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Colau incendia el AMB con el baño de masas de la empresa de vivienda

La alcaldesa de Barcelona monta unos fastos por Habitatge Metròpolis pese a las reservas de sus socios de gobierno

6 noviembre, 2021 00:00

Ada Colau ha generado malestar en el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) por el baño de masas de la empresa mixta de vivienda que ella misma frenó en el pasado. La alcaldesa de Barcelona montó ayer unos fastos para presentar Habitatge Metròpolis (HMB) contra la opinión de sus socios de gobierno, que recomendaban prudencia y moderación por la larga génesis del operador público-privado: siete años

Lo detallan fuentes de la oposición metropolitana. Subrayan que el gobierno cuatripartito del AMB --En Comú Guanyem, PSC, ERC y Junts-- era más proclive a una presentación técnica de HMB, por cuanto la sociedad que forman el Área, ayuntamiento, Cevasa y Neinor Homes apenas ha iniciado los 4.500 pisos de alquiler asequible que ha prometido construir. Aún tardarán unos años en ver la luz. Los comunes se negaron y exigieron más pompa y boato. 

Barcelona, protagonista sobrevenida

El partido de Colau pidió varias cosas. Uno, que el acto de presentación de Habitatge Metròpolis fuera en Barcelona. Y, concretamente, en el Saló de Cent del ayuntamiento, la dependencia de las grandes ocasiones. Dos, que la presencia del sector privado se diluyera al mínimo y que se hiciera hincapié en el alquiler social. Tres, que el notario que ha firmado la ampliación de capital de HMB y la entrada de Cevasa y Neinor fuera al consistorio y no al revés. 

Los comunes lograron que Barcelona fuera protagonista del nacimiento de la empresa mixta de vivienda. Todo ello, a pesar de que el gobierno de la ciudad fue el que frenó el nacimiento de la sociedad de economía mixta en 2014. Siete años después, la capital catalana ha sido protagonista sobrevenida, ante el estupor de los aliados de Colau en el AMB. 

Un plasma para no hacer preguntas

Pero es que hubo más. En Comú Guanyem sondeó la posibilidad de que la presentación de una empresa público-privada de vivienda, la "primera de España" según la nota oficial, fuera por medio de presentación virtual. Sin preguntas de los periodistas. La solución del plasma, en referencia a la pantalla que utilizaba el expresidente Mariano Rajoy para evitar cuestiones incómodas, no caló porque los socios de los comunes se negaron. 

La prensa fiscalizó al gobierno metropolitano y algunas de las cuestiones planteadas tocaron hueso. Como por qué Colau y los suyos, incluyendo a Javier Burón, gerente de Vivienda de Barcelona, frenaron el operador mixto en 2014 y se han entregado al mismo en cuerpo y alma siete años después. Antoni Balmón (PSC), vicepresidente ejecutivo del AMB, zanjó el tema con elegancia, pero dejando claro que HMB se había empezado a gestar en 2008 y fue relanzado en 2014. Antes de quedar "aparcado". 

Burón: "No es nuestro modelo"

Lo cierto es que Balmón, también alcalde de Cornellà de Llobregat, relató el choque con suavidad. Los comunes griparon Habitatge Metròpolis Barcelona en la comisión ejecutiva del AMB de octubre de 2015. El propio Javier Burón, entonces recién nombrado en su cargo, escuchó la propuesta atentamente, pero concluyó con un definitivo: "La idea es buena, pero no es nuestro modelo". Con ello, Habitatge Metròpolis descarriló. Nada se volvería a saber de la iniciativa hasta el siguiente mandato a pesar de que el trabajo estaba hecho. 

El anterior gobierno del AMB tenía en su poder el proyecto de estatutos y el plan de negocio de la empresa mixta de vivienda. Pero los comunes alcanzaron la alcaldía de Barcelona --y la presidencia del Área-- e hicieron descarrilar el proyecto. No les gustaba la presencia de los privados. Arrancaba la etapa más ideológica de Colau y los suyos, y la concomitancia con el sector privado aterraba. 

El sector privado siempre fue catalizador

De hecho, la ideología de los comunes asustó a más de un operador al que el AMB había sondeado para ser socio industrial y capitalista. Pero los comunes desconocían los detalles de la política inmobiliaria que se practicaba en la institución y vetaron la creación de Habitatge Metròpolis. Lo cierto es que el Área promueve desde hace años la colaboración público-privada, recuerdan desde la oposición, y también en materia de vivienda. El Instituto Metropolitano de Promoción de Suelo y Gestión Patrimonial (Impsol), la promotora del AMB, ha reposado en los privados para elevar vivienda social, recuerdan las fuentes consultadas.  

Colau y los comunes "sabían mucho de parar desahucios" y "muy poco" de elevar vivienda social, recalcan las fuentes conocedoras. En particular, en cómo se consigue la financiación privada necesaria para el proyecto. De hecho, es el aspecto más complicado de la ecuación si se tiene en cuenta que la capacidad de endeudamiento de las administraciones públicas está limitada desde hace años en el país. 

El fracaso de la vivienda, decisivo

Así las cosas, ¿por qué recuperar la idea de una empresa mixta de vivienda social? ¿Y por qué presentarla en olor de multitudes? "Por el fracaso en el campo de la promoción de pisos protegidos en Barcelona", insisten cargos electos de la oposición que prefieren no aportar su nombre. Cabe recordar que Barcelona en Comú ganó las elecciones de 2015 con la promesa de 4.000 unidades de nueva construcción y la movilización de otras 4.000. Entregó 800 al final del pasado mandato. "Las cosas no les han ido bien en este campo", subrayan. 

Un descalabro en plena alza de los alquileres en la Ciudad Condal y que supone una crítica doble para el partido de Ada Colau. Teóricamente, eran los más competitivos en la política de vivienda y la propia alcaldesa saltó a la política gracias a su popularidad como portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Finalmente, la formación ha tenido que buscar oxígeno en el sector privado, como había propuesto el AMB siete años atrás. Supone un giro mayúsculo a su ideología y, por ello, se presenta el proyecto como propio, cuando no lo es. Esta realidad ha generado disconformidad en el AMB. Todo ello, en una institución que puede mostrar un trabajo sostenido en el tiempo en el campo de la vivienda pública y que lleva años parada por argumentos de carga únicamente ideológica que se han corregido.