La dicotomía que divide el mundo occidental entre globalistas y nacionalistas aflora cada vez con más claridad en el embrollo catalán.
El star system catalán mantiene prudencia con la esperanza de que la justicia alemana finalmente no entregue a España al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, intentando destacar las diferencias entre una “democracia consolidada” y un sistema, a su juicio, contaminado por la “dictadura franquista”.
El pasado nazi de Alemania
Esta expectación hacia la decisión alemana, no obstante, dista con la posición de esa cantera de jóvenes articulistas que se ha consolidado en el panorama mediático autonómico desde el inicio del procés independentista. Estos ‘cuperos’ de derechas tienen un posicionamiento más explícito sobre el rol de Alemania en la geopolítica europea.
Desde el aspirante a la alcaldía de Barcelona, Jordi Graupera, al periodista Boaz Vilallonga, tienen un relato y contexto para desacreditar Alemania ante la más que probable entrega de Puigdemont. Ya sea recordando su papel dominante en la crisis griega durante los años de recesión económica o recurriendo a su pasado nazi.
Pensador cercano a Le Pen
Villalonga ha compartido en su blog un artículo titulado La tranquil·litat d’Alemania en el que cita al pensador francés Éric Zemmour, cercano al partido xenófobo Frente Nacional que lidera Marine Le Pen. “Si digo que el judío francés-algeriano Éric Zemmour es de los pocos que ha sabido entender la misión alemana y el fracaso final de Francia dentro de Europa, me saldrán con que Zemmour es de los intelectuales del Frente Nacional. Correcto. Sin embargo, en la aspiración imperial francesa, Zemmour ha comprendido que la Unión Europea se ha ido adaptando a los intereses de la potencia alemana”.
El periodista afincado en Nueva York también afirma que Alemania quiere “el sometimiento de la periferia” como se vio en Grecia: “Hace tiempo que Alemania tomó una decisión: sacrificar la periferia europea con el fin de mantener la prosperidad del centro europeo. Eso es la Mittleeuropa (...) Lo vimos con Grecia. Y no dijimos nada. Lo hemos visto con Italia. Ahora nos toca a nosotros. Nadie dirá nada”. Este artículo ha generado adhesiones de otros articulistas de la misma órbita como son Enric Vila o Bernat Dedéu.
Pese a que el proyecto secesionista catalán choca con los valores fundacionales de la Unión Europea, el nacionalismo hegemónico defendía a capa y espada su condición “europeísta”. Ahora, esta voluntad de pertenecer a la comunidad europea empieza a quebrantarse ante estos independentistas. Alguno de ellos, equidistantes entre el nacionalismo de Le Pen y europeísmo del presidente de la República francesa, Emmanuel Macron.
El papel interesado de Merkel
En un artículo publicado en El Nacional, Graupera critica abiertamente las posiciones que, a su juicio, encarna la cancillera alemana Angela Merkel en un presunto conflicto entre “democracia” y “autoritarismo”; entre “ciudades” y “estados”.
El filósofo contrapone la política de “acogida de refugiados” de la dirigente germana con “abandonar Grecia a su suerte”. “El Estado es el instrumento que late de fondo, y es también la fuerza que gana preeminencia con estas maniobras, humanitarias o crueles”.
Cataluña incomoda como el 'Brexit'
El historiador Enric Vila en el mismo digital emplaza a los socios comunitarios a asumir que el contencioso catalán es un problema europeo: “Hace tiempo que Cataluña amenaza con convertirse en un tema europeo más incómodo que el brexit”.
Vila recurre al pasado autoritario de Alemania para instarle a que no repitan la entrega del presidente catalán en el exilio Lluís Companys al régimen dictatorial franquista por parte de la Gestapo: “Las comparaciones entre Companys y Puigdemont no gustan a nadie, pero todos las tienen en la cabeza y todos saben por qué interpelan a la gente y cómo se pueden utilizar”, concluye el historiador.
La finalidad es hacer emerger las vergüenzas del pasado alemán y, en caso de que Alemania no responda a sus consignas con la entrega de Puigdemont, desacreditar a uno de los países más relevantes de la Unión Europea.