Cunillera: "Un Gobierno del PSOE no hubiera sido tan torpe el 1-O”

--PREGUNTA: Durante el referéndum del 1-O, vimos una intervención policial muy contundente. Si aquel día hubiera sido delegada del Gobierno, ¿las cosas se hubieran hecho de otra manera?

--RESPUESTA: No, no hubiera formado parte de un Gobierno que dejara las cosas tan mal. El 1-O es consecuencia de muchos errores, de muchas carencias, de las dos partes, también del Gobierno del Estado. Yo no hubiera podido ser delegada de un Gobierno de Mariano Rajoy.

--¿Qué hubiera hecho entonces?

--Estaría en mi casa.

--Si hubiera formado parte de un Gobierno que se enfrenta a ese desafío…

--Es que yo no soy de confrontación, ni me lo he planteado, no sería delegada de un Gobierno de confrontación.

--Si el PSOE hubiera tenido que gestionar ese día…

--Yo no puedo participar de una política de confrontación. Con un gobierno socialista no se hubiera llegado a ese punto.

-¿Se tendría que haber actuado antes, los días 6 y 7 de septiembre, cuando se aprobaron las leyes de ruptura, por ejemplo?

--No le puedo decir, porque eso sería hablar del pasado, que siempre es más fácil que prepararse para el futuro. Yo no creo que un Gobierno del PSOE hubiera sido tan torpe, por decirlo de forma suave, en la conducción de ese problema.

--Sectores educativos, PP y Ciudadanos han criticado el pacto entre PSOE, Unidas Podemos y ERC que blinda el catalán como lengua vehicular. ¿Se podía haber evitado? ¿Le puede perjudicar al PSC?

--Cuando uno aborda esos temas no lo puede hacer en términos de si me ayuda o me perjudica como partido político. Se tiene que hacer desde otra perspectiva. Y en ese sentido, nunca hay que perder de vista que tanto PP como Ciudadanos viven de esa confrontación. Ellos se mueven bien en ese ámbito de confrontación. Nuestro error es cuando caemos en esa confrontación. La ley Wert solo la aprobó el PP, nadie más. Esa ley para ellos era estupenda, pero una ley aprobada por siete partidos, que tiene la mayoría absoluta de la Cámara, no es válida. ¿Qué regla de juego estamos utilizando para medir una y otra? Aquí estaba vigente esa ley, pero también el Estatut, cuyo artículo 6 dice claramente que en la Administración, en los medios de comunicación públicos, la lengua vehicular será el catalán, con pleno respeto al castellano, que es también lengua oficial, en tanto que es lengua oficial del Estado español. Ante esa recogida de firmas, a las que el PP está tan acostumbrado, deberíamos estar atentos, porque siempre salen perjuicios para los ciudadanos. Ellos necesitan esa confrontación.

--No ve conflicto entonces.

--Usted y yo somos catalanas, podemos hablar en castellano sin ningún problema. Esa es la demostración más clara de que luego, saldremos de aquí y a lo mejor hablamos en catalán. Podemos convivir. Y si hay que arreglar, se arregla. Pero no es verdad que la lengua nos confronte. Hay alguien que sí quiere que nos tiremos la lengua a la cabeza. La lengua debe servir para hablar entre nosotros, para querernos, para convivir, para que coexistan todas las lenguas del Estado.

--Si no hay confrontación social sobre la lengua, ¿por qué a nivel administrativo no se puede equiparar?

--Es verdad que es un tema muy importante, es la manifestación que uno tiene de poder expresarse. ¿Pero de verdad usted cree que ahora hay un problema en Cataluña?

--Por eso mismo…

--Pues no caigamos en la provocación, no les ayudemos a crear el problema. Lo mejor es no ayudarles.

--Esos mismos partidos dicen que el Estado se ha visualizado poco en Cataluña, que precisamente la Alta Inspección de Educación no ha garantizado el derecho de los padres a escolarizar a sus hijos en su lengua materna.

--Depende de lo que entendamos por Estado. Le quiero recordar que, también según el Estatut, el máximo representante del Estado en Cataluña es el presidente de la Generalitat. Desde este punto de vista, el Estado nunca ha estado ausente. Hasta donde yo sé, a eso nunca se ha renunciado. Le puedo asegurar que el Estado ejerce sus funciones. Y la garantía que le damos a los ciudadanos de Cataluña, como no podría ser de otra manera, nosotros cumplimos estrictamente las leyes. No se nos puede pedir que hagamos aquello que la ley no fija. Pero volvemos al terreno de la confrontación, es la búsqueda del conflicto. Y lo que necesitamos ahora en Cataluña es la búsqueda del acuerdo.

--¿Cómo definiría su mandato, su gestión como delegada del Gobierno? Venimos de una etapa del PP con perfiles muy políticos. Creo que usted ha optado por un perfil más institucional, como decía, de menos confrontación.

--El tema está en que deberíamos definir qué entendemos por política. En anteriores mandatos no se ha hecho política, se ha hecho otra cosa, había una voluntad de confrontación, de ocupar espacios de una manera confrontada. Creo que nosotros hemos hecho política. Cuando el presidente Pedro Sánchez llegó al gobierno, dijo claramente que nosotros íbamos a ser distintos en abordar todos los temas, especialmente este. El mejor servicio que le podemos hacer a Cataluña es haber puesto sobre la mesa esa capacidad de diálogo. Entiendo que en un primer momento la gente desconfiara, que pensara “a ver de qué va esto”. Hemos demostrado suficientemente que somos un gobierno de diálogo, de acuerdo, hemos desencallado infraestructuras que llevaban en un cajón siete años. Nada más llegar al gobierno constituimos una comisión bilateral con la ministra Meritxell Batet. A partir de ahí se crearon las comisiones de trabajo, que han avanzado en la retirada de recursos de inconstitucionalidad, con discreción y seriedad. Tuvimos una junta de seguridad con el presidente Torra para recuperar una coordinación entre los cuerpos policiales que nunca se debió perder. ¿Hacer política? Nosotros la hacemos.