Dice el Partido Popular, por boca de su coordinador general Fernando Martínez Maíllo, que Ciudadanos debe formar gobierno en Cataluña. ¡Qué cosas hay que oír! Venga, Arrimadas, a formar gobierno, que lo dice el PP. ¡Qué miedo tienen en el cuerpo estos del PP! Y no saben cómo quitárselo de encima. Miedo a Ciudadanos. Ya lo tenían antes del 21D. Pero ahora están temblando. Como la corriente favorable a Cs se traslade al resto de la península, el PP enferma, sino está ya enfermo, que es lo que parece. Y lo que insinúan algunos responsables del PP. Siempre por lo bajito, “y no se te ocurra citarme, porque te corto el cuello”. Estos le tienen pánico a Mariano. Claro, quienes han elevado la voz en tiempos no muy lejanos, han sido aniquilados. Así que precaución, mucha precaución.

Así que los adoradores cercanos a Mariano, y Maíllo es el más cercano, dicen que “Mariano no se examinaba el 21D” y que le gustaría que Arrimadas “hiciera su trabajo”. No especifican si ese trabajo es el de Cs o el del PP, ya que en Cataluña el trabajo del PP ha brillado por su ausencia. O por su enorme fracaso. Nos quedamos con la duda. Aunque lo que sí parece es que desde el PP lo que quieren es echar a Arrimadas a los cocodrilos. Y que se la coman. Les gustaría, seguro que sí. Ciudadanos ha pasado a ser un amenaza para el PP. Y temen ser devorados. Mariano ya ve el peligro. Su intuición lo ha puesto en alerta.

Ciudadanos ha pasado a ser un amenaza para el PP. Y temen ser devorados. Mariano ya ve el peligro

Por un momento cambiemos el chip. Echémosle imaginación al asunto y ¿por qué no un gobierno de Ciudadanos y JxCat? Es política y matrimonios imposibles se han visto en cualquier sitio del mundo. Incluso en España. Recordemos que Convergència i Unió (CiU) apoyó al PSOE de Felipe González en 1993-96 y después al Partido Popular de José María Aznar en 1996. O en Cataluña el Pacto del Tinell en 2003 entre PSC-PSOE, ERC e ICV y reeditado en 2006. Nada de rasgarse las vestiduras que hay ejemplos para todo. ¿Ciudadanos-JxCat? Ríase amigo lector, pero los del PP sí lo quieren. Será por algo, seguro.

Parece una locura. Lo es, seguro. Pero a los de JxCat le vendría bien, se podían recomponer como partido y así Cataluña mejoraría al abordarse sus problemas, que ya tiene algunos y nadie se ocupa de solucionarlos. Algo más, claro. Deberían aparcar el separatismo y volver al nacionalismo moderado. ¿Pido mucho? Seguro, como estamos en navidades me devora la buena voluntad. El 10 de enero volvemos a la realidad, como todos los años. En estos días todo son buenas intenciones. Y como los dos partidos representan a la derecha ideológica y financiera pues podrían entenderse. Están en la misma ladera. Y si el independentismo es por el desacuerdo con  la gestión de los gobiernos de Madrid, pues un pacto así permitiría influir en Madrid. Porque ahora el PP está débil. En Cataluña y en España. Le tiemblan las piernas a Mariano. Y ambos partidos están en el centro-derecha, poco más arriba o poco más abajo. Se haría un gobierno de acuerdo a las ideologías, no de acuerdo a independentismo sí o independentismo no.

Alguien habrá entre los herederos de Convergència que ponga sensatez y recupere el nacionalismo moderado. ¿O no lo hay?

Disculpas. Ya sé que soñar no tiene precio. Y de ilusiones también se vive. Entiendo que los catalanes no han dejado de pensar como pensaban. Nunca lo pensé. Y veo que sólo ha habido trasvase de votos entre partidos, permaneciendo los bloques tal como estaban. Total, fracaso de las elecciones del 21D. Sociedad dividida. Una parte gana en votos y la otra en escaños. Y Puigdemont pone la guinda mintiendo como un cosaco. Todo esto lo vemos todos.

¿Y así hasta cuándo? ¿Hasta que una parte se agote? Se agota antes la sociedad al completo. Porque los problemas de cada día, especialmente los económicos, se agravan. Ya, ya sabemos que hay personajes a quienes los problemas catalanes se la suda. Se mueven por intereses personales y de partido. Y no pueden dar marcha atrás. La justicia los tiene en el punto de mira. Pero habrá gente sensata. Alguien habrá entre los herederos de Convergència que ponga sensatez y recupere el nacionalismo moderado. ¿O no lo hay? Entonces apaguen las velas. Y descuelguen las luces de Navidad que unen ambos lados de las calles. Son aceras enemigas. Que no pase nadie por el centro.