El 20 de diciembre votaremos la constitución de un nuevo Parlamento español. Será una votación en la que cambian varios de los paradigmas tradicionales. Empezamos por la demoscopia: hace unos años, a estas alturas de la precampaña electoral podríamos saber con una certeza suficiente quién ganaría. Hoy ese es el principal debate.

Pero en los cambios que afrontamos tampoco es el mayor. Por ejemplo, la tradicional batalla bipartidista se verá afectada por la emergencia de dos partidos políticos nuevos (Ciudadanos y Podemos) dispuestos a cambiar el eje izquierda derecha clásico.

En Catalunya, además, puede darse un curioso fenómeno. La ley de Hont puede llegar a encumbrar a Ciudadanos como primera fuerza política del país (al igual que años atrás lo fue el PSC), dado que CDC, ERC y Unió concurren por separado.

Imagínense qué discurso habría en este territorio si de repente los diputados de C’s fueran más que los de ERC o los de CDC, por ejemplo.

Es sólo una reflexión, pero los resultados de cinturón metropolitano barcelonés en las últimas autonómicas permiten especular con un resultado como el que les avanzo. La ley electoral y la progresión mediática del partido de Albert Rivera pueden acabar creando una Cataluña a dos velocidades políticas. Pasará lo mismo que cuando reinaba Jordi Pujol, los catalanes le votaban en clave autonómica y los socialistas se llevaban el gato al agua en clave española.

Esperar y ver…