Fin de campaña. De la primera. Ahora nos alimentan con las flechas verbales de unos para con los otros. Pero nadie comenta los retos con los que se va a encontrar el nuevo Gobierno. Ni antes de las elecciones, ni después. ¿Tiene España problemas? ¿Hay paro? Las cifras dicen que ha aumentado. ¿Se manifiestan los pensionistas? ¿Trabajan los jóvenes? ¿Hay inquietud con la vivienda? ¿Vienen más turistas o menos? ¿Se desborda la deuda? El comercio, la industria, el automóvil, el gasóleo, las infraestructuras… Cataluña, el juicio del Procés, la sentencia… ¿Funciona todo bien en España? Grandes retos tiene el nuevo Gobierno. Y no puede meterlos bajo la alfombra. Hay que darles solución.

¿Empezamos por Cataluña? Empecemos. El principio no es muy optimista. Que la Junta Electoral Central haya excluido a Puigdemont, Comín y Clara Ponsatí de las listas electorales a las elecciones europeas no ha sido acertado. Error. No tienen condena que les impida ir en las listas. Ya elegirán los ciudadanos. No debe elegir la Junta quién va, ni quién no va en las listas. No es buen principio para enfocar el tema catalán. Gran error. Y mayor todavía es mantener en prisión provisional a los elegidos en las elecciones generales como Junqueras. Permítame mi opinión, amigo lector, aunque no coincidamos en la misma. En España hay estamentos que están en clarísimo fuera de juego. Se necesita hacer política de altura. Por lo menos diferente. Porque los diputados de ERC son tan legales y democráticos como los del PP de Salamanca, León o Murcia. Representan a los ciudadanos en igualdad total al resto de diputados. Pues cambiemos la forma de hacer política. Ya es hora.

¿Hay cambio de ciclo económico? ¿Hay desaceleración e incertidumbre en la economía? Muchos desafíos. Muy diversos. Dentro y fuera del país. La guerra comercial entre China y EEUU, el Brexit, la política incierta de Italia o la fragmentación de España son temas demasiado importantes como para no darles importancia, como para que no preocupen. En el Congreso se ha ampliado el arco parlamentario. Muchos partidos, muchas y diferentes ideologías. ¿Se pondrán de acuerdo en cuestiones importantes como la economía?

Se nombra a EEUU y China y parece que quedan muy lejos, que los problemas son suyos. Error. Son nuestros. Afectan a nuestras exportaciones, que están disminuyendo en exceso. Afectan al vino, al aceite de oliva, al queso, aceitunas… son productos que exportamos y los nuevos aranceles afectan a su mercado en EEUU, que es uno de los principales. La exportación de la aceituna negra ha caído un 60%.

En la campaña electoral que por fin ya terminó se habló de la España vacía. La España rural ha muerto. Fue abandonada hace tiempo. Todo ha ido a la ciudad. Sólo quedan ancianos en los pueblos y pocos. Se han cerrado escuelas, centros médicos, farmacias, panaderías, tiendas. Terminó. Abandono total del campo. Sólo se cría yerbajos y maleza. Alimento para el fuego. Pero son miles de pueblos. ¿Le prestará atención el nuevo Gobierno? Permítanme que lo dude. Aislamiento. Las carreteras se han roto, los autobuses ya no van al pueblo e Internet no ha llegado. Total aislamiento.

¿Y cómo va el turismo? Representa el 11% del PIB. Récord de turistas el pasado año (82 millones). En lo que llevamos de 2019 ha decrecido. Cuidado con nuestra fuente de ingresos. Mirada especial por parte del nuevo Gobierno. ¿Y al factura de la Deuda? Gran reto. Ya estamos en el 97,1% del PIB, según Eurostat. Alcanza 1,18 billones de euros. La factura de la deuda supera los 200.000 millones de euros. Vértigo da mirar esas cifras. Habrá que trabajar duro para mantener la confianza de los mercados. Confianza y rentabilidad. Son dos retos para el nuevo Presidente. Los inversores buscan seguridad. La incertidumbre los hace huir. Se necesita un Gobierno serio y seguro.

En el horizonte se ve llegar un ola amenazante. La crisis. ¿Otra? Eso parece. No nos hemos recuperado totalmente de la anterior y aparece otra en el horizonte. La economía se está desacelerando. Lo dicen el FMI y el BCE. Y ponen a España como muro de choque. Medidas concretas necesita la economía española. Y ya. ¿Y las pensiones? Uff. La reforma es inevitable o tendremos a nuestros mayores manifestándose todos los días. Y ellos sí saben hacerlo. Aprendieron de jóvenes y eso no se olvida. Atentos al próximo otoño. ¿Y el empleo de los jóvenes? ¿Y el cierre de fábricas como Alcoa, Ence, Vestas, La Naval…?

El nuevo Gobierno no lo va a tener nada fácil. Son muchos los problemas a resolver. Da miedo. Miedo porque hay mucho niñato en la política y poco cerebro. Y lo podemos pagar, como siempre, los españoles de la calle, los ‘curritos’ de turno. Se necesita el apoyo de todos. ¿Colaborarán todos los políticos? ¿Habrá pactos generosos entre ellos? Por el bien de los españoles, de sus votantes. Quedamos a la espera.