La política da muchas vueltas. En una noche, ¡qué digo!, en unos minutos lo blanco se vuelve negro y al revés. El político que está en la cumbre se despeña y el que parecía defenestrado se sube a la grupa del caballo ganador. Le sucede a Soraya Sáenz de Santamaría, la Triple S. Quiere aspirar a dirigir el Gobierno de España, pero lo tiene muy difícil. No tiene apoyo de partido y nunca ha ganado unas elecciones. Para sustituir a Mariano hay otros dos competidores con ventaja en la carrera. Núñez Feijóo, que a pesar de sus amigos, quiere venir a Madrid en un barco dorado o en el tren Alvia con 80 muertos a la espalda; y María Dolores de Cospedal, a pesar de su cabeza reducida. Llevan ventaja. Pero la caída de Cristina Cifuentes y el tambaleo de Mariano, por lo presente y por lo que está al caer, la ponen en el punto de mira para ser la aspirante favorita.

Pero primero tiene que aprobar la reválida. Y la reválida es que gane en Madrid las elecciones autonómicas. Es lo que se dice por la rivera del Manzanares. Que Soraya de Castilla será la candidata y si gana y conserva Madrid para el PP... ¡uf! Ahí tenemos candidata a sustituir a Mariano. Porque Mariano Rajoy tiene pinta de estar acabado. Tiene un Gobierno de mierda, pero nada, no reacciona. El peor presidente desde Franco. Ha convertido a España en un país irrelevante, corrupto y autoritario. Pero le da igual. Sigue invernando. No hay forma de que mande para casa a casi todos sus ministros.

Comenzando por el de Justicia, Rafael Catalá. Inepto hasta decir basta. Juzgando al magistrado que emitió el voto particular en el juicio de La Manada, Ricardo Javier González, “tiene algún problema singular”. Hombre, ministro, no estás para juzgar, sino para dirigir el sector de la justicia, sector que no se ha renovado desde Franco. Hazlo, si puedes. Dudoso. O calla. Tu incapacidad rompe los alambres de lo elemental. Porque ya ocurrió siendo secretario de Estado de Infraestructuras con el accidente del tren Alvia en Santiago de Compostela. Más de 80 muertos. Responsable. Ninguna investigación. Ahí sigue el tema. A ti y a la ministra del ramo, Ana Pastor, os sacó Mariano del apuro con una patada hacia arriba. Da igual. Tu incompetencia es manifiesta y declarada. Y la de Mariano, por nombrarte, también. ¡Vaya Gobierno, Mariano! Sin nombrar al ministro Zoido. Cualquier día prohíbe las camisetas blancas porque lo reflejan en toda su miseria e ineptitud.

Liderar la lista de la Comunidad de Madrid no es cualquier cosa. Pero no hay otra ruta para convertirse en presidenta del Gobierno de España. Es la única, Soraya. A por ella

Casi lo mismo le ocurrió a Soraya. Fracaso total en Cataluña. En lo político. ¿En lo personal? Ese campo no lo juzgamos. Abstenerse. En lo político sí, pero por esas cosas de la política y tras suicidarse Cristina le aparece una segunda oportunidad y seguro que la aprovecha. Soraya es lista para eso. Candidata, gana Madrid, gana al partido y... ahí tenemos a la aspirante a sustituir a Mariano, más quemado que los montes gallegos. Claro que puede heredar un solar en ruinas. Experiencia tiene, capacidad de gestión y capacidad política, también. Y sobre todo, el apoyo de Mariano, de quien siempre ha recibido toda la confianza. Para equilibrar la falta de apoyos en el partido. No ejerce el liderazgo en ninguna agrupación regional o local. Ella ha ido siempre por libre.

Pues ya no. Necesita convertirse en una baronesa del PP. Y ésta es su oportunidad. Cuidado con Soraya de Castilla. La sociedad española está pidiendo a voces a una mujer en el poder. Puede ser Soraya. Es uno de los miembros del Gobierno y del PP más valorados en Madrid. Ya sabemos que hay riesgos. Liderar la lista de la Comunidad de Madrid no es cualquier cosa. Hay que salir de la protección de Moncloa a la intemperie. Te puede coger una helada nocturna. Pero no hay otra ruta para convertirse en presidenta del Gobierno de España. Es la única, Soraya. A por ella. Eso es lo que quieres, ¿no? Pues vamos, a por Madrid. Luego vendrá lo siguiente.

Es la gran oportunidad. Puede ser la última. Habrá que aprovecharla. Para ser la presidenta del Gobierno. Vamos a jugar bien, a pesar del grave marrón de Cataluña.