Algo no cuadra en los tempos del independentismo catalán, que acaba de pedir diálogo en la recta final del procés. De ahí que la carta del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y del vicepresidente, Oriol Junqueras, publicada ayer en El País haya sido interpretada por los partidos de la oposición como un grito de auxilio ante el atolladero institucional en que CDC y ERC, que gobiernan en coalición apoyados y presionados por la CUP, se ven. Es el canto del cisne. Es decir, el ocaso de la épica independentista.
Tras sus reiteradas negativas a acudir a foros gubernamentales, Puigdemont es el coautor de una carta donde hay llamamiento al diálogo y amenaza de referéndum a partes iguales. Tiene como cómplice a Junqueras, más dado a reunirse con dirigentes del Gobierno de Mariano Rajoy, pero igualmente firme en la necesidad de poner las urnas para que los catalanes decidan su futuro. Un combinado poco creíble, según la oposición.
Para el portavoz parlamentario de Ciudadanos, Carlos Carrizosa, la carta es “es el reconocimiento de un fracaso. Piden a gritos una salida del laberinto en el que ellos mismos se han metido y de donde no saben salir”. Para el dirigente de la formación naranja “lo único que puede ofrecer la Generalitat a los catalanes es la repetición de un nuevo 9N”, a pesar de que ya dijeron que era una pantalla pasada”.
Elecciones
Para Carrizosa, los autores de la misiva “no tienen credibilidad” por lo que, ante la situación de “bloqueo institucional” existente, ha instado a quienes “llevan años fomentando la división” que “convoquen elecciones”.
El Secretario de Organización del PSC, Salvador Illa, sentenció: “Estamos una vez más ante un engaño y una impostura. No es creíble un ofrecimiento de diálogo de aquellos que se saltan la ley, desobedecen al Tribunal Constitucional y terminan planteando ultimátums".
"Estamos viviendo el resultado de cinco años de parálisis, y lo que necesitamos es diálogo, negociación y pacto, pero de verdad. El artículo es decepcionante porque no se pueden plantear ultimátums a esta situación", añadió.
Por su parte, el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, ha acusado a Puigdemont y Junqueras de hacer "de bombero y pirómano a la vez" y les ha exigido que decidan “qué papel quieren jugar", es decir, dialogar o la vía unilateral.
"No se puede caer en la trampa de, por un lado, reivindicar el diálogo y, por el otro, dar el ultimátum de estar dispuesto a convocar un referéndum ilegal", ha remarcado. Ha asegurado que el Gobierno siempre ha querido dialogar, mientras que la Generalitat "mantiene una posición contradictoria, enrocada y paralizada en un referéndum que divide a la sociedad".
Podemos exige garantías jurídicas
El secretario político de Podemos en Cataluña, Joan Giner, ha recordado que CSQP --coalición de la que forma parte el partido morado-- apuesta por un referéndum "vinculante y con garantías jurídicas", pero no comparte que deba celebrarse "ineludiblemente" en 2017 como exigen ambos dirigentes en su carta, sino que apuesta por seguir trabajando para que se celebre con esas premisas.
Giner ha pedido al Govern que, en vez de "dedicarse a escribir artículos, pongan negro sobre blanco" las propuestas para celebrarlo y para conseguir la participación y el reconocimiento internacional que necesita la consulta.