Xavier Melero, abogado de Artur Mas, durante su intervención en el juicio por el 9N / CG

Xavier Melero, abogado de Artur Mas, durante su intervención en el juicio por el 9N / CG

Política

El abogado de Mas afirma que el Gobierno quiso mediatizar la Justicia en el 9N

Sostiene que no hubo desobediencia porque la ejecución de la suspensión de la votación nunca llegó y que le hubiera gustado que compareciera Rajoy “porque es un señor muy cervantino”

10 febrero, 2017 13:02

El abogado defensor del expresidente Artur Mas ha asegurado que el Gobierno español intentó mediatizar la acción de la justicia en el caso del 9N y ha asegurado que la ejecución de la prohibición dictada por el Tribunal Constitucional (TC) “nunca llegó”.

El letrado Xavier Melero, en respuesta a la contundente intervención del fiscal, ha defendido el respeto institucional de su cliente, quien “no contestó al ministerio público por falta de respeto”. Y se ha referido a la colaboración que siempre ha mantenido el expresidente con la fiscalía.

La testigo de cargo

El abogado ha dicho que Mas no se ha escondido detrás de funcionarios o voluntarios, pues ha admitido que la iniciativa del 9N fue suya. Ha negado presiones a los directores de centro, porque la “testigo de cargo”, Dolores Agenjo, la única profesora que se negó a entregar las llaves para que su centro acogiera la votación, “hizo lo que quiso sin que nadie se lo impidiera”.

Melero ha afirmado que “el Gobierno del Estado, y eso me produce la misma tristeza a la que se refería el fiscal, ha intentado mediatizar la acción de la justicia, lo ha querido hacer discretamente, pero ha dejado huellas”.

“Nos hubiera gustado tener aquí a Rajoy porque es un señor muy cervantino”, en referencia a la petición de comparecencia como testigo del presidente español y que no fue admitida por el tribunal.

Ni ocultismo ni desobediencia

Considera que el TC no tenía el más mínimo interés en hacer efectiva su suspensión dictada mediante providencia, y ha puesto como ejemplo que el abogado del Estado pidiera una aclaración. Ha negado el “ocultismo” denunciado por la fiscalía sobre las actuaciones del Govern y ha asegurado que el conflicto entre el Gobierno español y el catalán fue ascendiendo posiciones hasta llegar al presidente de la Generalitat, a pesar de que la ejecución de la suspensión “nunca llegó”. Ha diferenciado la primera suspensión del TC, que anuló una ley y un decreto, de la segunda, que se refería a “cualquier acto derivado”, algo muy genérico, a juicio del letrado. Por tanto, sostiene, no hubo desobediencia por parte de Artur Mas. "No puede desobedecer quien no es requerido", ha concluido.