El presidente Sánchez va a por todas. Es decir, dominar la política española en su totalidad. Quiere un mes más de Estado de Alarma. Una quinta prórroga. Y que se la apruebe el Congreso. Mantener la formas. Que la fachada esté como marca la ley, pero el interior ya se encargará de cambiarlo con su colega Pablo. Nos vamos a 105 días de control absoluto. Plenos poderes. Gobierno por decreto y aquí mando yo. Esto no se parece en nada a una democracia. Treinta días más de control absoluto y 40 para negociar unos Presupuestos. Quiere Presupuestos para el año 2021. ¡Vaya! Parece que la Economía existe. ¿Se os había olvidado Pedro y Pablo?

O sea, que aun estando encerrados hay que comer. ¡Quién lo diría! Además de crisis sanitaria tenemos crisis económica. No hemos terminado con una y ahora tenemos dos crisis. ¡La que nos espera! De tanto comprar mascarillas inservibles se ha dejado la caja vacía. Y el país parado. Desde el balcón de la clausura se observa mucha inactividad. Todo el mundo parado, paseando sin un objetivo que conquistar. Sin rumbo. “No hay viento favorable para el que no sabe a qué puerto se dirige” nos adelantó Séneca. Lo intuyó con más de dos siglos de antelación. Este Gobierno no sabe a qué puerto se dirige. ¿O sí? Y con el encierro nos va llevando a su garito entre trampas y falsedades. Todo se verá. Llega la hora de comer y no hay pan. Hambre, tenemos hambre.

Se observa desde el balcón que la caja de dinero público está vacía. El sector privado inactivo, de paseo. Los turistas no vienen, ni vendrán si los encierran 14 días. Hay muchas empresas cerradas, todas. Las pymes y los autónomos desesperados mirando la luna menguante. Se escucha por la radio que las Bolsas se hunden y la prima de riesgo despega sin control. Quiere alcanzar entre las nubes a la deuda que ya supera al PIB. La caja está vacía y en dos meses hay que pagar la extra a los pensionistas, el sueldo a los funcionarios, pagar a los parados, ERE y ERTE, o como se llamen. Y no hay un duro. ¡Uuuufff! No se le envidia el cargo a Pedro y Pablo. No se ve el horizonte. Al menos, los ciudadanos, no lo vemos. Demasiadas nubes.

¿Y qué hacen Pedro y Pablo? Huir hacia delante. Directos al socavón. Pedro últimamente tiene mala cara. De desesperación. La prueba es que comete los mismos errores que su antecesor Zapatero. Aumenta el gasto público. Y, de paso, nombra muchos directores generales para controlar, pero sólo es para pagar favores. Se repite la historia. Pablo, igual. Aumenta el gasto con eso que llama salario de subsistencia. Pan para hoy y hambre para mañana, como siempre nos enseñaron. Los mismos errores que Zapatero. Nadie se aprieta el cinturón. Y Europa, ¿qué hace Europa? Mirar. Contemplar nuestro hundimiento. No le gusta el extraño gobierno de Sánchez y desconfía de él. ¿Qué nos espera? ¿Rescate, MEDE? Nos esperan otros, bastantes, años de sufrimiento, dureza, recortes, etc., etc. Lo mismo, o peor, que hace una década.

¿Por qué Europa desconfía del gobierno de España? Porque estamos repitiendo los mismos errores. No hay un plan para salir de la crisis económica. Puede ser la mayor crisis de nuestra historia. Y eso que ya tenemos una larga lista. Tampoco se ha cumplido con Bruselas y sus mandatos. Se le ha mandado informes dudosos o falsos. Así que los ‘poderes fácticos europeos’ están expectantes. Nos pueden intervenir. Algunos comentan que sería lo mejor. Volverían los recortes en sanidad, educación, salarios, pensiones… lo mismo que hizo Zapatero. Todo se repite. Pero Europa no ve que este gobierno de Pedro y Pablo sea capaz de hacerlo. No lo ven.

Porque este gobierno sigue obcecado en mantener la clausura de los ciudadanos. ¿Un mes más? Ha suprimido los derechos de los mismos demasiado tiempo. ¿Dónde está el éxito? No lo hay. Hemos pagado su negligencia y su tardanza en tomar decisiones. Les pudo la doctrina y la ideología partidista a la vida de los ciudadanos. Y ahora quiere más. Más clausura. Y mientras podrá seguir vendiendo sus mentiras, sus engaños y la falacia ya repetida de justificar los propios errores y cargarlos en las costillas de los ciudadanos. Desastre en la compra de material médico, desastre en el número de pruebas PCR, las más fiables. Muchos y largos discursos, pero pocas pruebas fiables. Ningún hecho reconocible.

Pedro y Pablo se lo están montando para seguir toda la legislatura. Estado de Alarma hasta el 21 de junio y Presupuestos para antes del verano. Con la complicidad de Ciudadanos e Inés Arrimadas. Ahí está la clave. ¡Quién lo iba a decir! Ni Pablo Iglesias lo había soñado. Con qué mimo tratan ahora los podemitas a su rival-socia  Arrimadas. Ni en sueños. Pero así es la política. Hace extraños compañeros de cama. Este es el Gobierno que hay. Lo eligieron los ciudadanos. Ya Mahatma Gandhi lo dijo: “Si hay un idiota en el poder es porque quienes lo eligieron están bien representados”. Seguiremos en clausura, pero ahora, señores del gobierno, tenemos hambre.