“Por favor, no represente internacionalmente el proceso de independencia. Necesitamos construir un futuro que no se parezca al pasado y usted, señor Mas, es claramente pasado”. Con esta demoledora frase, Benet Salellas sentenció la muerte política de Artur Mas. Ambos protagonizaron la foto del día estrechándose la mano tras una sesión parlamentaria de alto voltaje. Pura cortesía política. "¡Cuánto os molesto!", le respondió el expresident.
Salellas (Girona, 1977) es uno de los actuales líderes de la CUP, con permiso de Anna Gabriel. Debutó en la política en las elecciones autonómicas de 2015 y, tras ocupar su escaño en el Parlamento catalán, no tardó en identificarse con ese sector antisistema contrario a investir presidente a un líder de CDC identificado con el capitalismo, los recortes sociales y la corrupción. Dicho de otra manera, Salellas tiene mucho que ver en que Artur Mas tuviera que abandonar la primera línea política y ceder el testigo a Carles Puigdemont, gerundense como él. Lluc Salellas, hermano del diputado, es concejal del Ayuntamiento de Girona por la CUP.
El patrimonio familiar
Pero lo que realmente llamó la atención de los medios de comunicación fue el informe sobre patrimonio que este revolucionario entregó al Parlamento catalán, como es preceptivo para todos los diputados (se puede leer en este enlace). Este abogado e hijo de abogado acreditó ser dueño de diez propiedades: 2 viviendas, 2 locales y 6 fincas rústicas. Ocho de esos bienes inmuebles, precisó el propio cupaire, procedían de una herencia pues, según dijo, gracias al esfuerzo y el trabajo de su familia, se pudo acumular ese patrimonio.
Por las mismas fechas, la CUP emitió un comunicado de apoyo a "las movilizaciones en defensa del Banc Expropiat de Gràcia y a todos los movimientos de la ciudad que luchan por construir alternativas". Ante el revuelo causado, Salellas precisó que el debate sobre la ocupación se refiere a casas abandonadas a las que se puede dar un uso social.
Licenciado en Filología Clásica por la Universitat de Barcelona y licenciado en Derecho por la Universitat de Girona, Salellas trabajó como monitor de ocio, como corrector en un diario catalán y docente en un instituto. Desde 2003, ejerce de abogado en el despacho familiar Salellas i Associats, SL, lo que Artur Mas aprovechó para lanzarle una velada advertencia, a vueltas con los casos de corrupción: “Ha habido casos de políticos que han aprovechado su cargo para captar clientes para sus despachos, esto lo sabemos todos”.
"Los Salellas, gentecilla"
El diputado cupaire se especializó en Derecho Penal y ha ejercido la defensa en varios casos instruidos en la Audiencia Nacional, como el del concejal de la CUP de Vic Joan Coma, acusado de incitación a la sedición en un pleno municipal. También ha defendido a la alcaldesa de Berga, Montserrat Venturós, detenida por no comparecer ante el juez, tras ser inculpada por no descolgar la bandera independentista de la sede municipal en jornadas electorales.
Ha participado activamente en el movimiento estudiantil asambleario y en la solidaridad internacional con los Balcanes y Palestina. Pero su activismo no ha impedido que antiguos compañeros de filas como Julià de Jòdar le lanzaran puyas del tipo “los Salellas, gentecilla, son intocables”.
Es autor de libros como Perspectives 1, Rastros de Dixan, Quan la por canvia de bàndol o Antígona emmordassada.