Pensamiento

Recluta patoso

8 julio, 2015 03:01

La película del magistral director Stanley Kubrick de 1987 titulada 'La chaqueta metálica' describe un ambiente castrense excesivamente disciplinado que sufre un pelotón en un centro del formación militar de los Estados Unidos, donde se les prepara para trasladarlos a la guerra de Vietnam.

Como en cualquier colectivo humano, siempre hay personas que están por debajo del nivel físico de los demás, y como se manifiesta en lenguaje coloquial, no dan la talla. En el pelotón de la película había un recluta que siempre se quedaba rezagado, cuando sus compañeros marchaban a paso ligero siguiendo la voz acompasada de su sargento. El pobre recluta era víctima de las acometidas, de los improperios e insultos que le dirigía despóticamente el sargento, que expresaba esa actitud para concienciar al soldado de que debía mejorar su nivel, preparándole para el combate en la guerra que le esperaba.

En cierta forma, con la victoria del 'no', Grecia se ha suicidado

Cuando el sargento se dirigía al aspirante de soldado, le llamaba despectivamente "recluta patoso" y, viendo que pasaban los días de instrucción sin que el recluta patoso mejorase alcanzando el nivel de los demás, cambió su estrategia despótica, responsabilizando a toda la unidad de las carencias del recluta patoso, de forma que, cuando el recluta patoso cometía una falta, en vez de castigarle a él directamente, aplicaba una medida disciplinaria a todo el pelotón.

Después de diversos castigos que sufrieron los integrantes del pelotón, éstos empezaron a manifestar una animadversión hacia el recluta patoso porque le hacían responsable de todas sus desdichas, y éste al no poder resistir la presión de sus propios compañeros, una noche decidió acabar con su vida disparándose con un fusil.

Jean Claude Junker, presidente de la Comisión Europea, dijo antes del referéndum que se ha celebrado el pasado domingo día 5 de julio que Grecia no tiene que suicidarse si tiene miedo a la muerte, y en cierta forma, con la victoria del "no", Grecia se ha suicidado.

Recordando la película de Kubrick, la visión del pelotón marchando en formación cerrada a paso ligero, me recuerda en cierta medida a la Unión Europea, en la que un sargento prusiano marca el ritmo de todos los países miembros, con unos reclutas que van en vanguardia de la formación (Alemania, Francia, Reino Unido) y otros que cierran la formación procurando mantener el paso (España, Portugal, Italia, Irlanda), y una pobre Grecia que se queda permanentemente rezagada.

Al igual que el sargento de la película, el sargento alemán decidió en su día que la carencia de Grecia sería reparada por los demás, y vinieron los dos rescates económicos, pero finalmente Grecia, ante las propuestas impuestas por la Unión para la concesión de un tercer rescate, ha decidido, como decía Junker suicidarse, utilizando como arma un referéndum.

Con la misma actitud suicida de Grecia, España podría convertirse en el nuevo recluta patoso

El problema de esta cuestión, que nos puede afectar directamente, es que una vez librada Europa de su recluta patoso -si finalmente Grecia sale de la Unión o de la zona euro- la visión de sargento siempre se centrará en otro recluta patoso, que manifieste signos de debilidad. Evidentemente el futuro país rezagado, que no cumpla las expectativas de déficit público establecidas por Bruselas, pertenecerá a los países de la parte trasera del pelotón, y evidentemente España, con su cambio de actitud producida desde el fin de la etapa Rodríguez Zapatero y la acertada gestión económica del gobierno del Partido Popular, cumple perfectamente la marcha europea, precisamente porque cambió su actitud de contención del gasto público.

No obstante, si el Partido Popular no renovase su gobierno nacional en las próximas elecciones generales y se produjese un triunfo del PSOE, con la misma actitud de una planificación económica desastrosa que generó un déficit anual de 90.000 millones de euros, que nos llevó al borde del rescate, o un eventual triunfo de Podemos, con la misma actitud suicida de Grecia, España podría convertirse en el nuevo recluta patoso.