Será el verano, serán las ganas de terraceo o, simplemente, que el universo quiere compensar en cierto modo los tiempos tan inestables que vivimos en todos los ámbitos. Pero la cuestión es que este julio ha llegado con buenas noticias bajo el brazo. No llegan de la política, ni del emérito, ni de un coronavirus que vuelve a ganar terreno. No. Tampoco llegan de Bruselas, que se empeña en hundirnos la moral con sus previsiones agoreras. Sin embargo, algo se empieza a mover en la parcela económica.

La mejor noticia es, sin duda, la firme apuesta de Seat por Martorell. Tras el anuncio de Nissan de dejar Barcelona a finales de año, todas las miradas estaban puestas en la marca española del Grupo Volkswagen. En especial, porque algunos comentarios salidos desde la firma en los últimos meses (sobre todo en lo relativo a la situación política) hacían temer lo peor. Nada más lejos de la realidad: la automovilística pilotará la transformación del sector desde Cataluña, adaptará su producción para el vehículo eléctrico y creará empleo.

Al contrario de lo que ocurrió con Nissan, que anunció su cierre en el peor momento, Seat ha optado por el mejor momento para comunicar la inversión de 5.000 millones de euros en la región y la creación de puestos de trabajo. Y es que, más allá de que en Cataluña, en España, se vive bien y tiene tirón (si nos dejan), los alemanes han demostrado estar muy por encima de los japoneses, tanto por los valores como por la manera de afrontar las adversidades y los cambios. Porque vienen tiempos complicados para todo el sector.

En otro nivel, otro de los bombazos de julio es el interés del gigante chino Alibaba en la siempre polémica Glovo, de Barcelona, como avanzó en exclusiva este medio. Más allá de las cifras de la operación, que beneficiaría a los creadores de la compañía de reparto a domicilio, hay que remarcar que España, a pesar de los líos internos y la cantidad de cosas que hay que mejorar, se mantiene como una plaza apetecible para grandes firmas. Es el caso del rival asiático de Amazon, que necesita crecer fuera de su país de origen y llama primero a las puertas españolas. ¡Y en los tiempos que corren!

Una más. En las últimas horas, el consejero delegado de la GSMA (organizadora del Mobile World Congress, MWC), John Hoffman, ha declarado en distintos medios que ya tiene reservado un 80% del espacio de la Fira de Barcelona para la feria del móvil del 2021. Es más, el 75% de las principales compañías del sector ya han confirmado su presencia el próximo año, tras la cancelación del 2020 a causa del coronavirus. Cabe recordar que el MWC fue el primer gran evento anulado por la pandemia, cuando todavía no se sabía mucho sobre el virus, y quiere ser el primero en volver (aunque habrá que ver en qué condiciones está el mundo en marzo). Con todo, la organización ha alargado un año su presencia en Barcelona, para compensar la ocasión perdida. Una clara muestra de la confianza en esta región, a pesar de todo el ruido que hay en su interior y a su alrededor.

Por fin, buenas noticias. De las primeras del 2020, y eso que ya hemos rebasado la barrera de la mitad del año. Con todo, que nuestros dirigentes no se confíen con estos movimientos. Es momento de remar todos juntos y de buscar nuevas fórmulas de atraer inversión. No hay que olvidar que España, tan dependiente del turismo, será uno de los países más afectados por esta crisis, y todos los euros que lleguen por otras vías serán pocos para remontar.