Imagen de un mensaje del Casal Popular Tres Lliris de Gracia / Cedida

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Política

Fiesta grande en la okupa por la que está imputado Eloi Badia

El Casal Tres Lliris de Gracia programa ocho días de juerga antes de que el concejal declare como investigado por cederles el edificio

10 agosto, 2022 11:28

Fiesta grande en la okupa del barrio de Gracia de Barcelona que ha provocado la imputación de Eloi Badia. Los intrusos del edificio tomado han programado ocho días de juerga la próxima semana a semanas de que el edil de Emergencia Climática y Transición Ecológica declare como investigado por cederles el edificio. 

El concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia / EUROPA PRESS

El concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia / EUROPA PRESS

Lo anuncian los propios allanadores en sus redes sociales, en las que detallan los pormenores de la llamada La Jove Festa Major, que coincidirá con la Fiesta Mayor de Gracia en unos días. La celebración incluye actividades de diversa entidades, como Arran, que acaba de romperse en dos, como detalló este medio

Concejal investigado

Más importante, las actividades de Tres Lliris llegan antes de que declara como investigado Eloi Badia por una polémica cesión del edificio a los okupas. El edil entregó el activo a los intrusos en 2017, y jamás se ha recuperado, por bien que se trata de un inmueble propiedad del Instituto Municipal de Vivienda y Rehabilitación (Imhab). 

Ahora, el electo deberá declarar como investigado por presunta prevaricación y malversación por la cesión a una entidad vinculada a los allanadores. El pasado año, Badia renovó con los okupas pese a que había una orden de cese de actividad y quejas vecinales. Ahora, el juzgado de Instrucción número 27 de Barcelona lo ha citado a declarar. 

Se quedaron sin plaza

Cabe recordar que fiestas anteriores de Tres Lliris en el marco de las Fiestas de Gracia provocaron protestas vecinales por el ruido. Ocurrió en 2019, antes de la pandemia del coronavirus, que acortó la festividad al mínimo. Pese a quedarse sin plaza, los squatters exigieron otro espacio, y lo lograron. 

Asimismo, el año pasado y en pandemia, como explicó Metrópoli, se produjeron incidentes en el edificio tomado a la fuerza pese a las restricciones por la pandemia del coronavirus.