¿Qué coño tiene que pasar en este país para que el presidente del Gobierno pise el barro? ¿Qué coño tiene que pasar en este país para que el presidente salga de la Moncloa y pise el barro? Eso se preguntaba Pedro Sánchez cuando el presidente del gobierno era Mariano Rajoy. Pues ahora se lo preguntamos a él. No ha salido de Moncloa a pisar la nieve de Madrid. La nieve no mancha, señor Sánchez. Sólo humedece y moja. Pero ni eso le hubiese sucedido porque seguro que tiene botas impermeables. No mancha. Y menos la de la ciudad. Si fuera en algún pueblo de León sacando vacas de la nieve, pues todavía se podría manchar. En la ciudad, no. Pues no se le ha visto. Le tendrá miedo al frío. Porque fría sí está. Pero seguro que en La Moncloa está limpia. Ni por esas ha cogido una pala y ha limpiado la acera. Qué tendrán los políticos que no se manchan en el barro, ni se mojan en la nieve. Esta semana de nieve tanto el Gobierno PSOE-Podemos como el resto de políticos han hecho lo de siempre: cagarla.

¿También la han cagado con la nieve? ¿También con la nevada? También. Venga a echarse  las culpas unos a otros. Los que gobiernan a los que no gobiernan y los que no a los que sí. Nada de colaborar. Bueno, poco podían colaborar porque la mayoría no sabían lo que era la nieve. Ni siquiera sabían que era blanca. Aprovechan cualquier acontecimiento para echarse culpas los unos a los otros. De Vergüenza. ¡Qué nivel de políticos nos ha tocado sufrir! ¿Ha nevado? Pues la culpa es del otro. Como si alguien decidiera el tiempo que va a hacer mañana. Para mandarlos a todos, con escasas excepciones, al infierno. Allí no hay nieve, ni hielo, ni hay que limpiar las aceras, que se sepa. Todos al infierno y que les den, pero fuerte. Porque en vez de colaborar y mejorar la situación hacéis del país y de la sociedad algo mucho peor de lo que es. Empeoráis todo. Que os den fuerte. No sabéis pisar el barro.

Que venía la nieve lo avisaron los ‘hombres del tiempo’ con mucha antelación. Y acertaron. Sorpresa, pero acertaron de lleno. Nadie les hizo caso. Nadie tomó medidas. Ni sal se compró. Mucho menos palas. Luego salen a hacerse fotos con palas que no saben agarrar, y en zapatillas. Da risa. Pero en varios días no se vio a ningún político, ni de los gobiernos ni de los aspirantes. Nadie. Hacía frío. Y no tienen botas de hielo. No han hecho nada. Quien tiene el poder se espera que lo ejerza con responsabilidad y afronte de cara los problema. Da igual que sean sanitarios que climatológicos. Se escondieron cuando estalló la pandemia y se han vuelto a esconder cuando llegó Filomena. Por cierto: ¿el vicepresidente Iglesias sigue en España? Es que nadie le ve. Nadie sabe nada de él. No da la cara. No querrá que le pregunten si ha quitado el hielo de su piscina, si se quedó sin calefacción o por qué ha subido el 27% la electricidad. Criticó duro las anteriores subidas de electricidad. ¿Y ahora? ¿Cuándo más frío hace y más se necesita? Está mudo. Está ausente. Para esto podías, señor vicepresidente Iglesias, haberte quedado en tu piso de Vallecas y no engañar a tantos ciudadanos. Te pasarán la factura. La de la electricidad y la del barro.

Los ciudadanos ya están cansados. De tanta mentira y de tanta ineficacia. Cuando hay un problema y hay que dar la cara y trabajar esta banda de políticos y gobernantes desaparecen. Se aprueban los Presupuestos y presumen ante los fotógrafos. Se pone a nevar y desaparecen. No hay responsabilidad. No hay trabajo. No hay nivel. Avisan de un peligro que se avecina y nadie toma medidas. La nieve los ha puesto en su sitio. Son un desastre. Del virus pasan. De la nieve, ni la pisan. De las vacunas, no saben si llegarán, ni cuando se pondrán. Para irse a dormir y no despertar en varios años. ¡Qué desastre! Y del barro, ni pisarlo. No saben lo que es.

Total. Que vamos de desastre en desastre. Pero el Gobierno no se da por afectado. Presume de lo que no consigue. Los objetivos de la gestión de la pandemia son un fracaso. No ha habido medidas. Ni antes, ni en Navidad. Estamos en la tercera ola. Y las vacunas están en grado ínfimo para la urgencia del país. Y como hace frío pues sube la luz. ¡Toma ya! Y el Gobierno de testigo. Paralizado en la mayor subida nunca vista. Sánchez, Iglesias, Garzón… ¿seguís ahí? No se os oye. Parece que os hayáis ido de vacaciones. Ya no vais al colegio, no os toméis vacaciones. Los ciudadanos sufren por todo. Las instituciones os habéis ido de vacaciones. Sois insoportables. Deplorables. Vacunas, camiones, Erte, paro, cierre de empresas, subida de impuestos… demasiado sacrificio del ciudadano para que vosotros estéis ausentes cuando más se necesita. Os podéis ir a casa, pisando barro, y no volver.

El ciudadano quiere vivir. Simplemente vivir. Con sacrificio, vacunas, quitando hielo y trabajando. Trabajando duro y pisando barro. No le importa. Porque hay que vivir y disfrutar. Porque, amigo ciudadano, Debasish Mridha nos advirtió que “la vida no durará siempre. Disfruta de su belleza mientras estás aquí”. Aunque sea pisando barro.