Es igual. Lo crea o no, amigo lector, Puigdemont quiere venir para ser president. ¿Cómo? ¡Ah! Ese es el secreto mejor guardado. ¿Se enterarán el CNI, su director Félix Roldán y Soraya de Castilla, jefa de todos ellos? Seguro que no. Como no se enteraron de las urnas, las papeletas y todo el entramado del referéndum del 1-O. Seguro que no. Comentan por la rivera del Llobregat que Puigdemont quiere llegar al Parlament catalán para refugiarse, ser nombrado president y luego... ¡Uf! ¿Y luego qué? Luego nadie lo sabe. Nadie sabe qué se puede hacer. Detenerlo, no detenerlo, que es diputado, que la cámara es inviolable... Otro mazazo. Burla a la justicia y consigue ser investido president al estar presente, y, sobre todo, monta un escándalo de Dios Padre y Señor mío. No lo quiero ver, seguro que dice Mariano.

Ya tenemos Mesa del Parlament. Ya tenemos presidente del Parlament, Roger Torrent. Sustituto de Forcadell. Esperemos que cumpla y haga cumplir la ley mejor que la Forcadell. Ya los letrados han manifestado que Puigdemont no puede ser investido president desde Bruselas. Ahora queda proponer candidato y que sea elegido. Y ahí está Puigdemont que quiere ser elegido sin antes ser detenido. ¿Y cómo va a llegar al Parlament? Sin que antes lo detengan, claro. Hay algunas premisas que Puigdemont no contempla y otras que no llega a contemplar porque su cerebro se ha ido encogiendo a la vez que crecía su ego de profeta del procés. Mientras él sigue huido que se olviden Junqueras, Forn y los dos Jordis de salir de la cárcel. Ni a votar. Y sus compañeros prófugos tampoco podrán votar, como ya le dijo el juez a la abogada de Puigdemont. El escándalo, burlar a la Justicia y continuar con el procés son sus pretensiones y ya están muy vistas. No hay nada que hacer. Salvo venir a Barcelona. ¿Cómo?

Puigdemont lo tiene claro. O yo o nadie. Se considera el mesías, es impredecible y cambiante. Y como sus seguidores se han apoderado del PDeCAT y han provocado la huida de Mas quieren seguir desobedeciendo y crear más tensión

Puigdemont lo tiene claro. O yo o nadie. Se considera el mesías, es impredecible y cambiante. Y como sus seguidores se han apoderado del PDeCAT y han provocado la huida de Mas quieren seguir desobedeciendo y crear más tensión. Y lo último es que los amigos lo quieren introducir en el Parlament con la sesión iniciada, con lo cual ni el juez, ni el Gobierno se atreverán a detenerlo en sede parlamentaria. ¿Cómo lo introducen? Esa es la adivinanza. Adivinemos. Camuflado en un coche, bajo el salpicadero o en el motor, como los subsaharianos que quieren pasar a Ceuta. Bien recogido. Cuidado el chófer. Al arrancar, si el motor le coge la cabeza, adiós motor. Adiós coche. Esa cabeza no la taladra un motor. Puede venir en helicóptero y soltarlo por la chimenea. ¿La hay? Y si no aciertan que quede suspendido en un árbol, así no pisa tierra y no lo detienen. El aire es internacional, ¿no?

O camuflado como Rey Mago. No, ya no. Ya pasaron los Reyes y, además, eso no le gusta. Mejor disfrazado de mosso. Sí, así no le piden documentación ni la policía ni la Guardia Civil. Lo de mosso está bien, mire usted. Iba a proponer que imitara a Carrillo, pero ya queda mal y fue hace mucho tiempo. Hay que modernizarse. Disfrazado de dama. Disfrazado de eurodiputado. Disfrazado de futbolista. Como que es Messi. No. Mejor Luis Suárez. Uf. Creo que el Barça no sale al extranjero hasta el 20 de febrero. Queda mucho. Mejor que cruce la frontera andando sobre la nieve. Por lo menos se le limpiarán las botas ya que la cabeza es imposible. Claro que una barquita desde Francia a una cala de Girona tampoco sería mala idea. Desembarcar en Cala Illa Roja, en Begur, sin ropa que le moleste y lo delate. Y con la cabellera cortada. O en Cala Tavallera o en Cala Pola de Tossa de Mar bajo la luna llena y con la mar en calma sería la bomba. Por la belleza, me refiero. ¡Qué bonito! Y luego al Parlament. ¿Y después?

Esperemos que no haya después. Porque no haya un antes. Porque el escándalo sería insufrible. Y a los del CNI habría que despedirlos a todos. Incluidos don Félix y doña Soraya. Caso de que lleguen a verlo y sufrirlo. Lo mismo, vistos sus méritos, no llegan. Ni ellos ni Puigdemont. Pero a día de hoy, cuentan los amigos de Puigdemont que lo van a traer al Parlament. Aunque la fiebre de traerlo se va atenuando poco a poco. Ahora los candidatos a president son Elsa Artadi, doctora en casi todo, incluso en loterías. Le puede tocar La Grossa, que para algo la lanzó. Es el gran poder en la sombra de Cataluña. Y el otro candidato es Eduard Pujol, otro periodista metido a político. Peligro. Puigdemont, Artadi, Pujol. ¡Uf! Preocupante. Estaremos atentos.