El vicepresidente del Govern y 'conseller' de Políticas Digitales, Jordi Puigneró (d), junto al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (i) /EFE

El vicepresidente del Govern y 'conseller' de Políticas Digitales, Jordi Puigneró (d), junto al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (i) /EFE

Política

Las cuatro guerras sin resolver de Aragonès en la Generalitat

Tras la designación del 'sottogoverno', llega la verdadera pugna entre ERC y JxCat: directores generales y cargos de confianza, así como el control económico y jurídico de los contratos

31 mayo, 2021 00:00

“Ahora viene la verdadera guerra. Hasta ahora solo ha sido un entremés”. Habla un alto funcionario de la Generalitat. Se refiere al nuevo gobierno de Pere Aragonès. Porque, confirmado ya el nuevo Consell Executiu, esto es, donde convivirán de nuevo consejeros de ERC y Junts per Catalunya (JxCat), así como los miembros del sottogoverno –secretarios generales--, ahora quedan otros cuatro frentes. Los más belicosos. A saber: designación de directores generales y asesores, un escalafón intermedio --la Generalitat tiene más mandos intermedios que personal técnico-- donde afloran antiguas rencillas y se recuperan carnets de partido olvidados. Y otras dos guerras más: la económica y la jurídica.

Las negociaciones entre ERC y JxCat han configurado un Govern donde se han intercambiado consejerías entre los dos partidos respecto al anterior mandato, ya que ahora son los republicanos los que presiden la Generalitat. Por debajo de los consejeros y los secretarios generales, cuyo papel es eminentemente político, están los directores de servicio y los directores generales, “que son los que de verdad deben conocer su profesión, ya que ellos son los responsables de cada área de trabajo de una Administración. Aunque, en la práctica, sirven para todo y dejan la gestión en manos de los subdirectores generales, los jefes de servicio, los de sección y los técnicos superiores”, explica el citado cargo. 

Generalitat faraónica y 500 altos cargos

Y ahí viene el verdadero cambalache de esta Generalitat faraónica, de la que dependen un total de 363 entes (fundaciones, empresas, consorcios…), la cifra más alta de España seguida de Andalucía, con 276, y País Vasco, con 154. Su plantilla alcanza los 174.000 empleados, número que se puede ver incrementado ya que las consejerías han pasado de 13 a 14. En lo que respecta a la Generalitat, 500 altos cargos vinculados a los partidos trabajan en los departamentos.

“No es la primera vez ni será la última, que a un director general neoconvergente le ponen al frente de una dirección que era de ERC (o viceversa), y como no tiene ni idea del tema de su dirección general, sus propios mandos intermedios (subdirectores, jefes de servicio y sección) le hunden en la miseria. Esto es una constante en la Administración. Pues imagina lo que puede suceder con este intercambio de consejerías... Ni te cuento la guerra interna que hubo cuando pasamos de CiU al tripartito y del tripartito a la situación actual”, añade.

Funcionarios de carrera

Estos mandos intermedios, al ser funcionarios de carrera, deben ser absolutamente neutrales, pero la realidad es bien distinta y “algunos que han soportado vejaciones siendo de un color pero 'trabajando para el enemigo', ya han desempolvado el carnet del partido que tenían guardado y no podían mostrar”, explican fuentes sindicales que representan a los funcionarios

En algunas ocasiones, estos mandos intermedios son sustituidos por otros más afines al partido del consejero, pero no pierden su elevado sueldo --80.000 euros anuales por su nivel 30.2 de subdirector--, con lo cual el gasto se dispara. ¿Cómo se cuadra el presupuesto? “Pues se cesa a un par de técnicos interinos, no se cubre una plaza de un técnico que se ha jubilado, o se prescinde de dos administrativos interinos que han pedido la plaza en el último concurso de traslados. Así es como se consigue el sueldo del amigo del partido sin modificar el capítulo 1 de los presupuestos de la Generalitat (dedicado a personal)”, explican estos representantes de los funcionarios.

Ello provoca que haya casi más mandos intermedios en la Administración que personal técnico y de servicios resolviendo temas. Por lo que "cuando la situación es límite, solo cabe un recurso: contratar más interinos, a ser posible del partido", afirman.

Tipo de entidades públicas dependientes de la Generalitat / MINISTERIO DE HACIENDA

Tipo de entidades públicas dependientes de la Generalitat / MINISTERIO DE HACIENDA

Pero la guerra por la colocación de cargos también se produce a un cuarto nivel y el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC) así lo demuestra: asesores y personal de confianza, jefes de gabinete, de prensa, protocolo, secretarías del conseller, asesores especiales en diversas materias, jefe de relaciones con el Parlament, chóferes de representación…

¿Chóferes? “No es broma, ganan mucho dinero, son personal de confianza, y lo saben todo puesto que oyen todas las conversaciones de sus jefes en los coches, aunque no lo parezca tienen un gran poder e influencia en la Administración, puesto que son los únicos, además de las secretarías, que tienen línea directa con el conseller o el alto cargo que lleven, son personal de absoluta confianza de su jefe directo llegando a tener verdaderos vínculos de amistad”, añade el alto funcionario.

Frentes jurídico y económico

Finalmente, quedan otros dos frentes abiertos para el gobierno de Aragonès, el jurídico y el económico, que van relacionados puesto que las resoluciones que dicten en los departamentos pueden ir acompañadas de un cambio de criterio o una diferente interpretación de la ley. JxCat ha asumido las consejerías que manejan más presupuesto y gestionan más contratos, como la de Salud, mientras que retiene infraestructuras --antes obras públicas, territorio, considerado el epicentro del caso 3%…-- asignada a la vicepresidencia de Jordi Puigneró, el hombre fuerte de Carles Puigdemont en el Govern.

De ahí las últimas contrataciones de los diferentes departamentos, según publica el DOGC, cerradas en determinados casos con cierta velocidad y algunas plurianuales “por lo que pudiera pasar”. En este sentido, la redefinición de los servicios jurídicos de cada departamento, así como del Gabinete central --depende de Presidencia y estaba en manos convergentes, pero este departamento depende ahora de ERC-- será fundamental.