Pensamiento

Súper Mario Puigdemont

30 marzo, 2016 00:00

Dentro del jueguecito al que los 'indepes' nos someten a todos los catalanes parecía claro que la 'pantalla' del referéndum y del mal llamado 'derecho a decidir' había quedado atrás y ya no les valía en absoluto. Los secesionistas han presumido una y otra vez de que esto de la 'consulta' ya no iba con ellos, que habían 'desconectado' del resto de España y que les esperaba en 18 meses la tierra de promisión, llena de leche y miel, en la que la estelada ondearía para envidia del mundo mundial. Una república con helado diario para todos y con gente tan maja y tan tolerante como la Forcadell, Toni Albá y Joel Joan dirigiendo nuestros destinos.

Toda la historia del 'proceso' se ha convertido en una especie de 'Súper Mario Bros' en el que Carles 'Mario' Puigdemont va dando saltos de un lado a otro y comiéndose setas para alterar la conciencia

Pero desde hace unas semanas volvemos a escuchar los cantos de sirena de los propagandistas del secesionismo. Ahora insisten en que "si los españoles [como si ellos no lo fueran, cuando son más ibéricos que Fernando Esteso] nos proponen un referéndum, habría que escuchar las condiciones y debatir sobre ello". Vamos, el 'dar un paso atrás para luego dar dos hacia adelante' de toda la vida. Lo que antes de las elecciones del 27 de septiembre era "imposible", ahora es "razonable". Y como la agenda catalana, por desgracia, la marcan ellos, la mayoría de medios de comunicación van a rebufo.

Toda la historia del 'proceso' se ha convertido en una especie de 'Súper Mario Bros' en el que Carles 'Mario' Puigdemont va dando saltos de un lado a otro y comiéndose setas para alterar la conciencia. No la suya, sino la del resto de ciudadanos de Cataluña, que ya no saben a qué carta quedarse. Por supuesto, el otro fontanero del dúo, Oriol 'Luigi' Junqueras también ejecuta bonitos tirabuzones en el aire y alterna la firmeza en el discurso con el viaje a Madrid en plan 'dame algo, que es más triste pedir que volver a proponer bloquear la economía catalana'. Ha descubierto que eso de gobernar consiste en pagar facturas. Y que los 'suyos' han dejado la caja vacía para unas cuantas décadas.

Con líderes de tal seriedad y solvencia queda claro que Cataluña nunca será independiente.