Imagen de la Cerdanya, descanso invernal de los ricos catalanes / CG

Imagen de la Cerdanya, descanso invernal de los ricos catalanes / CG

Política

ERC y JxCat, a tortas en la Cerdanya

El cierre de la comarca, pactado por alcaldes neoconvergentes con la consejera Budó a espaldas de los republicanos, coloca a las empresas al límite; "las ayudas son ridículas”, aseguran

11 enero, 2021 00:00

Nueva bronca entre Junts per Catalunya (JxCat) y ERC. En esta ocasión, en la Cerdanya, comarca confinada desde el pasado 22 de diciembre para prevenir el aumento de contagios de Covid. Según fuentes locales, la medida se acordó después de que alcaldes de JxCat se pusieran en contacto con la consejera de Presidencia de la Generalitat, Meritxell Budó, para pedirle el cierre.

Lo hicieron a espaldas de los republicanos. Muy críticos, a su vez, con la gestión del Govern en esta comarca, donde la burguesía catalana tiene sus segundas residencias y cuya economía se nutre en gran medida del turismo. El aislamiento ha colocado a las empresas de la zona al límite: “Las ayudas del Govern son ridículas”, asegura el sector de la restauración de la zona.

Llueve sobre mojado

Llueve sobre mojado. Tal como publicó Crónica Global, la gestión del coronavirus por parte de la Generalitat acentuó el malestar de cargos electos de ERC hasta el punto de que el alcalde de Llívia, Elies Nova, rompió el carné del partido tras el caos en la Cerdanya, una comarca que primero se unió perimetralmente con Andorra y Alt Urgell, para luego, de forma repentina, ser confinada, dejando a bares, restaurantes y hoteles sin capacidad de reacción.

Elies Nova, alcalde de Llivia (Girona) que ha abandonado ERC tras el caso con las medidas Covid en la Cerdanya / AYTO. CERDANYA

Elies Nova, alcalde de Llivia (Girona) que ha abandonado ERC tras el caso con las medidas Covid en la Cerdanya / AYTO. CERDANYA

Según aseguran fuentes locales, el cierre de la Cerdanya se produjo después de que los alcaldes de Puigcerdà y Bolvir, Albert Piñeira e Isidre Chia, respectivamente, ambos del partido de Puigdemont, se pusieran en contacto con la consejera de Presidencia y portavoz del Govern, Meritxell Budó. La presión del hospital transfronterizo y del centro de atención primaria ante el aumento de los contagios obligó a los dos ediles a pedir el aislamiento a su interlocutora en la Generalitat, que se ejecutó el pasado 22 de diciembre.

Que ese diálogo con el territorio se llevara a cabo a espaldas de ERC no agradó a los dirigentes republicanos de la Cerdanya. Fruto del malestar acumulado nació Dissidència ERC Cerdanya. Y también la aproximación de algunos cargos locales a JxCat.

Ayudas a las empresas

Precisamente, el pasado jueves, la Generalitat publicó en el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC) las bases de las ayudas a autónomos y empresas del sector turístico de las comarcas de la Cerdanya y el Ripollès. El sector podrá acceder a 10.000 euros en el caso de los alojamientos turísticos; a 7.500 euros para las explotaciones de viviendas de uso turístico y establecimientos y actividades de interés turístico; y a 1.500, para las agencias de viajes y guías turísticos y de montaña, según la resolución del Departamento de Empresa.

David Puigbó tiene un bar, una tienda de comida para llevar y una establecimiento de alquiler de esquís en la Masella. “Las ayudas me parecen ridículas, 1.500 euros para un bar que ha estado cerrado y solo ha podido trabajar al 30% de su capacidad. Es vergonzoso, no nos han perdonado ni un impuesto, es más, nos lo han subido a los autónomos, el gas, las bebidas azucaradas. Es un despropósito”, explica a este medio. Por su parte, un profesional de la restauración de Puigcerdà coincide en que las ayudas son escasas. “Pero algo es algo”, afirma resignado.

"Ni para los gastos mínimos"

Patrick, al frente del hotel Park Puigcerdà & Spa, afirma que “lo fácil sería decir que esas ayudas son insuficientes. Pero hay que tener en cuenta que algunas empresas casi están ganando el mismo dinero teniendo trabajadores en ERTE y pagando al Estado la Seguridad Social. Hablamos de pequeñas empresas, de uno o dos trabajadores”.

Pero en el caso de establecimientos como el suyo, que es familiar, entre 20 y 30 trabajadores, “las ayudas no llegan ni para pagar los gastos mínimos”.