Concentración en Sant Andreu de Barca por la defensa de los hijos de los guardias civiles y en contra del adoctrinamiento escolar / CG

Concentración en Sant Andreu de Barca por la defensa de los hijos de los guardias civiles y en contra del adoctrinamiento escolar / CG

Política

140 personalidades contra el adoctrinamiento escolar

Vargas Llosa, Jiménez Villarejo y Savater, entre los impulsores del manifiesto 'Por la convivencia lingüística, la neutralidad política y la calidad educativa" que enviarán a todos los partidos

3 abril, 2019 18:24

Un total de 18 entidades sociales y 140 personalidades impulsan el manifiesto Por la convivencia lingüística, la neutralidad política y la calidad educativa en el que abogan por evitar el adoctrinamiento escolar y el uso de la lengua como arma arrojadiza entre los políticos. También apuestan por recuperar la cultura del esfuerzo.

La intención es enviar sus propuestas a todas las fuerzas políticas y actores educativos con la finalidad de convertirlas en eje del debate público y parlamentario. Entre los firmantes se encuentran Mario Vargas Llosa, Fernando Savater, Félix de Azúa, Juan Velarde Fuertes y Fernando Sánchez Dragó, Cayetana Álvarez de Toledo, Andrés Trapiello, Carlos Jiménez Villarejo o Arcadi Espada, y hasta 18 entidades sociales.

Todo ellos avalan un documento promovido por los profesores José Manuel Cansino, Antonio Jimeno Fernández, Alfonso Valero Aguado e Isabel Fernández Alonso en el que se denuncia que “en las comunidades autónomas con dos lenguas oficiales se ha excluido totalmente, o en gran parte, el uso del español como lengua vehicular, en algunos centros se imparte adoctrinamiento nacionalista secesionista y, además, los resultados de nuestros alumnos en las pruebas internacionales demuestran que no están bien preparados”.

Los firmantes resumen sus reclamaciones en tres puntos:  

1. La convivencia de las lenguas oficiales, que jamás deben ser utilizadas como elemento de confrontación. A tal fin proponen “que los alumnos sean recibidos en su lengua materna y que, posteriormente, vayan incorporando progresivamente otra u otras lenguas”. A la vez, defienden que “en el acceso a la docencia, el conocimiento de la lengua local en modo alguno puede ser un requisito excluyente”.

2. La neutralidad política de los centros educativos, “evitando cualquier intento de adoctrinamiento de los menores, ya sea a través de los manuales, símbolos políticos o actividades extraescolares”, por cuanto “la libertad ideológica es un derecho fundamental y, por tanto, inalienable en un contexto democrático”.

3. Y la calidad de la enseñanza. En este sentido, recomiendan “establecer pruebas externas comunes para todos: una al final de la enseñanza Primaria y otra al final de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO)”, con el ánimo de “estimular la cultura del esfuerzo, verificar que se respeta la neutralidad política, que se imparten con el debido rigor los contenidos de las diferentes asignaturas, descubrir los modelos educativos más eficaces y armonizar la calidad del servicio educativo para todos los alumnos, sea cual sea su lugar de residencia”.