El expresidente Carles Puigdemont, en un vídeo para jóvenes en Lovaina, Bélgica,  deja ahora a PDeCAT y ERC en una difícil situación / EFE

El expresidente Carles Puigdemont, en un vídeo para jóvenes en Lovaina, Bélgica, deja ahora a PDeCAT y ERC en una difícil situación / EFE

Política

Caído Puigdemont, ¿qué harán PDeCAT y ERC?

La situación del candidato para ser presidente se complica más a pesar del apoyo de su núcleo de dirigentes, mientras los partidos soberanistas esperan un sustituto

1 febrero, 2018 00:00

Puigdemont says Rajoy has won.  

Ese es el título de Político en su web europea, la referencia que en muchas ocasiones utiliza el independentismo para demostrar el eco en los medios extranjeros de sus logros. Ahora el mismo medio constata e interpreta el mensaje de Carles Puigdemont a Toni Comín, el dirigente de ERC, en el que el propio expresidente considera que el plan de la Moncloa se ha impuesto.

La caída de Puigdemont deja ahora a PDeCAT y a ERC en una tesitura de gran complejidad. Ganan tiempo para buscar un nuevo acuerdo, tras la práctica ruptura de relaciones --la bronca es total, principalmente entre ERC y Junts per Catalunya--, que les garantice un nuevo candidato a la Generalitat.

Torrent, clave

Pero ese pacto tiene un tercer elemento que es crucial: el núcleo de dirigentes que rodea a Puigdemont y que domina el grupo parlamentario, precisamente, de Junts per Catalunya. En la reunión de este miércoles, sin embargo, aparecieron las dudas y los reproches, con ese núcleo duro enrocado, pero todavía con fuerza. 

El tiempo lo logró Roger Torrent, el presidente del Parlament, al suspender el pleno de la investidura de Puigdemont mientras el Tribunal Constitucional resuelve el recurso del Gobierno. Son diez días de plazo.

El final el 155

Es lo que ha llevado a Puigdemont a aseverar que el plan de la Moncloa ha tomado cuerpo, al reflejar que Esquerra Republicana no quiere caer en más ilegalidades. En gran parte porque afectarían a Torrent, uno de los pocos dirigentes de ERC que tienen campo por recorrer, y al que se quiere proteger y cuidar.

Puigdemont acierta cuando se fija en ERC y le reprocha que se haya apartado del objetivo de restituirlo en el cargo. La idea de los republicanos es que Junts per Catalunya acabe entendiendo que debe ofrecer otro candidato para ser investido y con ello se pueda formar un nuevo Govern que fuerce el final de la aplicación del 155.

Sànchez, Turull y siempre Artadi

Es la misma tesis que defiende gran parte de los dirigentes consultados del PDeCAT, aunque la formación que lidera Marta Pascal no puede desmarcarse públicamente de Puigdemont. El discurso legitimista, de recuperar la figura del presidente destituido, ha ido ganando fuerza, y es central entre el independentismo de base, les guste más o menos a las direcciones de los partidos soberanistas. Pascal lo sabe, y Esquerra lo asume, pero la formación de Oriol Junqueras no se resigna a un bloqueo institucional, que acabe en un enorme caos, con más causas judiciales.

Esa es la cuestión central: cómo madura en los próximos días la candidatura de otro dirigente, que debe ofrecer Junts per Catalunya. Surgen dos nombres, Jordi Sànchez y Jordi Turull. Los dos tienen causas abiertas. El primero, sigue en prisión. En los dos casos, la figura de Elsa Artadi estaría muy cerca, con la idea de que tome el relevo una vez tanto Sànchez como Turull tuvieran que afrontar las penas o inhabilitaciones que se dicten en los juicios pendientes. Y, de hecho, Artadi podría ser, como quería Puigdemont desde el primer momento --aunque con él como presidente en el exilio de forma simbólica--, la pieza elegida.

La propaganda de los hombres de Puigdemont

Ese es el plan b que se iba dibujando. Y que podía cobrar más fuerza si Puigdemont asumiese su situación. Pero el guión puede cambiar, de nuevo.

Para el núcleo de dirigentes que rodea a Puigdemont, nada ha cambiado tras el mensaje de Comín. Todo debe ser igual, forzando la máquina, con el independentismo de base ahora “más convencido”, y con mensajes, en las redes sociales, asegurando que es ERC la que quiere pactar con la Moncloa a cambio de un mejor trato a los políticos encarcelados si se sustituye a Puigdemont. Con eso agitan a las bases.

Puigdemont o elecciones

Eso da cuenta de cómo se ha roto el clima de confianza y cómo ahora la lucha será sin cuartel con todo el independentismo pendiente de esas cuitas. O Puigdemont o elecciones para comprobar qué es lo que desea esa parte de la ciudadanía catalana.

Eso, ni PDeCAT ni ERC saben muy bien cómo afrontarlo. Los republicanos han comenzado a plantar cara, a la espera de conocer la incidencia entre la parroquia independentista del mensaje de Puigdemont.