Había expectación en la Audiencia Nacional de Madrid por conocer qué explicaría Carles Vilarrubí Carrió sobre sus negocios y relaciones con Jordi Pujol Ferrusola. De hecho, el juez gaditano José de la Mata le había convocado para interrogarle sobre esa cuestión. Pero el gozo del magistrado, en un pozo.

El cónyuge de la millonaria dama de Coca-Cola, Sol Daurella, se hizo el muerto. Sobre la cuenta 6244 abierta en Crédit Andorra AND a su nombre dijo saber muy poco. Perdón, sólo que la cerró en el año 2000, con el paso de las pesetas a los euros. Los datos que dio no coinciden con los que obran en poder del juez después de recibir la información de una comisión rogatoria que la justicia andorrana ha respondido después de requerir a sus bancos los datos. Pero ni por esas.

Si no sabía que disponía de una cuenta, ¿cómo iba a saber que Jordi Pujol Ferrusola le ingresó en su día 23 millones de antiguas pesetas? No lo recordaba, le dijo al juez. El magistrado, con su peculiar estilo envolvente, tampoco se cortó: si decía que venía dispuesto a declarar cómo podía hacerse el olvidadizo. Y Vilarrubí, con la flema que le caracteriza, propia de quien está curtido en múltiples eventos sociales de todo signo y tipo, respondió estoico que algunas de esas cuestiones por las que era requerido pertenecían a tiempos pasados de los que no conservaba documentación ni memoria.

Hay que quitarse el sombrero con el amigo de Artur Mas y antiguo cicerone automovilístico de Jordi Pujol. Primero utilizó el nacionalismo para hacerse un nombre y una posición social y cuando la consolidó con los años por la vía de la fortuna conyugal no quiere ni oír hablar de políticos y de relaciones comerciales o mercantiles con ellos.

El juez de la Mata desconocía que entrevistaba a un tertuliano huidizo, acostumbrado a practicar en su emisora RAC1

No es tonto el hombre de negocios más huidizo de la Ciudad Condal. Con su táctica ha conseguido ser el más próspero de los cinco yuppies de Pujol que despuntaban unas décadas atrás (Josep Piqué, Anna Birulés, Miquel Puig, Artur Mas y el aludido). Además, sabe que la causa judicial contra los Pujol está herida de muerte y que las posibilidades de prosperar en la vía legal son relativamente insignificantes por más que el juicio popular esté cerrado y la condena publicada.

Mientras sigue al frente de Rothschild España, de la aseguradora Willis, de los negocios de hípica del país, ayuda a su esposa con Coca-Cola y las relaciones públicas, hace de consejero de Fira de Barcelona, controla el palco del FC Barcelona a su antojo y preside la Academia Catalana de Gastronomía. Hay incluso más: también se ejercita como contertulio en RAC1, la emisora de la que posee el 12% y a la que llegó gracias a amistades que hoy no reconoce ni ante el juez. De la Mata no sabía que interrogaba a un tertuliano acostumbrado a hablar de lo quiere y cuando quiere. Vilarrubí lo tiene claro: él es músico y se acuesta a las ocho. ¿Jordi Pujol Ferrusola? Ah, nada, un pecado venial de juventud, de cuando tenía menos dinero y más necesidad de atesorarlo.