Ya tenemos a los tres. A los tres candidatos a dirigir al PSOE. Primero fue Patxi, luego llegó Pedro y ya, el próximo día 26, aparecerá Susana. Una aparición en el más amplio sentido de la palabra. Como Fátima, Lourdes, así se aparecerá Susana a sus fieles socialistas, sobre todo a los barones. Son quien más desea que aparezca y gane. Porque si gana Pedro Sánchez... duran diez minutos. Lo que tarda en entrar por la puerta de Ferraz. Y ellos en salir por la ventana. Junto a otros muchos de los llamados traidores. Pero será mucho suponer. Si lo echaron de Ferraz no lo dejarán entrar. El poder fáctico del PSOE. Los que han mandado y quieren seguir mandando. Y mandan.

Pero hay miedo. Los del aparato fáctico tienen miedo a que Pedro, aun perdiendo, plante un muro dentro del partido. O haya escisión y monte otro partido. Y los pedristas no ven bien la ruptura salvo que haya un pucherazo. Y lo temen. ¡Vamos que si lo temen! De ahí que quiera ganar por amplia mayoría. De ahí que se esté recorriendo Andalucía para robarle votos, muchos votos, a su contrincante Susana de Andalucía. Y de ahí su giro a la izquierda, también para ganarse a muchos ciudadanos que no son militantes. Ya lo anunció en su presentación en el Círculo de Bellas Artes, lleno hasta la bandera, con el documento Por una nueva socialdemocracia abogando por un partido "abierto a la colaboración con los movimientos sociales y las organizaciones progresistas". Quiere ganar.

El camino que ha emprendido el PSOE parece ir derechito a la autodestrucción. Ni siquiera Patxi López ha conseguido, de momento, provocar la unión

¿Y si gana Pedro? ¡Qué miedo! Mucho miedo tienen en el oficialismo del PSOE. Algunos diputados actuales comentan en la calle que ellos se van del partido. Que entregan el cané. De abandonar el Congreso no dicen nada. Si gana Pedro, un sector del partido no le reconocerá autoridad. Tendrá trono, pero no tendrá poder. Y ahí está todo el aparato. Incluso Zapatero, que nadie sabe ya a qué juega, pero afirmó días pasados que "Susana es una buena candidata". Felipe, Rubalcaba, Zapatero... incluso dicen que Guerra apoya a Susana, "Susana es lo menos malo", aunque no lo ha hecho público. Sea como sea, Pedro no une.

¿Y si gana Susana Díaz? Quiere coser el partido. Creen sus padrinos que tras su victoria en las primarias integrarían a los seguidores de Patxi. Está por ver. Como hay que ver qué hará con el mismo Pedro Sánchez. Susana ya anunció que el día 26 hará su presentación. De momento no saben dónde. Por la cantidad de autobuses que van a llegar a Madrid. De Andalucía, de Extremadura, de Castilla-La Mancha... de casi toda España. Autobuses. No saben dónde aparcarlos. Las Ventas parece un buen sitio. Por el párking. Nada de interpretaciones maliciosas. Porque bastante enfrentamiento hay ya en el Parlamento con los distintos bandos. En tres bandos están divididos los diputados del PSOE. Odón Elorza, de Pedro, se queja de que la dirección socialista no da trámite a sus iniciativas. Robles, de Pedro, ha criticado el reparto de cromos con el PP para renovar el Tribunal Constitucional. Ábalos forzó el cambio de voto en el dictamen sobre incompatibilidades de los diputados. Guerra soterrada. Susana tampoco une.

¿Dónde está la figura de consenso para dirigir el PSOE? No la hay

El camino que ha emprendido el PSOE parece ir derechito a la autodestrucción. Ni siquiera Patxi López ha conseguido, de momento, provocar la unión. Va de hombre bueno, de hombre de unión entre los distintos sectores. Nada. Lo ignoran. Los otros dos bandos tienen la guerra declarada. Y quieren un vencedor y un perdedor. Para tomar venganza. No hay olvido. Primarias a cara de perro. El perdedor, muere. Si gana Pedro, una muerte rápida. Y un vuelco total en la política nacional. Si gana Susana será una muerte lenta. Hoy es la candidata peor posicionada. No tiene credibilidad en la lucha contra la corrupción ni proyecto de reformas institucionales. Las primarias con el cuchillo en la mano debilitarán su perfil bajo. Y saldrá a la luz el golpe de Estado del pasado uno de octubre. Se recordará La conjura de Benavente, donde se diseñó el golpe.

¿Dónde está la figura de consenso para dirigir el PSOE? No la hay. Lo dice la voz de la experiencia de un viejo socialista de verdad. De los llamados guerristas. “No lo hay”. No hay un Tierno Galván, no hay un Felipe González, ni un Alfonso Guerra. Hubiera podido ser Javier Fernández, pero asuntos de salud se lo impiden. Y a Patxi lo tienen olvidado. No se puede ser bueno.

Tres eran tres. Tres son los aspirantes a unir el PSOE. Pero ninguno une. Ninguno es lo suficientemente bueno. Tres eran tres y... ninguno era bueno. Habrá que buscar.