El 'conseller' de Interior, Miquel Buch, denuncia una conspiración del Gobierno con las mascarillas / INTERIOR

El 'conseller' de Interior, Miquel Buch, denuncia una conspiración del Gobierno con las mascarillas / INTERIOR

Política

Buch elude las críticas y acusa al Gobierno de causar un "desorden absoluto"

El dirigente independentista dice que las reticencias de la Generalitat a la ayuda del Ejército contra el coronavirus en Cataluña eran por "solidaridad" con otras comunidades autónomas

14 abril, 2020 21:15

Ninguna autocrítica por la gestión de la Generalitat durante la pandemia del coronavirus y todas las culpas, para "el Gobierno del Estado español". El Govern independentista catalán no se mueve ni un ápice en su estrategia de apuntar siempre hacia Madrid incluso en materias que son de su propia competencia, también durante el estado de alarma.

A ese guión se ha ceñido, una vez más, el consejero de Interior de la Generalitat que, después de quejarse amargamente por el envío de "1.714 miles" de mascarillas a Cataluña por parte del Gobierno, porque ese número le recuerda a la Guerra de Sucesión de 1.714, hoy ha vuelto a eludir las críticas cargando toda su artillería contra el Ejecutivo central.

Cachondeo en las redes por la teoría de los "1.714" miles de mascarillas en Cataluña / YOUTUBE

"Todo no lo hemos hecho bien"

Buch ha eludido las críticas de la oposición por su gestión en la crisis del coronavirus y ha acusado al Gobierno de haber generado un "desorden absoluto" al "subordinar" a la Generalitat con su decisión de "recentralizar" competencias por "falta de confianza".

En una comparecencia telemática en el Parlament, Buch ha asegurado que su departamento hace autocrítica de forma "permanente", pero ha evitado admitir públicamente errores en su gestión, después de que la oposición le recriminara sus "batallitas estériles" --como, por ejemplo, sus críticas al reparto de 1.714.000 mascarillas o sus continuos reparos a la ayuda del Ejército para construir hospitales de campaña  o desinfectar durante la epidemia--, así como la descoordinación en el Govern.

Se siente "subordinado"

Buch ha admitido que "todo" no lo han "hecho bien" en su departamento, pero no ha entrado en detalles y se ha centrado en aprovechar su turno de réplica a los grupos del PSC y de los comuns para afear al Gobierno que haya optado por "subordinar" a la Generalitat, al "recentralizar" las competencias en Sanidad y Seguridad en el decreto de alarma por el coronavirus. "Se equivocaron", ha exclamado el conseller.

Según el titular de Interior, el Ejecutivo central actuó llevado por una "falta de confianza" en las competencias de la Generalitat, en sus expertos en salud pública y en su gestión en las áreas de emergencias y seguridad, lo que ha provocado, según su modo de ver, un "desorden absoluto".

"Tienen tiempo de rectificar"

"Este sistema (de recentralización) no nos ha servido. Tienen tiempo para rectificar", ha indicado Buch, refiriéndose al diputado Marc Parés, de los comuns, socios del Gobierno de Pedro Sánchez de la mano de Podemos.

Al diputado socialista, Carles Castillo, le ha recriminado que el Gobierno asumiera con el decreto que regula el estado de alarma las competencias de la Generalitat --según Buch-- en Salud y Seguridad, en vez de optar por la colaboración, la cooperación y el trabajo conjunto.

"Me habría gustado que el Gobierno hubiese optado por cooperar, si quiere, por coordinar, también, pero no por subordinar", ha insistido.

"Jornadas eternas" de trabajo

Tras quejarse por esa supuesta falta de competencias, Buch ha alardeado además de sus "jornadas eternas", en las que han encadenado 35 días de trabajo sin descanso, con entre 12 y 18 horas seguidas, de forma "muy intensa".

El titular de Interior ha rebatido las críticas de la oposición asegurando que en la lucha contra el coronavirus no existe "ideología": "No somos como otros gobiernos que lo plantean como un elemento patriótico, sino sanitario, social y económico", ha enfatizado.

Rechazó al Ejército por "solidaridad"

En este sentido, ha negado uno de los principales reproches de la oposición: que la Generalitat se negara a pedir la ayuda de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en Cataluña, ya que lo que hizo, ha alegado, fue un gesto de "solidaridad" con otras autonomías sin competencias propias en emergencias para no agotar un servicio que podían necesitar más que Cataluña, según él.

"Era un ejercicio de solidaridad", ha justificado Buch, que ha recordado que cuando la Generalitat creyó que tenía que pedir la ayuda del Ejército lo hicieron, ya que, según ha justificado, es un servicio que también pagan los catalanes.

Erre que erre con los "1.714 miles" de mascarillas

El conseller ha insistido en quejarse por el envío de 1.714.000 mascarillas del Gobierno a Cataluña porque le evocan la Guerra de Sucesión entre borbónicos y austracistas de 1714, Buch sigue haciendo cábalas, cálculos y divisiones sobre esa cifra que tanto le disgusta, insistiendo en que "no cuadran" los números para justificar ese reparto que se ha hecho en función de la población, como sostiene el Ejecutivo central.

Buch ha denunciado que no se puede hacer "mofa" de una fecha como la de 1714, con miles de muertos, ha dicho, como cree que tampoco se haría con otras fechas emblemáticas para otros países. Unas reflexiones que continúan dejando con la boca abierta al resto de partidos, especialmente los de la oposición, y a buena parte de la ciudadanía en plena crisis sanitaria.

Menos delitos

En su intervención, el conseller ha detallado que los delitos en Cataluña se han desplomado un 75 % durante el confinamiento --al pasar de una media en 2010 de 1.607 al día a 405--, mientras que las detenciones se han reducido casi a la mitad, un 49 % --al pasar de 93 a 48--, desde que se decretó el estado de alarma, mientras que los robos violentos en la vía pública y comercios han caído un 85 % --de 80 al día, a 12--.

Durante el estado de alarma, los Mossos d'Esquadra y las policías locales de Cataluña han denunciado a un total de 71.444 personas por saltarse el confinamiento, han identificado a 257.869 personas y a 231.675 vehículos que circulaban por la vía pública.