un acuerdo negativo para los intereses de Cataluña”, ha afirmado el portavoz de Ciudadanos (Cs) en el Parlament, Nacho Martín Blanco, pues ya se ha “visto cómo Junts, ERC y la CUP situaban un orden de prioridades alejados de las necesidades de los catalanes”. “La recuperación económica debería ser una prioridad y, sin embargo, los partidos separatistas han convertido su principal prioridad el hecho de quién va a liderar el fantasmal Consejo para la República”.

Diplomacia catalana

Un Consejo controlado por Carles Puigdemont, dedicado a la proyección internacional del conflicto secesionista y que se verá reforzado por la Consejería de Acción Exterior, ahora en manos de los neoconvergentes.

Por su parte, ERC se queda con Presidencia (con Administración y Función Pública, Oficina para el plan piloto de la Renta Básica Universal, Relaciones Institucionales y Deportes); Acción Climática, Agricultura y Alimentación (políticas de Medio Ambiente y Sostenibilidad, de Energía, Residuos y Agua); Cultura; Empresa y Trabajo; Interior; Educación y Feminismos e Igualdad (Institut Català de la Dona, politicas de Igualdad y Oficina de Derechos Civiles y Políticos).

Que ERC asuma desde Presidencia el negociado de función pública, lo que supone controlar a los funcionarios de la Generalitat, así como la gestión del mundo local, es un buen arranque de cara a las elecciones municipales de 2023. Sus nuevos negociados están muy relacionados con el acuerdo programático que cerró con la CUP, como el cambio de modelo policial, el fomento de las políticas medioambientales o el feminismo. Pero JxCat y los cupaires no pueden estar más alejados ideológicamente.