El PP de Barcelona ha retado hoy a Ada Colau, alcaldesa de la urbe, a llevar su polémico plan para expulsar los coches y las motos de un tercio de calles del Eixample a consulta ciudadana. La formación que lidera Óscar Ramírez a nivel municipal ha alertado de que la superisla peatonal en el corazón de la Ciudad Condal supone "desmontar el plan Cerdá" y dejar una ciudad "más propia del siglo XIX que del XXI".
En un comunicado, la formación ha reaccionado al anuncio del bipartito formado por Barcelona en Comú y PSC de que ejecutará a partir de 2022 un plan maestro para echar a los coches y las motos del 33% de las calles de la almendra central de la capital catalana. La hoja de ruta, llamada superisla Barcelona, impactará de lleno sobre 350.000 desplazamientos diarios en vehículo privado en esta zona.
"Desmontará el admirado plan Cerdá"
Tras la presentación del controvertido plan, habida cuenta de discutidas experiencias anteriores como la superisla de Poblenou, el PP de Barcelona ha advertido de que la alcaldesa Ada Colau debe someter el proyecto a consulta ciudadana, tal y como hiciera Jordi Hereu con la reforma de la Diagonal en 2009 --y perdiera--. "Los barceloneses deben expresar si están de acuerdo con esta medida que puede hipotecar el futuro de la movilidad en la ciudad hasta 2030", ha señalado Ramírez.
El concejal popular ha enfatizado también que "Colau pretende desmontar el tan admirado plan Cerdà para dejarnos una ciudad más propia del siglo XIX que del siglo XXI, todo para seguir imponiendo su modelo ideológico de hacer la guerra al coche y la moto".
Interpela al PSC sobre su postura
A renglón seguido, el electo popular ha recordado que "el futuro de Barcelona no pasa por dejarla sin coches, sino por conseguir una ciudad más sostenible y sin contaminación, apostando por un plan estratégico del transporte público con la L9 y L10 terminadas, más autobuses de alta capacidad, aparcamientos disuasorios e incentivar el vehículo eléctrico".
A este respecto, Ramírez ha interpelado directamente al PSC, socio de gobierno municipal de Colau. "El PSC se ha mostrado públicamente contrario a mantener el actual modelo de urbanismo táctico, que ahora Colau pretende extender en toda la ciudad con las superislas. Es necesario que expresen su opinión para dejar de malgastar dinero en comprar bancos de hormigón, bolardos y pinturas de colorines", ha apostillado el edil.