El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en un acto con representantes de diversas asociaciones de víctimas del terrorismo con motivo del X aniversario del 11M

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en un acto con representantes de diversas asociaciones de víctimas del terrorismo con motivo del X aniversario del 11M

Política

El Gobierno quiere pasar página de la teoría de la conspiración del 11M

Fernández Díaz y Ruiz-Gallardón tratan de zanjar las especulaciones. Pero algunos dirigentes del PP mantienen, no obstante, las elucubraciones sobre la autoría de los atentados

12 marzo, 2014 07:08

Han tenido que pasar diez años del mayor atentado islamista perpetrado en suelo europeo para que todas las asociaciones de víctimas del 11M hayan podido conmemorar juntas ese dramático suceso. Hasta ahora, año tras año, unas asociaciones y otras habían expresado en cada aniversario su dolor por separado. Personas que perdieron a sus seres queridos en los trenes de Atocha o que resultaron malheridas por el efecto de las bombas han estado divididas, enfrentadas, durante toda esta década porque unas creyeron que los autores eran seguidores de Al Qaeda y otras se sumaron a la teoría de la conspiración que agitaron algunos medios madrileños alentados por destacados dirigentes del PP.

Así que unas asociaciones confiaron en la investigación de la policía, la labor de los fiscales y los jueces y en las informaciones que ofrecían los servicios de inteligencia de todo el mundo, mientras que otras asumieron la tesis del complot en el que se habrían mezclado ETA, el PSOE, policías, espías, jueces y no se sabe qué países musulmanes con el objetivo de usurparle el poder al PP en las elecciones del 14 de marzo, tres días después del atentado.

Durante los años siguientes a la masacre el PP alimentó esa creencia en un intento de desgastar al Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero por la vía de deslegitimar su victoria electoral. Personalidades de peso como el expresidente del Gobierno José María Aznar se empeñaron en propagar esa teoría e incluso en la comisión de investigación que se hizo en el Congreso de los Diputados, el expresidente afirmó, por ejemplo, que "los que idearon el 11M no están ni en montañas lejanas ni en desiertos remotos" y su exministro del Interior, Ángel Acebes, insistió en el mismo foro que la sombra de ETA sobrevolaba los atentados de Atocha.

Fernández Díaz y Ruiz-Gallardon zanjan las especulaciones

Pero ha pasado el tiempo, los atentados del 11M fueron investigados y juzgados hace ya seis años, el PP recuperó el poder en noviembre de 2011 y la mayoría de sus dirigentes y algunos de los medios, como el diario El Mundo, que más agitaron la paranoia conspirativa han abandonado esas teorías que dividieron a las víctimas y a la sociedad española.

De hecho, al Gobierno de Mariano Rajoy y a la cúpula de su partido hace tiempo que les urgía pasar página de ese lamentable episodio. Poner punto final a una historia de la infamia que caló en buena parte de su electorado. Por eso esta semana, coincidiendo con el décimo aniversario de la matanza de Atocha, ha habido un despliegue de declaraciones de ministros como el del Interior, Jorge Fernández Díaz, que aseguró en la COPE que "está claro que ETA no participó" en el 11M, y el de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, que afirmó que "la Justicia ya dijo quienes fueron los autores" de los atentados, con las que han tratado de despejar cualquier duda sobre la autoría de la matanza de Atocha y de apartarse definitivamente de la teoría del complot.

González y Cospedal siguen sembrando dudas

Han sido las voces más importantes del Gobierno, junto a la del presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, que dijo no haber entendido nunca la teoría de la conspiración, las que han tratado de poner punto final a esa etapa. La decisión del Gobierno de pasar página ha topado, no obstante, con declaraciones de dirigentes del PP que siguen alentando elucubraciones sobre la autoría material e intelectual del atentado.

Y eso que no hablaron algunos de las más insignes miembros de su Tea Party particular. Ni Aznar, ni Esperanza Aguirre, ni Mayor Oreja. Pero sí lo hicieron el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, para decir que "lo importante es saber quien cometió" el atentado, y, con más ambigüedad la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que deseó que "se conozca toda la verdad". Esas opiniones ensombrecieron el intento del Gobierno de poner punto final a la tesis conspiranoica.

La unidad de las víctimas puede ayudar a acabar con esas dos visiones y a conformar un único relato de lo ocurrido. Tampoco será fácil para ellas. Ahora han dado un primer paso importante, pero siguen manteniendo posiciones diferentes y hondas heridas personales producidas por años de enfrentamientos, ensañamientos y malos entendidos. No obstante, la comparecencia conjunta de las asociaciones de víctimas, la marcha atrás del Gobierno y la rectificación de medios de comunicación como El Mundo, permiten augurar un futuro mejor.