Es la Ginebra okupa que cobija a Anna Gabriel. La segunda mayor ciudad suiza tras Zúrich conserva un tejido radical que resiste a los envites de las instituciones que quieren desterrar a los antisistema de la coqueta urbe que alberga bancos y sedes de organizaciones internacionales.
La capital de la Suiza romanda, en la que Gabriel (CUP) ha buscado el apoyo legal de Olivier Peter, del bufete Intedroit, para defenderse en la causa judicial contra la preparación y ejecución del procés independentista en Cataluña que instruye el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, presenta una red semiclandestina de entidades, colectivos y organizaciones que contradicen la imagen de postal de la ciudad del lago Lemán. Y que son mucho más cercanas a la ideología de una exdiputada antisistema que convive --hasta hoy martes-- con las subsedes de bancos y cuarteles generales de 33 instituciones internacionales, como la segunda sede global de Naciones Unidas, la Organización Mundial del Comercio (WTO, por sus siglas en inglés) y la de IATA, la patronal de aerolíneas.
"Esto era el Berlín de Suiza"
Ese músculo corporativo y oficialista está ausente en, por ejemplo, L'Usine. Este gran centro alternativo es el mayor de Suiza y el único que queda tras los desalojos de las casas okupadas Rhino y La Tour (2007) o Artamis (2009). Es tolerado por las autoridades. ¿Cómo ven la ciudad actualmente? "Ginebra solía tener un gran tejido contracultural. Era el Berlín suizo. Ello se acabó hace tiempo. La política del Consejo de Estado --el gobierno regional-- ha sido la de acabar con todas", explica una portavoz de la antigua fábrica autogestionada.
El colectivo 'okupa' Malagnon fue señalado por tomar un H&M en obras en Ginebra por Fin de Año / CG
Algunos, no obstante, desafían a la política de tolerancia cero gubernamental. Es el caso de la residencia estudiantil tomada a la fuerza Malagnon, situada en la calle homónima. En peligro de desalojo, los habitantes de la villa, el colectivo Xénope, han protagonizado diversas manifestaciones por el "derecho a la vivienda" y contra lo que ven como la "gentrificación" de la ciudad. Las protestas más pacíficas fueron el pasado año. El primer día del ejercicio actual, sus miembros tomaron a la fuerza un establecimiento de H&M en obras situado en el centro de la ciudad. La fiesta-escrache acabó con cien detenidos. Preguntados por este medio, han declinado explicar su proyecto.
"No han 'podido' con todo"
Más abiertos se muestran desde la Galeria Analix, otro de los puntos de reunión de la Ginebra antisistema. "Es cierto que hubo una fuerte intervención de las instituciones en 2007 y 2008. Pero queda músculo contracultural. Casas okupas quizá menos, en el campo artístico, un poco más", explican desde un espacio cuyo lema es explícito: The best border is no border (La mejor frontera es la ausencia de ellas).
Manifestación del grupo anarquista D Collectif Autonome con motivo del Primero de Mayo en Ginebra / CG
Algunos de los creadores hallaron un lugar alternativo en Utopiana, un complejo residencial que reúne a artistas emergentes y de la izquierda contemporánea. "Somos un espacio único en la ciudad: los jóvenes talentos son bienvenidos aquí como en ningún otro lugar", aclaran antes de pedir a este medio que envíe las preguntas por correo electrónico.
La Barje: "Contra los valores capitalistas"
Más pegados al eje social, la asociación La Barje, que opera tres bufés y cafés de comida 100% verde en el centro de la ciudad, confiesa que trabaja para unos valores diferentes a los que transmite la ciudad en las guías turísticas. "Es cierto que existe una Ginebra corporativa y que actúa como hub bancario. Desde La Barje trabajamos en un eje distinto al capitalismo: la solidaridad, la inclusión y la economía social", explica Fanny Lechene, su directora.
"Creemos que la ciudad, tal como está planteada, está dejando mucha gente atrás. Nuestra labor es la de dar trabajo a los jóvenes sin formación que, al mismo tiempo, construyen un lugar en el que las personas pueden expresarse tal y como son", agrega la activista. Su discurso es mucho más comedido que el de otros colectivos, como los anarquistas de Réseau Agitation Genève (Red de Agitación de Ginebra), responsables de atacar con pirotecnia la sede de la Secretaría de Estado de Economía suiza en enero; Outrage Collectif (Rabia colectiva) y el Socorro Rojo de Ginebra. Todos ellos se coordinan mediante la web Renversé y son protagonistas de actos culturales, pero también violentos.