Siempre he admirado a Pedro J., desde que en 1988 fundó El Mundo hasta que se fue, echado por Rajoy, que no lo podía ver porque es y será un periodista independiente. Por eso le pedí a la dirección de Crónica Global que me permitiera conocerle, y el 16 de septiembre de 2016 le entrevisté media hora en la antigua redacción de la calle Casp, al tiempo que conocí a toda la plantilla de este digital, donde he escrito más de 300 artículos de opinión.

Meses antes, en 2015, tras la refundación de Crónica Global, la nueva propiedad encabezada por Xavier Salvador me llamó y me comentó que le gustaría contar con mi firma, como había hecho en Economía Digital.

Nos conocíamos de la profesión; años atrás, yo era director de la Revista del Vallès y Salvador era el responsable de economía en El 9 Nou, en Vic.

Estos lazos me permitieron conocer personalmente a Pedro J., a quien regalé un libro con un capítulo de una estafa de José Montilla, el último presidente socialista de Cataluña antes de la llegada de Artur Mas al Palau de la Generalitat y el inicio del procés. Yo nunca he sido nacionalista, lo saben los lectores.

A Crónica Global le propuse una sección, Días impares, con la intención de publicar un artículo cada dos días, pero el crecimiento y la influencia de este digital en tan poco tiempo derivó en un mayor interés por escribir en él, por lo que, ante el incremento de firmas, tuve que espaciar mis colaboraciones, señal del éxito de esta cabecera.