Este artículo quería haberlo escrito en mi sección semanal de Carta del Domingo en tres revistas digitales: Revista del Vallès, Revista del Maresme y Revista de Catalunya Central, pero como la actualidad política va a velocidad del sonido, va que vuela sobre casi la estratosfera de la península

Quería hablar de Pablo Iglesias que es el Sumo Sacerdote del Cinismo de los Sin Díos, aprovechando que está de baja al cuidado de sus gemelos, macho-macho, sin paridad que han venido a la República independiente de su lujosa casa…

Hace un par de semanas en mi Facebook colgué una conversación grabada con cámara oculta en la que explicaba que era incapaz de utilizar la palabra “España”. Para que no se note, y como tiene un pico de oro, utiliza eufemismo de “patriotismo” para disimular.  

Esta grabación se ha hecho viral y le hemos visto las costuras de su cabeza privilegiada, lo cortés no quita lo valiente: la han visto cientos de miles de españoles y en la última semana el Sumo Sacerdote del Cinismo no deja de usar la palabra que abomina. Gracias a Lucifer, no tendrá que repetirla hasta marzo…

Pablo Iglesias es la quinta esencia del viejo leninismo en estado puro conscientemente elaborado desde la cuna por su padre terrorista del FRAP, amnistiado en 1977 por Adolfo Suárez.

A ningún se le puede acusar de quien fue su padre, pero sí a quien lo admira no por su carácter sino por su ejemplo…

No entiendo la animadversión a esa palabra.

Los etarras la tenían porque habían vivido durante del franquismo, que abusó del nombre de “España” hasta la saciedad. Franco era el típico militar nacionalista español…

Por eso los políticos de izquierdas de mi generación no hablaban de “España” sino de país, Estado o Estado español, pero sí hablaban de Francia, Inglaterra o Italia. A nadie se le ocurría decir Estado francés, Estado británico o Estado italiano…

Por eso la España de izquierdas no sacaban a pasear, ni aún lo hace cuarenta años de aprobada la Constitución, pese en la Transición en aras de la reconciliación Suárez aceptó sustituir el Águila de San Juan por el escudo de la II República, por eso los fachas no llevan el escudo legal…

Desgraciadamente, la bandera española que se ha quedado como patrimonio de la derecha nacional. En este sentido envidio a Francia, Gran Bretaña o Italia porque la gente de izquierdas la saca a la calle a pasear…

Yo no soy nacionalista, tampoco español.

Un nacionalista está orgulloso de haber nacido en su nación. Pero nadie ha elegido a sus padres ni a su País. Uno quiere sus padres y su país. Es un amor natural. El nacionalismo es otra cosa.

No soy nacionalista porque conozco la Historia y hay demasiadas cosas de su Historia que no me gustan.

Tampoco me gustan mis verrugas, pero no confundo la verruga con una peca.

Un problema adicional añadido es que no sé a quién votar…