El fin de semana fui a cenar con mis amigos del café de toda la vida. Saqué un tema que les va interesar. Durante siete años, un día a la semana, me iba a comer con un sacerdote del Opus que quería ficharme a para su prelatura personal. No lo consiguió, pero yo iba porque era, y soy, muy curioso. Ser periodista me obliga a ello, forma parte de mi profesión.

El Opus era un misterio para mí como actividad religiosa privada. Ahora ya no. Estuve en un retiro espiritual de tres días con misa diaria en una casa colonial de Premià de Mar, con dos palacios: uno neogótico y otro modernista; los dos llenos.

Las comidas me fueron muy útiles, porque además de religión, en el retiro conocí al ministro de Interior Fernández Díaz. Hablamos de política. Carol es un sacerdote separata, por supuesto buena persona. Pero con mis amigos y amigas indepes ya no hablamos de política: con una que lo era desde finales del 1978, enfriamos nuestras relaciones personales.

La casualidad quiso que el cura fuera confesor de Artur Mas desde hacía 30 años. Al cura le encanta Mas, y yo le pregunté sobre su vida personal. Sé que sus pecados son secretos de confesión, pero me permitió conocer intimidades del sucesor de Jordi Pujol. El ex Molt Honorable lo eligió presidente interino por ser católico en espera de la llegada de su hijo, el bien amado Oriol Pujol. Que, finalmente, no lo será.

Me dijo lo que todo el mundo sabe: que Mas no tenía el gen separatista cuando se casó con Helena Rakosnik, de origen checo (eslavo). Se casaron en 1982, en la ermita románica de Santa María de Llerona (Vallès Oriental). Y que no tenía ese gen indepe lo demuestra el hecho que en su familia lo llamaban Arturo.

La bella Helena tampoco lo era, porque en casa sus padres la llamaban Marilén. Una costumbre muy castiza madrileña. Me lo contó mi amigo, su confesor. El cura separatista no me iba a engañar.

Como es lógico, los novios hablaban en castellano. Los casó el rector de Llerona en ese idioma, y cuando tuvieron su primer hijo, decidieron pasar al catalán como lengua materna. Él era consejero de la Generalitat. Me lo contó el cura del Opus, lo sé de buena tinta.

Otra cosa que les interesará conocer es que este cura del Opus ha heredado una imprenta de Barcelona que trabaja exclusivamente para la causa separatista: fabrica las banderas esteladas azules de la ANC, plastificadas, por un euro el metro lineal. Por eso las banderas no se deshilachan...