Zona Franca

Mas se dedica a hacer de notario

24 mayo, 2016 00:00

Cuando el diablo no tiene qué hacer, con el rabo espanta moscas. Lo dice la sabiduría popular y debe ser aplicable para el último presidente catalán, Artur Mas. Del hombre que se ha propuesto convertir a Convergència Democràtica de Catalunya en el ave Fénix, que renacía de sus cenizas, se explica que desde que se vio obligado a dejar la presidencia autonómica llevaba en un bolsillo interior de su americana una copia del acuerdo que Junts pel Sí firmó con la CUP y que acabó con su trasero fuera del Palau de la Generalitat. 

En el momento que alguien le refiere la infiabilidad de un acuerdo con la CUP, Mas lanza su mano al interior de la prenda y recuerda que él es el garante de que ese acuerdo se cumpla, y que los cuperos se sientan fiscalizados por su presión institucional.

Cuando este fin de semana la CUP dijo que del acuerdo ni hablar, que era “papel mojado”, a Mas le entraron sudores fríos. Tardó apenas unos minutos en hacer las llamadas pertinentes y procurarse una entrevista en Catalunya Ràdio, en una de las horas de mayor audiencia del matinal de la radio pública. Quizás lo intentó con la privada, pero hasta quien hace política sabe, si también quiere negocio, que abrir con las pastorales de Mas el día siguiente de que el Barça gane la Copa del Rey tiene escaso rédito en términos de audiencia.

Allí estuvo Mas, junto a Mònica Terribas, para dejarse entrevistar y recordarle a la CUP que debe cumplir el acuerdo rubricado entre ellos y el grupo parlamentario de Junts pel Sí. Sus manifestaciones con tan previsibles que les ahorro reproducirlas, pero aquí están a su disposición. ¿Qué le pasa a Mas, que tiene miedo a que se convoquen unas elecciones autonómicas rápido y su partido no esté aún refundado? ¿Se dedica acaso a practicar el notariado político?

No, todo es más sencillo y prosaico. Que la CUP diga ahora que donde dijo digo, dice Diego es tanto como admitir que todo el acuerdo, parafernalia que le acompañó y formales declaraciones posteriores sólo tenían una finalidad: echar a Mas del cargo de presidente de la Generalitat. Y me temo que lleva un cabreo supino…