Pedro Sánchez (i) saluda a Pere Aragonès (d) en la cumbre de Pedralbes, ante la mirada de Quim Torra. Moncloa / CG

Pedro Sánchez (i) saluda a Pere Aragonès (d) en la cumbre de Pedralbes, ante la mirada de Quim Torra. Moncloa / CG

Política

Aragonès, víctima de la guerra sucia y las 'fake news' del mundo neoconvergente

La batalla preelectoral ya ha comenzado con llamadas de Torra a la autodeterminación para dinamitar la negociación con Pedro Sánchez

31 enero, 2020 00:00

Era previsible que, tras el anuncio de elecciones en Cataluña, comenzara la guerra entre Junts per Catalunya (JxCat) y ERC. Quizá no tan pronto, ya que se trata de una convocatoria electoral en diferido. Ha sido el propio Quim Torra quien, tras dar por acababa la legislatura, también quiso finiquitar la mesa de diálogo acordada entre los republicanos y el PSOE durante las negociaciones que condujeron a la investidura de Pedro Sánchez.

La insistencia del presidente catalán en revindicar la autodeterminación ante el Gobierno dejó en el aire durante unas horas su reunión con el mandatario español prevista para el 6 de febrero. Sus palabras también provocaron que, desde Moncloa, se decidiera aplazar la mesa de diálogo para después de las elecciones catalanas. Finalmente, el Ejecutivo se desdijo. Pero está claro que las embestidas de JxCat no han hecho más que empezar y que el activismo independentista apunta a Pere Aragonès a base de fake news.

Rufián convence a Sánchez

Que haya sido Gabriel Rufián, hasta hace pocos meses azote de los socialistas y representante del secesionismo más histriónico, quien convenciera a Pedro Sánchez de no posponer esa mesa da idea de hasta qué punto ambas partes se necesitan. El PSOE quiere que ERC apoye los Presupuestos Generales del Estado, mientras que los republicanos han hecho del diálogo la piedra angular de su estrategia. Los neoconvergentes, que han quedado fuera de juego en ese restablecimiento de puentes con Madrid, rechazan un “diálogo vacío”. De ahí que ayer, en una entrevista en Catalunya Ràdio, Torra exigiera saber “en qué condiciones negociaremos el ejercicio del derecho a la autodeterminación y la amnistía, que es el encargo que tenemos".

Esas palabras no gustaron nada al PSOE, que amagó con aplazar las negociaciones para buscar una salida al “conflicto político” reconocido, aunque luego se desdijeron, vista la indignación expresada por Esquerra.

Tampoco es que al PSC le haya hecho mucha gracia ese primer amago de suspender las relaciones con el Govern hasta nuevo aviso. Los socialistas catalanes han apostado fuerte por el diálogo como única solución. Un camino que también reivindican los comunes.

Los movimientos de la ANC

Finalmente, todo quedó en un sobresalto, pero los contactos penden de un hilo. No parece que Junts per Catalunya vaya a cesar en su desafío para contentar a la CUP y, de paso, fastidiar a su todavía socio, con el que tiene que convivir en un Gobierno fracturado, presidido por quien, a efectos prácticos, ya está en funciones. Moncloa así lo ve y cree que Torra ya no es un interlocutor válido, pues todo apunta a que, después de las elecciones catalanas, habrá un cambio de ciclo con un nuevo Gobierno progresista.

Pero Torra y Carles Puigdemont, quien todavía lidera el espacio postconvergente --fue él quien evitó unas elecciones inmediatas--, siguen muy vinculados a un activismo secesionista que juega fuerte e incluso recurre a las fake news para erosionar la imagen de Aragonès, que será candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat. Lanzados en Twitter, estos bulos sobre la familia y la afinidad religiosa del vicepresidente económico se amplifican a través de los grupos de Whatsapp de la Assemblea Nacional Catalana (ANC). Tal como publicó Crónica Global, desde que esta entidad independentista se incorporó al Consejo para la República, el intercambio de datos personales es constante y Puigdemont se aprovecha de ello a efectos publicitarios.