Comín, periodismo y ética

xavier salvador autor
12 min

Jueves tarde. El departamento de Salud de la Generalitat convoca a la prensa. La sensibilidad social y política del área en cuestión ha elevado desde hace meses el interés de los medios. El consejero del ramo, el cristiano, luego socialista y finalmente independentista vinculado a ERC, Antoni Comín (109.663 euros de salario anual), llega al encuentro con notable retraso, 50 minutos.

La reincidencia en la tardanza de Comín tiene fritos a los periodistas, que además de acudir a las convocatorias del consejero tienen ocupaciones de similar o mayor interés informativo y social. Una colega de la Cadena SER, harta de la espera, se dirige de forma respetuosa a Comín y le reprocha su hábito. El consejero, lejos de disculparse amablemente, acaba encarándose con la informadora y adentrándose por un peligroso sendero de recriminaciones a la prensa. El tono y el mensaje es propio de pequeños dictadorzuelos que aspiran a controlar qué informaciones se publican sobre ellos.

El asunto deviene más complejo y el enfrentamiento entre la prensa y Toni Comín sube de decibelios. Referencias indirectas a la supuesta invención o capacidad de fabulación de los periodistas acaban centrándose, de manera inconcreta, en Crónica Global. Ignasi Jorro, el periodista de nuestro medio que sigue la evolución de la sanidad catalana, acaba preguntando al consejero si se refiere a este digital en sus constantes alusiones elípticas. Comín, ya sobrado de razones, aclara que sí.

Periodismo

Tanto el consejero como su jefe de prensa, Marc Bataller Serra (65.130 euros de salario anual), proponen darnos lecciones de periodismo. De su discurso se infiere que ambos parecen confundir información y propaganda. Que no se informe de sus supuestos éxitos y sí de la ineficacia con la que funciona la sanidad pública catalana, Comín lo transforma en un ataque personal.

Tiene razón si se le considera un aprendiz de político, pero sólo desde esa condición: Cataluña es una autonomía sin listas de espera, en la que no se han recortado camas en los hospitales y recursos en los centros sanitarios, donde ninguna familia tiene que esperar siete horas con un cadáver en casa para que un facultativo certifique el fallecimiento y así un largo etcétera...

Los periodistas, viene a decir, tenemos una capacidad de inventiva ilimitada. En cualquier caso, no tanta como el propio consejero, que se inventó una oferta de compra del Hospital General de Cataluña que jamás presentó. Su trilerismo llegó a tal punto que ha sido el hazmerreír de la política catalana cuando intentó hacer pasar un desiderátum utópico por una expropiación al más puro estilo chavista. No es de extrañar, por tanto, que sus propios compañeros de ERC digan de él que es “el gran fiasco de la legislatura”, el hombre que de manifestarse una crisis de gobierno saldría centrifugado del Gobierno catalán a la velocidad de la luz.

No es de extrañar que sus propios compañeros de ERC digan de Comín que es “el gran fiasco de la legislatura”, el hombre que de manifestarse una crisis de gobierno saldría centrifugado del Gobierno catalán a la velocidad de la luz

La mayoría de los que ejercemos este viejo oficio en Crónica Global procedemos de otros medios. En ellos nadie ponía en cuestión nuestras informaciones, aunque trabajáramos igual. Aquí sí, porque este digital sigue dando noticias inéditas, pero además es beligerante con el soberanismo. Esa es la supuesta pena que nos quieren hacer pagar los poderosos, y ante la que mantienen un silencio cómplice algunos colegas. Gente como Bataller Serra, periodista con una inexistente trayectoria en la información sanitaria, un informador independiente que jamás opina del procés (vean sus artículos y notarán su distancia con la cuestión política), o el propio Comín confunden el uso propagandístico de los medios de comunicación social con la función fiscalizadora que les corresponde en sociedades democráticas.

Estimado consejero, en tanto que principal amateur del equipo político de Carles Puigdemont, no puedo más que ayudarle a mejorar su actuación de gobernante para impedir más errores. Dicen que están pensando en ver qué medidas adoptan con respecto a nuestro medio. Le apunto algunas de manera urgente. Le pedimos, rogamos, que si alguna vez este medio se ha equivocado en informaciones referidas a usted acuda de manera inmediata a los tribunales de justicia para resarcir su honorabilidad, su dignidad profesional o lo que sea que le hemos hurtado.

Mientras tanto, le convendría abstenerse de intentar un veto profesional a los informadores críticos con su gestión, salvo que quiera encender una espita de incalculables consecuencias democráticas. Si ya trascenderá a la historia como el consejero más altivo (y en proporción ineficaz) de cuantos han formado parte del Ejecutivo catalán en años, no intente sumar a su currículum de culturilla locuaz el ejercer como un político totalitario al que la crítica democrática y fundamentada le produce urticaria.

Ética

En más de una ocasión durante su conversación con Ignasi Jorro, autor del libro de obligada lectura (Comín, el enterrador de la sanidad catalana), el consejero y su jefe de prensa cargaron contra la supuesta falta de ética del medio y del informador. ¡Qué sabio filósofo tenemos en la Cataluña del procés! Ni Oriol Junqueras pondría un euro de su bolsillo para mantenerle en el cargo si pudiera remodelar el Gobierno. Si como es de prever, cuando lleguen las próximas elecciones el actual vicepresidente del Govern tiene el encargo de liderarlo estamos en condiciones de porfiar que Comín no será el siguiente responsable del área sanitaria del país.

Pensar que un determinado origen cultural y familiar da derecho a impartir lecciones de ética es de una arrogancia rayana en la estulticia. Amigo consejero, Crónica Global es un medio tan insignificante para sus veleidades que no debiera darle miedo nuestra crítica ni, por supuesto, nuestras informaciones sobre su gestión. Si además fueran mentira, como dice, ¿qué le lleva a tal temblor de piernas y a concedernos tanta importancia como para mencionarnos incluso en sede parlamentaria? Será que es consciente de que sin nuestra existencia mediática una parte importante de Cataluña desconocería las pifias consecutivas que ha ido sumando a su actuación como máximo responsable de la sanidad del territorio, y eso incluye pacientes, usuarios, empresas, trabajadores y funcionarios públicos. Sepa que el mejor desprecio es no hacer aprecio, y que su ignorancia sería más útil para ese propósito suyo de elevarse a los altares de buen gobernante que ese empecinamiento en convertirnos en la diana de sus frustraciones profesionales y políticas.

Lo suyo tiene otro nombre: un loco frenesí por el poder a costa de lo que sea. Y ahora que ha probado el coche oficial, el salario y la escolta, tenemos la sospecha de que intentará mantenerse en ese estatus quo al precio político que sea

La ética profesional es un concepto ambiguo, pero seguro que resulta más fácil debatir sobre la que ejercemos unos u otros. ¿Es más ético pasar de Ciutadans pel Canvi al PSC y después a ERC en un breve periodo de tiempo? Quizá lo sea, pero quienes conocen de cerca sus tránsitos políticos le tildan de arribista enteradillo. Un hombre a una ambiciosa carrera política pegado, que diría el clásico de la literatura si tuviera oportunidad.

Es más, en el plano ético en el que nos exige respuestas, me atrevo a darle un consejo: olvídese de Crónica Global (si es falso nuestro relato informativo sobre su gestión no debiera preocuparle) y concentre sus energías en que los ambulatorios catalanes dejen de acumular problemas, que las urgencias se descongestionen y que las listas de espera se reduzcan. Será difícil que lo haga, porque pasó por Salud como podía estar en Cultura o al frente de los bomberos, lo suyo tiene otro nombre: un loco frenesí por el poder a costa de lo que sea. Y ahora que ha probado el coche oficial, el salario y la escolta, tenemos la sospecha de que intentará mantenerse en ese estatus quo al precio político que sea. Afuera de su consejería, hace frío. No sólo en los pasillos de los hospitales en los que se hacinan los enfermos de urgencias y que usted atribuye a la mala praxis de las enfermeras.

En justa correspondencia a su interés por este medio y como agradecimiento previo a las lecciones éticas que quiere impartirnos, le dejo una cita de Fernando Savater: “Después de tantos años estudiando la ética, he llegado a la conclusión de que toda ella se resume en tres virtudes: coraje para vivir, generosidad para convivir, y prudencia para sobrevivir”. Consejo por consejo. Ah, y recuerde lo del frío. Sea prudente, habrá un día que intentará regresar a las tertulias de radio y televisión --lo que mejor ha demostrado manejar-- cuando la política le abandone por falta de mérito y exceso de egocentrismo arrogante.

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¿Quién es... Xavier Salvador?
xavier salvador pila

Pese a nacer en Barcelona en un ya lejano 1965, he acabado siendo un tipo de pueblo. Hoy ejerzo como consejero delegado de CRÓNICA GLOBAL después de haber dado bandazos periodísticos por ahí durante años (El Observador, Diari de Barcelona, El Periódico, Economía Digital...). He escrito dos libros. El más leído, Pujol KO, junto a varios autores. Del otro (El yugo milenario) es del que me siento más orgulloso, pero fue un divertimento intelectual de otro tiempo y otro lugar. Me gustan las personas auténticas, trabajar en equipo, la familia y el buen vino. Bonhomía, digitalización y periodismo en estado puro, vamos.